Felipe SÁNCHEZ JIMÉNEZ
PRI Vs. PRI
Los odios inexpugnables entre la familia priista chapulinera, semejan un gran dique que pretende impedir al tricolor trascender de la era jurásica a la nueva generación de políticos que podrían revitalizar al vetusto partido ¿Que no siempre han gritado que quieren caras nuevas?
La decisión de quien encabeza “el cambio generacional” que gobierna Oaxaca, fue “destapar” al joven Raúl Bolaños Cacho Cué, para buscar el Senado. Lo hizo. Así son las reglas.
El ex gobernador Ulises Ruiz intentó, infructuosamente, torpedear algo tan común en los usos y costumbres de este partido ¿Acaso los Senadores no han surgido del gran dedo elector del momento?
Los métodos en el PRI no han variado. Por eso sorprende que hoy Ulises Ruiz vaya contra las prácticas que él mismo vigorizó. Curioso ¿verdad? Curiosa también su ironía al considerar al PVEM solamente una sigla utilitaria.
Apuestas tan temerarias como eso de que “si no hay consulta a la base habrá rebelión” es una vieja cantaleta que, para nada, espanta al dinosaurio que, aunque vaya al despeñadero, sus ritos serán los mismos.
No salga ahora Ulises con que no fue él mismo beneficiario y dador de ese dedazo capaz de dar o quitar, dueña del futuro y las vidas de los políticos. Así lo hizo José Murat cuando destapó al mismo URO candidato a gobernador. Que cortedad de memoria.
RATEROS, NO TONTEJOS
Dicen bien que a los que incurren en corrupción desde las esferas gubernamentales, los acusan de ladrones no de “tontejos” porque siempre acuden al hábito gatuno de cubrir sus inmundicias. Es muy difícil probar sus desvíos.
Al más animoso sabueso de la lucha anticorrupción que apenas empieza a caminar en Oaxaca, lo debe abrumar, seguramente, la montaña de expedientes abiertos por el brutal saqueo del patrimonio de Oaxaca, que cometieron Gabino Cué y su banda de salteadores. Ya armaron más de 2 mil 300 indagatorias en su contra.
Me dicen que es trabajo de filigrana poder encontrar alguna punta de la madeja entre los resquicios que dejaron. Aun así han integrado denuncias penales por cohecho, peculado, enriquecimiento inexplicable y otros delitos. Aunque ya están presos 4 secretarios y dos directores generales del gabinete gabinista, las pesquisas continúan.
Probar y documentar sus rapacerías es labor titánica. Los auditores y abogados de la Fiscalía Anticorrupción, según me dice una fuente confiable, tienen que sortear obstáculos muy serios. Además de la compleja investigación documental, deben ser habilidosos para sustraerse de las influencias de políticos poderosos que quieren la impunidad de sus amigos imputados. Evadir estas intervenciones requiere decisión y voluntad política. En el caso de Gerardo Cajiga, primer secretario de finanzas durante el Gabinato y hoy en prisión domiciliaria. Litigaron por su libertad o por un castigo benevolente, un buen número de políticos encumbrados de la comunidad Itam. Esto contribuyó a que fuera beneficiario de la “justicia y gracia”.
LOS QUE SIGUEN
Mi fuente asegura que no obstante lo complejo de las pesquisas, la decisión de la Fiscalía Anticorrupción es llegar hasta las últimas consecuencias. En este gobierno hay la voluntad política -me dice- de llevar a proceso a otros que fueron miembros de gabinete gabinista como Netzahualcóyotl Salvatierra, José Zorrilla, Jorge Castillo, entre otros ¿y qué va a pasar con Gabino?
Su expediente está en proceso. El castigo debe ser penal no el juicio político que solo alcanza efectos mediáticos. “Es pura faramalla”, me dice mi informante.
Relata que otro escollo es la resistencia de los indiciados a devolver el dinero desviado. Es otro renglón muy complicado. Está como ejemplo el caso del magistrado del TSJ, Alfredo Lagunas. En las entrevistas con abogados de la Fiscalía Anticorrupción, primeramente aceptó devolver dinero y bienes pero sus influencias políticas lo hicieron desistir. Ahora se parapeta en argucias jurídicas porque teme que al desaparecer el Congreso del estado el Consejo de la Judicatura que preside el mismo Lagunas, quede sin fuerza política que le garantice impunidad. A eso se deben sus maniobras políticas como el hecho de haberse presentado el martes pasado a comunicar formalmente el término de su licencia como magistrado presidente cargo que le confirió Gabino Cué. Al dejar la Judicatura, sería más fácil enjuiciarlo.
Mostrar músculo político de la manera en que lo hace el presidente con licencia del TSJ, Alfredo Lagunas, demuestra que tan lioso es encontrar la madeja de culpabilidad para procesar a un político de altos vuelos por actos de corrupción.
SSO, ALTO RIESGO
En el asunto del prolongado cierre de hospitales públicos y el sufrimiento y la muerte de la gente sin recursos, podemos decir que la tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la malignidad. Es lo que está haciendo el gobierno en este momento con la huelga loca del sindicato de Salud.
Una aleccionadora charla con un grupo de trabajadores del Hospital Civil, me permitió confirmar la vileza de los líderes sindicales de la Secretaría de Salud que, durante tantos años, en complicidad con sucesivos secretarios, han antepuesto sus intereses bastardos a los de la salud y la propia vida de los oaxaqueños más necesitados.
