El «boom» internacional que comienza a vivir esta industria, que en seis años ha crecido 500 por ciento y en 2017 generó 3 mil millones de pesos, no ha pasado desapercibido para los gigantes de bebidas alcohólicas. Empresas como Diageo, dueña del vodka Smirnoff; el whisky Johnnie Walker y el ron Captain Morgan; José Cuervo, el principal productor de tequila del mundo; Bacardí, la segunda marca de ron más grande del orbe, y la francesa Pernod, propietaria del whisky Chivas Regal y los vodkas Absolut y Wyborowa, han hecho inversiones para controlar parcial o totalmente la producción y distribución de al menos seis casas productoras locales
David Méndez
La ampliación de la Denominación de Origen del Mezcal (DOM), que hoy comparten 12 estados del país, posee un trasfondo político y económico que tiene el fin de beneficiar a empresas trasnacionales que buscan ganar terreno en la elaboración y distribución de aquella bebida espirituosa, que en 2016 generó ganancias por 3 mil millones de pesos, advirtieron productores oaxaqueños.
Empresas como Diageo, dueña del vodka Smirnoff; el whisky Johnnie Walker y el ron Captain Morgan; José Cuervo, el principal productor de tequila del mundo; Bacardí, la segunda marca de ron más grande del orbe, y la francesa Pernod, propietaria del whisky Chivas Regal y los vodkas Absolut y Wyborowa, son algunas de las compañías que desde hace cinco años han incursionado en el mercado oaxaqueño, en busca de una tajada en un sector que entre 2011 y 2017 registró un crecimiento de 500 por ciento en producción y 42 por ciento en el precio por botella, según el Consejo Regulador del Mezcal (CRM).
Nunca, desde su creación en 1994, la DOM ha pretendido salvaguardar el valor ancestral del destilado, cuyos vestigios en México datan de 200 años después de Cristo, sino que ha desposeído de aquel bien nacional a los verdaderos productores para ponerlo en manos de iniciativa privada y los grandes capitales, denunció el maestro mezcalillero y fundador de la organización Mezcales Tradicionales de los Pueblos de México, Eduardo Ángeles Carreño.
“En esto solo se han creado mafias que controlan el alcohol y hoy el alcohol de comercio en México es el mezcal, una bebida que para nosotros no solo es cuestión de comercio, es una cuestión de vida, es una cuestión de la historia”, agregó el productor, tras ser consultado sobre la determinación del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) de incluir en la DOM a 37.5 por ciento del país y, con ello, abrir la puerta para que otros 11 estados, además de Oaxaca, puedan elaborar y comercializar la bebida.
“Hoy, de manera arbitraria, (el mezcal) le está siendo arrebatado a la gente (productores); la gente tiene que pagar por un nombre, tiene que pagar por conservar algo”, añadió el nativo de San Antonio Minas, Ocotlán, un municipio de la región de Valles Centrales, localizado a una hora de la ciudad de Oaxaca.
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Datos hemerográficos consultados por Real Politik, establecen que, en 2013, un acuerdo con Casa Armando Prieto –una de las tres mezcaleras más grandes de Oaxaca, con sede en Tlacolula de Matamoros–, le permitió a la empresa cubana Bacardí distribuir mezcales como El Señorío y Zignum, mientras que, en 2014, José Cuervo se lanzó a la conquista de ese nicho y agregó a su catálogo el mezcal 400 Conejos, originario de Santiago Matatlán.
Meses después, en 2016, Diageo y Mezcal Unión signaron otro contrato de alianza, al tiempo que Pernod Ricard adquirió la mayoría de las acciones de Del Maguey Single Village Mezcal, fundado en Oaxaca por Ron Cooper y que en 2015 contabilizó ventas de 3 millones de dólares.
“No puedes creer que haya una Denominación de Origen y una norma para beneficiar a los productores; cada vez están siendo cerrados un mayor número de palenques porque los precios de la materia prima, que es el maguey (se ha encarecido), lamentó Ángeles, propietario del mezcal artesanal La locura y quien ha colaborado en diversas investigaciones especializadas en el tema.
