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Los sueños no se derrumban

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La pandemia por el coronavirus, tambaleó un proyecto de enseñanza que apenas iniciaba. Tanía, profesora de inglés de esa escuela, ha visto las incontables situaciones, económicas, de salud y emocionales que dejó el virus; confía en que, pese a todo, debe existir fe y esperanza

 

Yolanda PEACH

 

Optimista. Tanía, profesora de inglés en una escuela de apoyo a estudiantes, ve en la pandemia del Covid-19 una oportunidad de revalorar las oportunidades, a ser tolerante y ver lo positivo.

Pese a que se quedó, prácticamente sin alumnos, “trato de enfocarme en lo positivo (…) quiero salir adelante, pero también proteger a mi familia y ser feliz, a pesar de la situación, siempre hay que buscar alternativas y una solución a los problemas”.

 

PUERTA A OTRAS CULTURAS

 

Exploradora innata, desde pequeña, Tania Enríquez Figueroa tenía claro que es lo que le gustaba, “siempre amé esa parte de adentrarme en otras culturas”.

Se visualizaba en otros países, trabajar en una embajada y dando clases, “desde niña, mis papás siempre apoyaron mis decisiones”.

La matricularon, de edad escolar, a cursos de inglés, en la sede Burgoa de la UABJO; profesionalmente, estudió la licenciatura en enseñanza de Idiomas en la URSE, en donde también aprendió francés; después, se certificó en la Alianza Francesa.

Su primer trabajo, en el Instituto Luis Sarmiento, “daba clases a segundo de primaria, primero de secundaria y quinto semestre de bachillerato; al mismo tiempo, di clases en Gymboree, con preescolares”.

Un reto que logró vencer. “Trabajar con preescolares es grato. Aprendí mucho porque era recién egresada. No nos daban material y cada uno diseñaba su planeación. Lograba atrapar la atención de los niños (…) creo que lo difícil son los adolescentes, en secundaria, son como más rebeldes, en cambio con los bachilleres es bonito, la mayoría domina el idioma y se trabaja con debates”.

En enero pasado, su hermano mayor, licenciado en Ciencias de la Educación, abre Universal Learning Center, una escuela, en el fraccionamiento Los Ríos, que da apoyo extra escolar a niños y adolescentes, “un reforzamiento académico individual, se les ayuda con sus tareas y exámenes desde prescolar, hasta bachillerato o carrera”.

La invita a participar para dar asesorías en inglés, teorías y exámenes, traducción de textos y preparación para el Toefl, el examen estandarizado de inglés para quienes quieren obtener un certificado de idiomas aceptado en más de 11 mil universidades y 150 países.

Universal Learning Center inaugura sus espacios con gran éxito. “Se le empezó a dar difusión dos meses antes. Campañas de publicidad. Aunado, está cerca una primaria y la Escuela Secundaria Técnica 118. Hay mucho tráfico de personas y empezaron a llamar”.

Inició con mucho trabajo, niños de prescolar, primaria, secundaria, bachillerato e incluso profesionistas, le pedían apoyo.

“Tenía saturados mis días. No me daba abasto para atenderlos. Formé grupos reducidos, que formaba por edades y niveles. Llegué a tener hasta 50 alumnos en total, que atendía de lunes a sábado”.

Encontró la forma de engancharlos al idioma. “Me encontré con varios casos que iban porque los obligaban sus papás, porque tenían que pasar la materia, apáticos, indiferentes, sin ganas, les daba igual”.

Logró interesarlos y que el resultado fuera el óptimo, “llegan con miedo o con repulsión del idioma, creen que es difícil, aburrido, así que tengo que romper la barrera, así, se van con otra idea del idioma, es muy gratificante como profesionista”.

Consiguió, en poco tiempo, los resultados deseados. “Los papás llegan muy preocupados, te dicen: híjole maestra, no sé qué hacer con mi hijo no da una (…) ver su satisfacción después me llena mucho”.

Admitió que, como profesionista, le satisface el saber que los alumnos llegan sin saber nada y disfruta cómo van desarrollando un nuevo idioma, que aprenden y se animan a hablar.

 

PROYECTOS INTERRUMPIDOS

 

Al iniciar la Jornada Nacional de Sana Distancia, muchos papás avisaron que ya no mandarían a sus hijos, que sería temporal “se creía que esta situación no iba a durar mucho y comenzaron a reducirse los grupos”.

Cuando el gobernador da su primer edicto, deciden cerrar, “suspendimos actividades el tiempo ordenado”.

Se empieza a manejar lo de los semáforos, Oaxaca estaba en rojo. “Al reanudar se establecieron los protocolos sanitarios. Muy pocos niños en realidad, bajo agenda, sólo en los casos en que, los papás nos lo pedían porque tenían que entregar un trabajo o presentar un examen”.

Se redujo a tres niños por grupos y sentados a distancia.

En mayo, deciden cambiar a la modalidad en línea, “solo en casos muy específicos, se les admitía en forma presencial, cuando la situación lo ameritaba”.

Como se maneja, en su mayoría, clases por semana, empezó a bajar drásticamente los que requerían sus servicios. “Llegó un momento en que sólo tuve uno o dos alumnos”.

Intentaron formas de reinventarse, sin dejar de cumplir, “sí llegó a pasar por nuestra cabeza que tendríamos que cerrar”.

Por su lado, también implementaron protocolos en su casa. Escuchaban atentos las indicaciones del gobernador y acataban las instrucciones; en su familia establecieron protocolos internos.

“Hasta la fecha, en la entrada está una cubeta con agua y cloro, una jerga, un tapete sanitizante. Cada que llegamos de la calle nos cambiamos la ropa, nos bañamos, usamos cubre bocas, careta y gel todo el tiempo. No asistimos a lugares concurridos”.

Sus papás no han salido desde entonces, “decidí cuidarlos, hasta la fecha soy la encargada de hacer las compras”.

Desde hace cinco años, trabaja en un sindicato de una asociación civil, en el área de Finanzas, “actualmente estudio la licenciatura en Finanzas”.

Los primeros dos meses, al inicio de la pandemia en Oaxaca, trabajaron desde casa, después, retornaron a la oficina, “por eso extremo precauciones, debo cuidarme para cuidar a los que amo”.

Confía en que la situación mejorará, “el inglés es un idioma obligatorio en estos momentos, es imprescindible para tener mejores oportunidades de trabajo, incluso en las carreras, sobre todo por nuestra situación geográfica”.

Un idioma, que permite entrar a otras culturas, “a otro mundo, cuando hablas inglés, conforme lo practicas, ya no traduces, sino piensas en el idioma (…) hay una teoría que dice que los cambios que hace el cerebro son totalmente diferentes con tu idioma que con otro”.

El francés le encanta, “es una lengua romance, es decir, de las derivadas del latín, como el español, pero con elementos fonéticos que nuestra lengua no tiene. Me fascina su literatura, su cine, están como sumergidos en el amor”.

Sus planes de viajar, también se suspendieron, “tenía programado ir a Canadá, en plan turista, a conocer. Todo programado para agosto. Ahora no sé cuándo tendré esa oportunidad”.

El Covid-19 la llevó a reflexionar, “teníamos una vida muy acelerada, de alguna manera esto nos obligó a valorar lo importante, no enfocarnos tanto a lo material, la vida es muy frágil, en cualquier momento se va. Se debe retomar la armonía, la familia”.

Sus sueños no se han derrumbado.

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