El actuar de estos lidercillos me hizo recordar una frase del griego Aristófanes que decía que “un populista o demagogo no debe ser ni honesto ni educado, sino ignorante y canalla”. Así es el comportamiento de Mario Félix y Alberto Vázquez con seis activistas que son los que incitan al cierre de hospitales públicos desde hace tres semanas.
Con la intención de frenar las investigaciones por la gran corrupción a la que están ligados, recurren a la demagogia ante sus agremiados con dos ofrecimientos extremos:
1.- Bases para los más de 18 mil trabajadores en lugar de depurar las nóminas.
2.- Contratar a un grupo de agitadores profesionales del cartel 22 para planear el sitio de la ciudad y barricadas como en el 2006 para doblar al gobierno antes que permitir el inaplazable reencauzamiento de la Secretaría de Salud a las normas.
Si el gobierno permite estas acciones y sigue tolerando esta huelga loca, estaría incubando el huevo de la serpiente en la sección 35 del SNTSS. El riesgo de que surja otro cartel 22 empieza a latir.
FRUSTRADO
Guerra sin cuartel por el poder es el sino de los políticos. Unos toman receso y otros arremeten. Es el caso del diputado ex priista Samuel Gurrión Matías.
El político juchiteco es de los que no aceptan un NO por respuesta. Se enfureció cuando el PRI no avaló su obsesión de ser candidato a senador. Pero no solo eso, hasta su partido (PRI) dejó. Su desplante de disparar antes de que la liebre saltara lo tiene ahora tocando puertas. Va brincado de un partido a otro; para él, la ideología y la ética son menos que nimiedades ya que se pueden hacer de lado o, simplemente, olvidarse.
Desesperado hizo correr el rumor de que el PRD lo había aceptado como candidato de la primera fórmula para buscar el escaño. El mismo dirigente estatal perredista, Raymundo Carmona, desmintió la versión. Todo indica que el desesperado Samuel se queda con las manos vacías.
Contrario al poder y los miramientos que tuvo en el PRI, en los otros partidos lo consideran oportunista y así lo tratan. Me dicen que, primero, recibió del diputado Carol Altamirano -entre istmeños te veas- el ofrecimiento de que apoyaría su transfuguismo. Aunque el coordinador de la bancada amarilla en el congreso local, se comprometió a que representaría a su bancada “con responsabilidad, profesionalismo, altura de miras y voluntad política por el bien de Oaxaca”, finalmente se convirtió en un promotor de un priista renegado.
Carol y Samuel cabildearon conjuntamente. Fueron a la CdMex donde convencieron a Héctor Bautista, jefe de la tribu ADN, para que lo hiciera su candidato. Samuel sintió suya la candidatura ya que no solo el diputado Carol lo respaldaba. Por el mismo negocio, digo proyecto, caminaba Amador Jara, dueño de la UCD, en disputa permanente con Raymundo Carmona, por la dirigencia estatal del PRD. Corrientes de izquierda radical apoyando a un ex priista. ¿Contradictorio no?
Así que para Gurrión, todos sus recursos ($) se fueron en saco roto, la candidatura no llegó y sin partido se quedó.
DESLEAL
La expresión del ex priista Samuel Gurrión de “yo voy a ser senador con o sin el PRI…” es hoy parte de la picaresca de la política juchiteca. Dicen que la determinación del ex presidente del congreso local, de abjurar del partido que le dio fama, poder y mucho dinero, no lo comparten ni sus hermanos. Fue un arrebato, dicen.
Samuel sabe que su mecenas está en el PRI y renegar de quien le dio tanto, se llama deslealtad. Se ha de estar muriendo de risa el que era su sostenedor que, cual mañoso dinosaurio, está convencido de que en política el bien más preciado se llama lealtad: cumplir la palabra empeñada, colocar por encima de todo y de todos, el compromiso pactado, lo demás, sea dinero, puestos y posiciones, vienen por añadidura. Todo eso se le va de las manos a Samuel.
Eso lo saben los del clan Gurrión y, según me dicen, David y Daniel ya lo comentaron al mismo gobernador a quien le reiteraron su observancia al partido, el PRI. Es decir, estos si son agradecidos. Mientras Samuel hacía su rabieta, sus hermanos se sumaron a las masas que estuvieron en el Centro de Convenciones para aplaudir a su candidato Meade.
TOCANDO PUERTAS
La actitud de este gran beneficiario del PRI, se suma a la de otros políticos chapulines que cambian de partido sin el menor pudor, actúan a conveniencias personales. Echan a la basura la ideología, la congruencia y la ética. Cuando en el PRI le dijeron que la candidatura al Senado ya estaba decidida en las cúpulas, buscó entre morenistas, panistas y perredistas, en la capital del país, a alguien que le pudiera dar cobijo. Pero el engrudo se le hizo bolas.
Hasta la mañana de ayer, según me dicen, los hijos de AMLO le cerraron definitivamente las puertas. En otra de sus negociaciones le dijeron que buscara inscribirse en la alianza PAN-PRD y se llevó otra sorpresa.
Suponiendo que en el último momento, permitieran el registro de Gurrión como candidato de la alianza PAN-PRD, sus posibilidades de ganar son nulas. Estos dos partidos atraviesan el momento de mayor descrédito, principalmente en Oaxaca donde Gabino Cue, el gobernador que surgió de una coalición similar, resultó un gran ladrón.
Solo los desmemoriados volverían a votar por una coalición similar que con Gabino a la cabeza sirvió para dos cosas: para alcanzar el poder y para saquear.