El productor se negó a hablar de qué empresas en la entidad tienen vínculos con compañías extranjeras, pero sí accedió a opinar sobre la industrialización, la producción en masa, que está teniendo el mercado tanto en Oaxaca como en todo el país.
“Las que establecen el precio son empresas trasnacionales porque hoy el poder está en las exportaciones, en los volúmenes de litros que se venden, de dudosa calidad”, añadió.
En 2017, el volumen de producción de mezcal a nivel nacional llegó a 4 millones 644 mil litros, cinco veces más que los 920 mil litros fabricados en 2011.
El 50 por ciento de la producción se fue al extranjero: 63 por ciento tuvo como destino Estados Unidos; seis por ciento España; cinco por ciento Francia; cinco por ciento Inglaterra; dos por ciento a Canadá y dos por ciento a Alemania, de acuerdo con un reportaje de El Financiero.
Contrario a la opinión de los expertos en economía y negocios, que ven en el mezcal a un potencial competidor mundial del calado mediático del tequila, a Ángeles no le emociona ese panorama, pues sostuvo que los únicos beneficiados de la DOM han sido las empresas con mayor poderío económico y no los verdaderos hacedores.
“El 80 por ciento de productores no se han visto beneficiados de las normas; el 80 por ciento de los productores no saben qué es la Denominación de Origen ni que actualmente se suscita una disputa por el control de ésta», aseguró, en una entrevista concedida en una mezcalería del Centro Histórico de Oaxaca, donde comercializa su producto.
“Podemos ver muchas marcas, podemos ver empresas internacionales que están siendo dueñas de las marcas, que tienen sus propias marcas, son las que están dirigiendo el rumbo que tiene que seguir el mezcal y la tendencia que tiene pareciera que es a la perdición, volverlo un tequila más, hacia la destrucción”, sentenció.
La palabra mezcal, contó el especialista, es de origen náhuatl y significa maguey horneado. “A nada que no esté cocido en un horno de tierra se le puede llamar así”, atajó.
“Hoy, puedes visitar fábricas de muchas partes de la república y puedes visitar muchas fábricas de Oaxaca, donde vas a ver que están utilizando equipos industriales”, dijo, sin referirse directamente a alguna de las empresas antes citadas por este medio.
“No podemos pensar que estamos defendiendo una bebida cuando lo que estamos defendiendo no es esa bebida”, agregó, sobre las múltiples protestas generadas, luego de que el IMPI decidió, el pasado 10 de agosto, ampliar la Denominación de Origen para beneficiar a 23 municipios de Morelos, 15 del Estado de México, seis de Aguascalientes y uno de Puebla como productores y dueños de la bebida tradicional.
La falta de congruencia de los productores, argumentó, quienes por un lado dicen defender la cultura mezcalera, pero por el otro irrespetan la tradición permitiendo la simplificación del proceso para aumentar la producción, ha hecho que él se mantenga al margen de las protestas.
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En sentido opuesto, el presidente del Patronato Nacional de la Industria del Mezcal, Plácido Hernández Hernández, sostuvo, por separado, que la campaña de oposición que promueve la agrupación que encabeza en contra las ampliaciones territoriales de la DOM tienen como objetivo principal impedir que otras culturas o individuos empresarios, incluidos– que carecen del conocimiento ancestral, puedan crear bebidas alcohólicas con ese nombre.
Aunque la DOM tiene como principio preservar la cultura y los métodos de elaboración del producto, lamentó que tanto el IMPI como el Consejo Regulador del Mezcal –órgano encargado de vigilar la norma— han actuado con intereses políticos, empresariales e industriales y entregado concesiones sin garantizar que los 13 estados que hoy comparten los derechos de elaboración reproduzcan destilados de alta calidad.
“Después de que en 1994 se dieron las primeras Denominaciones de Origen (Oaxaca, Guerrero, Zacatecas, Durango y San Luis Potosí), se comenzaron a ceder por cuestiones políticas; no se dieron porque los lugares contaran con los lineamientos que tienen que ver con la Denominación de Origen que se dan en todo el mundo”.
