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La noche de terror en Donají

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De ser una zona tranquila y rústica de la ciudad de Oaxaca en antaño, la agencia Donají pasó a ser una codiciada comarca residencial, donde la violencia se refugia en un tic tac permanente a punto de estallar. Ciegos partidarios de Morena, en quien pusieron todas sus ilusiones de un verdadero cambio, ven con tristeza y decepción, que el edil, por quien votaron masivamente, no ha dado muestras de ver por los ciudadanos, pero confían que en los dos años que le quedan, demuestre al PRI por qué su elección fue la mejor opción

Texto: Yolanda PEACH
Fotos: Esteban CHINCOYA

Al iniciar el año el tableteo de las armas de grueso poder, surcan el cielo. El rafagueo que protagonizan los avecindados de la agencia Donají retumba en todas las casas y los oriundos temen salir.
En todos los rincones del mundo esperan con ansia la llegada del Año Nuevo. Una fiesta de alegría y esperanza, donde los buenos deseos y las ilusiones de que todo mejore están inmersos en los corazones; en cambio, en la agencia Donají es una noche de terror.
Vecinos coinciden en que, los fuereños, que llegaron a establecerse en la agencia, son los que irrumpieron la paz que reinaba en este lugar.
Con terrenos comunales y ante el temor de que se los quitaran, ante el rumor que ocuparían los predios para hacer un camino, los oriundos comenzaron a vender.
“Vendimos terrenos sin saber quién iba a llegar (…) da miedo, de dónde salen esos caserones”, dice afligido el señor Luis Daniel Rodríguez.
Asevera que se acerca la fecha más temida por los vecinos de la agencia Donají, que es el 31 de diciembre, “hay mucha inseguridad al iniciar el año, sobre todo a la 1, 2 y 3 de la madrugada (…) se ponen a tirar con sus cuernos de chivo y armas muy poderosas para festejar el Año Nuevo. Hasta las casas cimbran con tanta metralleta. Uno no puede ni cenar. ¡Es terrible!”
Agrega que han pedido, de manera anónima, que esa noche se dé su vuelta la Guardia Nacional, “incluso si vienen entre semana, a mediodía, van a encontrar mucho, nosotros sabemos lo que decimos”.
Abunda que, con los nuevos caseríos, la tranquilidad acabó. “A mi mujer le gustaba hacer mucho ejercicio y salía a caminar, pero los nuevos vecinos pusieron bardas y no nos dejan pasar”.
“Tengo 50 años de vivir acá y esto se ha convertido en una bomba de tiempo (…) da tristeza”.

ESPERAN LA 4T

De mayoría morenistas, los vecinos están angustiados por la labor del edil de Oaxaca de Juárez.
“Rogamos no nos deje en mal. Oswaldo García es de Morena, votamos por él”, afirma don Margarito García.
Asegura que en esta agencia arrasó Morena, a pesar de que el candidato ni siquiera fue a hacer campaña.
“Hasta problemas tuvimos con un grupo de priistas de hueso colorado porque anduvimos con la manta para promocionarlo y que nos deje en mal este pendejo”.
“Por qué agarra el hueso, si queríamos el cambio, de qué se trata (…) solo nos puso de cuatro”, añade su hija María de los Milagros.
“Mientras (el presidente Andrés Manuel López Obrador) AMLO quiera y sus pinches estorbos que puso no lo ayuden, está cabrón”.
Afirma que en la agencia se rigen por usos y costumbres, pero no se lleva a cabo, “es por maña”.
“El anterior agente, Fortino Arango, a diario traía a (Javier) Villacaña (…) ahorita se quedó su hermano.
“Tuvimos otro agente, Demetrio Matías, borracho igual que el actual munícipe, lo escondían para que no lo vieran. Éste, dicen que está gordito, pero no, está hinchado de borracho y lo peor es que nos está dejando en mal”.
Cuenta que antes, cuando gobernaba el PRI, partido al que repudiaban, recibían ayuda.
“Nos daban calzado escolar, útiles, despensas para madres solteras y personas de la tercera edad, a inicio de diciembre ya estaban voceando que fuera uno por sus cobijas”, detalla, “no le hace que robe, pero aunque sea nos tapaba la boca con un lapicero”.
“Ahora dan despensas atrasadas y jodidas, ponen sus reglas, que cada tres meses y debemos asistir a un curso, pero no han dado ni en septiembre ni en diciembre (…) pura gente ratera”, añade.
“Bien que nos dijeron, no voten por ese desgraciado que es un pinche borrachote, ahora chotean a uno que qué va a dar Morena, pero ellos hacen más por su gente que por los ciudadanos”, lamenta.
“Estamos mal, en la colonia que vivas hay un robadero”, retoma don Margarito.
“El edil lo que está haciendo es dándole chance al PRI que vuelva a retoñar (…) da tristeza, porque en todas las agencias ganó y ahora no ha dado ni madres”, deplora.
“Si no da cobijas, por lo menos debería venir, él personalmente, y darnos, aunque sea, un litro de mezcal o ya de perdida de aguardiente para que se nos quite el frío”
“Vivimos de la mentira y ya no hay confianza (…) es triste, da mucha tristeza”, lamenta.

