Representar a Huajuapan de León en la Guelaguetza es el sueño de decenas de jóvenes que año con año, concursan para lograr ese honor. Zaira estaba lista para hacer vibrar al auditorio cuando se cernió la pandemia del Covid-19
“Me enfoqué en prepararme, ensayaba mucho, cambié mis hábitos. Un año antes supe que necesitaba mejorar mi condición física, corría diario de 7 a 8 kilómetros, dejé refrescos y azúcares, se debe cambiar realmente tu vida si quieres hacer un buen papel, porque el Jarabe Mixteco exige demasiado”
Zaira Michelle Trejo Flores
Yolanda PEACH
El sueño de Zaira está en el aire. Seleccionada con Eduardo como la pareja principal del Jarabe Mixteco que representaría a Huajuapan de León en la Rotonda de las Azucenas aún no sabe qué pasará.
Se trata de su última oportunidad de participar en el concurso más reñido del municipio, una ejecución compleja que se compone de siete sones y 14 pasos, sones que representan la fauna de la región Mixteca, movimientos y faldeos altos y coloridos. Se caracteriza por el sentimiento en lo que se canta y baila, por entregar completamente el corazón.
ENAMORADA DE SU TIERRA
A los 11 años fue su primer encuentro con la danza en la secundaria, “a los 13 tuve la oportunidad de pertenecer al grupo de la Casa de la Cultura. Asistí a mi primera Guelaguetza en la delegación, como parte del cuadro en el 2011”.
Ahí nace su inquietud por participar y lograr ser la pareja principal. “Me inscribí tres años: 2011, 2013 y 2019”.
El Jarabe Mixteco se compone de sones originarios y recopilados de la región. Se ejecutó por primera vez en 1922, después de un trabajo conjunto realizado por Armando González Bolaños y Antonio Martínez Corro, quienes, por un lado, hicieron la recopilación y coreografía, y por el otro, el arreglo musical.
Su presentación oficial fue en 1929 en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, y se baila en 1934 en lo que fuera el “Homenaje Racial” de Oaxaca, que posteriormente se volvería la Guelaguetza.
Zaira Michelle Trejo Flores, de 25 años, soñaba con tener el honor de representar a su tierra natal en una Guelaguetza. Esperaba con ansia ese día, con un auditorio abarrotado en el que se entregara por completo, donde sus pasos retumbarían y serían parte de la historia.
Se trata de una elección muy disputada. Sólo se puede concursar un máximo de tres veces, “después, ya no te puedes volver a inscribir, era mi última oportunidad”. Eligen a la pareja principal y al cuadro que los representará, “la segunda vez que concursé ni siquiera estuve en el cuadro”.
Esta vez se inscribieron 25 parejas, “la convocatoria tuvo muchos cambios, entre los requisitos, debías tener dirección de Huajuapan en el INE, eso redujo a 16 parejas de concursantes”.
Le insistió a su mejor amigo para entrar al concurso, con él practicó más de seis años, sólo que su INE lo había sacado en otro lugar.
Hace un año, en septiembre de 2019, se celebraron los 90 años de este baile folclórico, más de 300 parejas ejecutaron los pasos en forma simultánea en el Encuentro Monumental del Jarabe Mixteco, ahí conoció a Eduardo Yamín, su pareja de baile, con quien está muy agradecida. “Nunca habíamos bailado juntos cuando nos inscribimos”.
La convocatoria salió en enero. Este año la dinámica cambió, antes era sólo el concurso, ahora evaluaban en todos los ensayos, tres veces a la semana y después el concurso final. En sesión de cabildo, el 4 de marzo, dieron a conocer los resultados.
LA SOMBRA DE LA PANDEMIA
Al saberse de la pandemia que azotó al mundo por el Covid-19 comenzaron a informarse. “Seguíamos los ensayos, sabíamos que en Italia estaba complicado y ya se tenía el primer caso en México”.
Les avisaron que la visita del Comité de Autenticidad la recibirían el 4 de abril. “Me llamaron amigos de San Miguel Soyaltepec, donde la visita estaba programada para el 30 de marzo para contarme que se suspendió por el Covid”.
Al día siguiente, en el ensayo, les informaron que se reprogramaría la visita. “Empezaron los rumores de que se iba a suspender la Guelaguetza. Si evaluaron a algunas delegaciones, pero fueron muy pocas”.
