PORRISMO
ÁLVARO Reyes uno de los líderes camioneros de la CTM casi muere entre balazos que le dispara Gilberto Luis Martínez dueño del sindicato CNP. El mismo Gilberto protagonizó con sus seguidores una trifulca y mata a balazos a un chofer de la CTM. Al frente de sus golpeadores a los que pagaba con concesiones de taxis, mototaxis, camiones, operaba como un temerario golpeador, esquirol, rompía, agredía. Muchos reporteros cuando cubrían esas grescas, fueron golpeados, amenazados y despojados de sus cámaras por órdenes de este individuo.
SANGUINARIOS
EL 20 de noviembre del 2012, dejaron medio muerto al colega periodista director de la revista Ruta 135, Fernando Palacios Cházares. QUEDÓ moribundo, con el cráneo fracturado por policías municipales al mando del entonces presidente de Eloxochitlán de Flores Magón, Manuel Zepeda Cortés, profesor activista del cártel 22. Lo atacaron cobardemente cuando tomaba fotografías de los gendarmes en el momento en que agredían a un grupo de indígenas mazatecos que se dirigían a la ciudad de México a una protesta.
Botones de muestra de lo altamente peligrosos en que se tornan los grupos de choque cuando reciben impunidad de políticos venales que los usan para intimidar a los que consideran sus adversarios, a la gente que estorba a sus planes. Mientras ROBLES MONTOYA operaba como virtual vicegobernador, cuidó que nadie molestara a sus sicarios a pesar del persistente reclamo de justicia tanto el líder de la CTM, de los familiares del camionero asesinado y del colega reportero.
Tanto Gilberto Luis como los “maistros” del cártel 22, que agredieron al colega periodista ¿saben por qué actuaban con tanta saña? Por la impunidad que se la garantizaba BENJAMÍN ROBLES MONTOYA.
A ESO se debe que los grupos del cartel 22 actuaran con tanta beligerancia. La CNP, luego escindida en Sindicato Libertad, que regentean los hermanos Mayra, Amado alias “el tasajo” quien murió hace unos días; Gilberto motejado “el plátano”, Guadalupe y Adriana, alcanzaron inmenso poder por su eficacia como auténticos sicarios. La autoridad no los molestaba.
LOS hermanos LUIS terminaron por enfrentarse y partieron la CNP que creó el difunto Juan Luis Martínez. La impunidad, el dinero y las concesiones de transporte con que les pagaba el senador chilango, los prostituyó. Hoy, Gilberto y su sobrino Erick Luis Villaseca están en la cárcel. Finalmente, por tantos delitos que cometieron y ante la pérdida de poder de su protector el senador chilango BRM, la ley los alcanzó.
A LA BAJA
AUNQUE CNP y el sindicato Libertad, siguen operando, ya no tienen tanta manga ancha. Mayra Luis brincó a la CROC con un grupo de camioneros donde la protege el diputado David Aguilar.
DADA la triste experiencia que dejan al gobierno “del cambio” estos sindicatos que emergieron con la idea de enfrentar a las organizaciones obreras del PRI, han empezado, aunque tardíamente, a tratar de ponerlos en orden.
Para evitar conflictos entre los diferentes sindicatos de transportistas, el Gobierno del Estado procura que se cumpla el acuerdo que se logró con la CTM, en el sentido de otorgar el 50 por ciento de los contratos obtenidos a los sindicatos Libertad, CROC y CNP encabezados por miembros de la familia Luis Martínez. A su vez, que los sindicatos Libertad, CROC y CNP hagan lo mismo cuando obtengan una obra, otorguen a la CTM el 50 por ciento de los contratos logrados.
En un principio, los cuatro hermanos LUIS ofrecieron sin cumplir, repartir contratos de la siguiente manera: Sindicato Libertad, 25 por ciento; CROC, 10 por ciento; CNP, el 15 por ciento.
Incumplieron porque al escindirse CNP todos querían más porcentaje. Los enfrentamientos que se han dado, los bloqueos e incluso heridos, lamentablemente han sido propiciados por las agresiones y problemas que se han generado dentro de la familia Luis.