Industria millonaria
Sin embargo, el origen de tales acciones podría derivar de las riquezas que actualmente genera sin que «la industria» haya detonado al 100 por ciento: Por cada 10 pesos que venden las productoras de mezcal, 6.9 pesos son para la Secretaría de Hacienda: 5.3 pesos por concepto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y 1.6 por el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Es decir, de los 3 mil millones generados en 2017, 2 mil millones fueron para el Estado.
–¿Tales gravámenes son la causa por la que quieren detonar la industria?
–Yo creo que hay intereses políticos, intereses comerciales e intereses industriales.
–¿Industriales por qué?
–Porque seguramente detrás de alguno de los estados que quieren la Denominación de Origen, hay una empresa grande que quiere producir mezcal; entonces, insiste a que se le dé la DOM.
»También existen líderes que apoyan esas causas, y ese es el detalle más grave: líderes que defienden al mezcal con sus palabras, pero con sus hechos lo traicionan.
–¿Así podría interpretarse la actitud del Consejo Regulador del Mezcal?
–Por ahí va el asunto.
Sobre la presencia en Oaxaca de los gigantes trasnacionales, reconoció que éstos mantienen una participación dentro del mercado, pero aseguró que, al menos hasta el momento, se han sujetado a los métodos de producción artesanal.
«La idea es tratar de conservar lo arsenal, pero tampoco podemos generar muchas cosas porque vivimos en un sistema global; la idea es que todos los mezcaleros nos unamos para que se valore más lo artesanal. Eso (el acceso de grandes compañías a la producción mezcalera) es parte de lo que nos envuelve en este sistema.
«Mientras (las trasnacionales) estén dentro de los parámetros, mientras estén dentro de la legalidad, no podemos hacer nada».
Reconoció, sin embargo, que la apertura indiscriminada de la DOM ha provocado el riesgo de que la producción del mezcal en todo México comience a virar con mayor celeridad a métodos industriales, con el objetivo de aumentar la cantidad de litros y reducir los tiempos de los procesos.
“No debemos cometer el mismo error que el tequila ha cometido; la mayor parte de las empresas son trasnacionales, los dueños ni siquiera son mexicanos; entonces, lo que se pretende hacer es que al mezcal no le ocurra lo mismo, no lo compren los extranjeros y que también se conserve la identidad para que nosotros seamos los dueños de la industria”, apuntó.
Los mezcaleros, refirió, no deben depender de la masificación del producto, pues, con ello, vendrá de manera irremediable la pérdida de su esencia.
“Tampoco queremos que sea 59-49 como es el tequila: 51 por ciento de azúcares y 49 de agave. (Queremos que el mezcal siga siendo) 100 por ciento de agave”.
A pesar de la postura de rechazo del Patronato Nacional, Eduardo Ángeles Carreño dio como un hecho que, tarde o temprano, la DOM será ampliada a prácticamente todo el territorio mexicano.
El mezcalillero precisó que, según estudios de la Facultad de Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 28 entidades del país existen bebidas destiladas a base de maguey y, en la mayoría, se les conoce como mezcal.
“Yo creo que tenemos que preocuparnos más en ver hacia adentro; definitivamente que puede haber en toda la república mexicana porque es un tema de interés político y económico; qué político no quiere tener su marca de mezcal, qué político no quiere invertir en eso, si hoy está creciendo».
Sin embargo, pidió a los productores oaxaqueños apegarse a la cultura y la tradición y no sucumbir a la distribución industrial.
Será labor de los artesanos cuidar la historia ancestral que recae sobre esa bebida y permitir que las futuras generaciones la sigan conociendo con la misma esencia que fue creada hace decenas de cientos de años.
Y no es una batalla perdida, pues afirmó que la calidad del mezcal artesanal oaxaqueño es suficiente no sólo para contrarrestar los embates de la globalización, sino para ganar en esa carrera.