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Un sueño en espera

Publicado en 20 julio, 2020

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Uno de los sectores paralizados por la pandemia mundial, es la del rubro de la cultura. A Daniel Salud, artista plástico oaxaqueño, lo ha llevado a reflexionar el verdadero valor del arte en la vida diaria

“Disminuye drásticamente la venta de dibujos y cuadros (por la pandemia), aunque estoy tratando de moverlos entre clientes y conocidos no es lo mismo. Oaxaca es turística y con la pandemia dejó de recibir visitantes”

Julio Daniel Salud Ortiz

Artista plástico

Yolanda PEACH

Desesperado. Daniel, artista plástico, comienza a cuestionarse la función del arte, el motor de su vida. “Me parece absurdo producir un objeto que no genera una necesidad primordial cotidiana”.

Cumple siete años de su incursión en el arte. El sueño de su vida siempre fue dedicarse a lo que ama. Ahora, con la pandemia del Covid-19, lo carcomen las dudas. Una realidad aplastante.

ORDEN Y CAOS

Su pasión por el arte comienza desde niño. Al inicio sólo era un juego. Plasma dibujos por doquier, y, poco a poco, sienta las bases de lo que es su vida.

“En un inicio quise profesionalizarme en diseño gráfico”, se inclina por la libertad que significaba estudiar, de manera profesional, las artes plásticas.

Julio Daniel Salud Ortiz concluye sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, en donde participa en varias exposiciones colectivas.

Al graduarse de la licenciatura, ofrece su primera exposición individual en el Centro Cultural Universitario; de ahí, comienzan a admirar su trabajo no sólo en Oaxaca, sino en la Ciudad de México, en Guadalajara, Canadá.

Su técnica favorita, el dibujo. “Trato de explorar, con el dibujo, la expresión textual. Una misma línea que transmita un sentimiento”.

Considera el arte como una necesidad que se tiene que descubrir constantemente.

Son varios los artistas que admira: dibujantes, escultores y pintores. Aún vivos, Yoji Shinkawa y César Santos, el grabador Luis Roberto García.

Le atrae la pintura japonesa, “un arte que no busca representar la naturaleza tal como es percibida, ni duplicar objetos, en su lugar, representa sentimientos e ideas a través del movimiento. Induce en el espectador paz interior, fuerza, voluntad y perseverancia”.

Su trabajo le ha dejado grandes satisfacciones, “siento un gran alivio cada que termino un dibujo, pero al poco tiempo veo que se puede mejorar o superar (…) es una sensación de placidez momentánea, como si estuviera satisfecho de haber comido algo”.

Los dibujos de Daniel Salud son la conjugación de elementos simbólicos con temas siempre humanos; ocupado constantemente en transmitir, transgredir e invitar al espectador a reflexionar.

Daniel no sólo se ha enfocado en la pintura, también realiza diseños, tatuajes y cápsulas para redes sociales “trabajo en la parte de animación”.

Su talento lo ha llevado a ser requerido por artistas literarios. Ilustró La refracción de la luz, de Alberto Mendiola, así como obras de Lily Anne Hope, Pedro Rivera-Benito, Ainda Dobarro, Azarel Doroteo Pacheco y Eduardo Krüger, entre otros.

Ha colaborado en algunos films, como en el cortometraje de animación Alegoría de la identidad cultural y en la producción de Ergo Sum, un largometraje de la selección oficial del Festival de Cine de Guadalajara.

Pese a ser uno de los artistas plásticos oaxaqueños más jóvenes, es reconocido por ser un virtuoso del dibujo, con una línea llena de ímpetu, armonía y vivacidad. Un grafismo que sugiere. Interminable. Conjuga el caos y el orden en una sola expresión.

EXPOSICIÓN EN PAUSA

Estaba por definirse la exposición del trabajo que desarrollaba cuando la pandemia del Covid-19 llegó al país. “Justo terminaba una carpeta de grabados cuando inicia la Jornada Nacional de Sana Distancia”.

Quedarse en casa no le supuso ningún problema. “De por sí el trabajo es mucho de estar en mi hogar, prácticamente está uno acostumbrado. No soy mucho de salir, así que la vida no me cambió mucho al principio”.

Sin salir de su casa más que para lo indispensable, comienza a preocuparse cuando empieza a saber de conocidos contagiados por el Covid-19. “Es alarmante, más saber que los hospitales no cuentan con la capacidad para enfrentar esta pandemia, sobre todo en México”.

Lo que más le angustia, es que, al suspenderse las actividades artísticas, deja de percibir ingresos.

“Disminuye drásticamente la venta de dibujos y cuadros, aunque estoy tratando de moverlos entre clientes y conocidos no es lo mismo. Oaxaca es turística y con la pandemia dejó de recibir visitantes”.

Imágenes recurrentes, es el nombre de la exposición que estaba por presentar. Con la pandemia, todo se viene abajo. “Se quedó en pausa la carpeta, me he dedicado a otras cosas”, confiesa.

“Trato de seguir produciendo, de seguir haciendo lo mío, aunque, conforme pasaban las semanas, el tiempo que le dedico es menos. Me ocupo en otras cosas, actividades que me generen dinero”.

Aunque sale poco, sabe que, en caso de hacerlo, debe seguir las medidas necesarias, “usar el cubre boca, gel, mantener la distancia”.

Su pareja, gestora cultural, también vio paralizada su labor. “La pandemia ha influido en algunos aspectos de nuestra relación. Los positivos son sobre todo los familiares, nos ha obligado a estar más unidos”.

EL PASO DEL TIEMPO

El artista, de 29 años, siente que vive en suspenso. “Como que todo se detuvo. Es como si todo estuviera estático, se moviera poco”.

Confiesa que no se ha prestado mucha atención. Vive en forma mecánica. “Con esta pandemia se acentúa más esa necesidad de crear, que está en todos, no solamente en los artistas”.

Profesionalmente, también enfrenta la competencia de la tecnología. “Es difícil como artista visual plástico competir contra los medios digitales (…) un bombardeo de imágenes en la palma de nuestra mano. Es más fácil llegar a más gente, a más personas”.

Su dibujo exacto y creativo, lo lleva a ser de los tatuadores favoritos en Oaxaca; sin embargo, tampoco es requerido en estos tiempos.

Sabe que la pandemia afecta a todos los sectores y este tiempo aislado, lo lleva a reflexionar. “Te preguntas más cosas acerca de tu vida, de qué hacer, qué sentido tiene el arte si no es algo primordial”.

Su percepción del arte cambia. “Quiero que la obra que produzco no sea solamente algo que va a adornar una pared, sino algo que sirva a la sociedad, cambiar un poco nuestra realidad”.

Sus gráficas han impresionado al público. “El mensaje es abierto, cada espectador lo interpreta a su modo y el lograr que cada que ven mi obra algo cambie en su interior o lograr tocar una fibra de sus sentimientos, para mí, eso es suficiente”.

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