Era el último año que podría concursar y también el año en que se iba a titular, estudió la licenciatura en Psicología en el Centro Universitario en Tehuacán. Su examen profesional estaba fechado en mayo. Se suspendió y espera los tiempos para reagendar.
“Me enfoqué en prepararme, ensayaba mucho, cambié mis hábitos. Un año antes supe que necesitaba mejorar mi condición física, corría diario de 7 a 8 kilómetros, dejé refrescos y azúcares, se debe cambiar realmente tu vida si quieres hacer un buen papel, porque el Jarabe Mixteco exige demasiado, debes estar preparado, proyectar lo que el baile necesita”.
Años de esfuerzo, de preparación, de escuchar voces que le decían que no podría lograrlo y ganar el concurso. “Tuve muchas ganas de salir adelante, mostrar lo que realmente me representa, me enorgullece y realmente soy”.
El día del concurso un sacerdote le regaló una mascada de seda con una cruz bordada. La abuelita de Eduardo, siempre le dijo que ansiaba algún día verlo bailar en el Fortín.
Recordó a su primer profesor, el que la adentró en el mundo de la danza y le permitió pisar el auditorio de la Guelaguetza, “hasta hace cinco años llevaba a la delegación de Huajuapan. Está desaparecido. Me enfoqué en Dios y lo recordé a él, sentí que tenía una deuda pendiente por su influencia en mi vida y una deuda conmigo misma como bailarina”.
Escuchar la Canción Mixteca la hace vibrar, llorar. “A veces siento que somos muy superficiales, nos fijamos en cosas intrascendentes, como las económicas, y siempre hay algo más detrás de una persona, una historia (…) este año estuvo lleno de obstáculos e incluso pensé en desistir del concurso por todas las trabas, sentía que eran pequeñas señales”.
Saber que la Guelaguetza no se realizaría la deprimió. “Al principio estaba bastante triste, es algo que busqué por mucho tiempo, sentí que no era mi año.
Los invitaron a participar en dos Guelaguetzas virtuales, el 19 y 20 de julio, “no es oficial, lo están organizando compañeros de otras delegaciones, por parte del municipio nos dicen que no nos preocupemos, mientras no tengan información oficial no pueden hacer nada, tampoco se sabe con certeza si se realizará en diciembre”.
En el 2006, por el boicot del movimiento social en Oaxaca se suspendió la Guelaguetza. No hubo nuevo concurso, los elegidos ese año participaron en el 2017. “No puedo precipitarme, no sé si respetarán nuestro lugar si este año no se realiza. Hay muchas Guelaguetzas, pero es a la Rotonda de las Azucenas a donde todos queremos llegar. El sueño anhelado, bailar en el Fortín”.
Zaira ha respetado el confinamiento, no sale de casa, se ejercita a diario, convive con su familia, con la que está agradecida por todo el apoyo y motivación, “al inicio me deprimí, ahora estoy muy contenta con todo lo que Dios me da, me considero una ganadora. Lo logré”.
Serie completa :
Historias en tiempos del coronavirus: Giro inesperado
Historias en tiempos del coronavirus: Fuerza creativa
Historias en tiempos del coronavirus: Boda en suspenso
Historias en tiempos del coronavirus: Fuga al paraíso
Historias en tiempos del coronavirus: Educación a distancia una falacia
Historias en tiempos del coronavirus: temible misión
Historias en tiempos del coronavirus: A la deriva
Historias en tiempos del coronavirus: La muerte tiene color
Historias en tiempos del coronavirus: Sobrevivir a contracorriente
Historias en tiempos del coronavirus: Sueño en suspenso
Historias en tiempos del coronavirus: La ultima oportunidad
Historias en tiempos del coronavirus: Un sueño en espera
Historias en tiempos del coronavirus: Contra la marea
Historias en tiempos del coronavirus: Inesperada realidad
Historias en tiempos del coronavirus: Cambio de planes
Historias en tiempos del coronavirus: Fe para sobrevivir al caos
Historias en tiempos del coronavirus: Consuelo al morir
Historias en tiempos del coronavirus: Vida inmaculada
Historias en tiempos del coronavirus: Un héroe vestido de blanco
Historias en tiempos del coronavirus: Los sueños no se derrumban