IMPROVISADOS
LA experiencia ingrata que deja el gobierno aliancista es la anarquía en los mandos del gobierno. “Se rompió la disciplina y respeto a los rangos, no hay cohesión en los sistemas de mando, cada quien actúa de acuerdo a sus intereses personales y de grupo”. Así me lo describe un alto funcionario. Es la causa de que muchos conflictos no tengan pronta solución.
La improvisación en el gabinete y el reparto de puestos “a cualquiera” por el simple pago de cuota a tal o cual partido, provocó tal desbarajuste que cuando un alto funcionario pedía despejar un plantón o bloqueo, lo desdeñaban y hasta era objeto de burla. “Por qué quieres quitarnos, si tú nos ordenabas hacer lo mismo”.
ESTE es el saldo negativo de un gobierno coaligado que, efectivamente, sirvió para ganar el poder pero no para gobernar.
HOY que están repitiendo el plan de las alianzas electoreras, la ciudadanía debe exigir a los partidos un programa de gobierno bien estructurado. Es necesario no repetir la inercia de solo aspirar a ganar elecciones y conseguir el poder.
DEBEMOS pedir a los candidatos que expongan con claridad para qué quieren el poder, porqué determinado candidato pretende ser gobernador. Y algo fundamental, que nos digan para qué quieren el poder y con quiénes quieren gobernar. Solo así, Oaxaca podría evitar que se repitiera el yerro de un gobierno que sirve a los intereses de unos cuantos y no al interés general de los oaxaqueños.
CUANDO tengamos enfrente a cada candidato vale insistirles: ¡basta de improvisaciones! Es una ficción decir que la política es la única profesión para lo que se piensa que no se necesita preparación previa.
A contrapelo de los políticos beligerantes como el senador chilango traído de Michoacán, BENJAMÍN ROBLES que apuesta a tomar el poder “cueste lo que cueste”, los mejores estadistas de la historia han entendido que la política es el arte de lograr acuerdos y limar asperezas; es una forma de tomar decisiones colectivas sin llegar a los golpes o a las armas.
POR fortuna, parece que en la cúpula del PRD han descartado el nombre de este aventurero de gentilicio incierto en la competencia por la candidatura. Están convencidos de que los políticos populistas ilusionan con quimeras que se desmoronan al contacto de la realidad. Y Robles es uno de estos.
ACIAGO
EN las puertas de un nuevo proceso para elegir gobernador, debemos pensar en un gobernador con buen juicio político ¿y qué significa? El analista Sergio J. González, de Crónica, explica:
LOS observadores de la praxis política se preguntan “¿Qué es tener buen juicio en política? ¿Qué es ser prudente o talentoso en política, ser un genio político, o al menos ser políticamente competente, saber cómo lograr que se hagan las cosas?”.
“¿En qué consiste este conocimiento? ¿Es el conocimiento de una ciencia? ¿Existen realmente leyes que descubrir, reglas que aprender? ¿Se puede enseñar a los hombres de estado algo llamado ciencia política… integrada, igual que otras ciencias, por sistemas de hipótesis verificadas organizadas en leyes, que permitan, mediante experimentos y observaciones adicionales, descubrir otros hechos y verificar nuevas hipótesis?”
El filósofo británico Isaiah Berlin afirma que dichas leyes existían. Para argumentar usa un ejemplo contundente de medicina. Dice que lo aprendido por el estudiante en libros y teorías no es suficiente para sanar a un paciente enfermo, pero también que es fatal no conocerlas.
Berlin hace dos analogías muy útiles: “Si conduzco un automóvil a una velocidad desenfrenada y llego a un puente de aspecto endeble y debo decidir si puede soportar el peso, es indudable que me sería útil algún conocimiento de los principios de la ingeniería. Pero aun así no tendré tiempo para detenerme a inspeccionar y calcular. Para que me sea útil en una crisis, el conocimiento debe haber dado lugar a una capacidad semi-instintiva, como la de leer sin estar consciente… de las reglas del lenguaje.”
El mérito de los grandes gobernantes y estadistas, dice nuestro autor, no es que piensan en términos generales, sino que captan la combinación única de características que constituyen esa situación particular y eso no se aprende ni se estudia en ninguna universidad, maestría, curso, diplomado, taller o conferencia.
De este modo, el buen juicio en política es pues, un don, un instinto, que permite obtener una integración correcta de una infinidad de datos “abigarrados, evanescentes, siempre superpuestos… profusos… fugaces”.