SIN LOS SERVICIOS, AÚN PAGADOS

Al recorrer la colonia, se observó que se trabaja en dos obras sociales. La pavimentación de una calle con concreto hidráulico y un muro de contención.
El encargado de la pavimentación, indica que desconoce de dónde vienen los recursos, si es una obra de gobierno o si los vecinos se organizaron. “Somos de una constructora que viene de fuera, pero el ingeniero no está para que le dé detalles”, informa.
Respecto al muro de contención que se ubica en prolongación de Venustiano Carranza, los trabajadores detallan que se trata de una obra de 50 metros de alto por 50 metros de largo, por tres de desplante y 40 de afinado.
Un letrero del municipio da cuenta que este muro beneficiará a 63 habitantes, forma parte del corredor sustentable de macro túneles y se invierte en su construcción un millón 51 mil 771.58 pesos.
Respecto a otros servicios, por los que los vecinos pagan puntualmente, se quejan de que no los reciben o son otorgados en forma deficiente.
Lo más desconcertante es que la zona norte de la ciudad, donde se ubica la agencia, antaño surtía de agua potable a la capital. Ahora no tienen ni para ellos mismos.
“No tenemos agua”, explica el señor Luis Daniel Rodríguez, “cada 20 días llega agua, pero apenas alcanza para llenar un tambo de 20 litros”.
Su esposa detalla que deben cuidar el agua, pues se ven obligados a recolectarla de la lluvia o a comprar pipas. “El problema es cuando no llueve. Tenemos que cuidar mucho la que ocupamos”.
Otra carga es la basura. El servicio de recolección no acude. “Pasa el de paga, porque el del ayuntamiento pasa cuando se le hincha”.
Eloísa Hernández, una jovencita que volvía de la escuela, platica que, por lo general, los vecinos optan por quemar la basura. Señala los terrenos de las casas, con su montículo de cenizas.
Luis Daniel asegura que tuvieron mucho problema con la reciente epidemia de dengue. “El líquido ese que vinieron a echar sólo alborotó el zancudo. No se muere, sólo provocó más enfermedad”.
Reclama que la autoridad sólo ve donde hay dinero, “tenemos años con un bache y jamás lo componen, solamente si se trata de obras grandes es que vienen. Hace poco pasaron midiendo por acá para hacer una obra en la calle, pero el bache no lo arreglaron”.
Añade que otra problemática es el transporte, “tengo 40 años de vivir aquí y ese ha sido nuestro calvario, el servicio es deficiente y las rutas que llegan acá son esporádicas”.

DESHONESTIDAD, EL AZOTE

Platicamos con varios mototaxistas que circulaban por la zona. Al preguntarle sobre la inseguridad en la agencia, coincidieron en que es una agencia segura para ellos. Laboran hasta las 11 de la noche y no han sabido de ningún asalto.
“Los mototaxistas son los que están robando. Son los rateros”, dice Ana Díaz, ama de casa.
Cuenta que justo la tarde anterior, a mediodía, le robaron a un pasajero. Dos mujeres fueron testigos del robo, y por temor, sólo atinaron a llamar a emergencias, pero nadie acudió.
“Acá nos tenemos que cuidar de los mototaxistas, son los que andan en malos pasos”, abunda.
La deshonestidad que caracteriza a las autoridades, de todos los rangos, es lo que provoca el problema que se vive en Oaxaca, afirma don Margarito García.
“Desde el presidente municipal, el agente de Donají, los policías municipales, los funcionarios; mientras sean deshonestos, nunca vamos a ver por el crecimiento de nuestro pueblo, no existirán obras sociales y la delincuencia seguirá aumentando (…) se está perdiendo la honestidad”, afirma el señor, ya de la tercera edad.
Su hija, María de los Milagros, tercia que hay muchos delincuentes “ya nadie está seguro”.
Cada que hay una emergencia, los policías municipales se tardan en llegar, “ni patrullan y cuando se les necesita demoran mucho en acudir”.
“¿Y para qué? Viene de adorno la patrulla. Le sacan dinero al ratero y lo sueltan a las dos cuadras, ahí en el puente, ¿De qué seguridad hablamos? ¿De quién nos cuidamos ahorita?”, se cuestiona.
Cuenta que justo una noche antes, se perpetró un robo en la cuadra. Estuvieron llama y llama al 911 y nadie acudió en auxilio.
“Al ratero lo defienden, incluso si lo agarro dentro de mi casa, a la que meten a la cárcel es a mí sí me defiendo”, asegura.
A don Margarito le entristece tener la certeza que la agencia Donají era la más tranquila, “ahora son las 9 de la noche y ya te encierras”.
“Uno no es libre de salir a la calle a sentarse a la sombra (…) la delincuencia es una constante, antes esto era una agencia tranquilisima y ya no”, lamenta.

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