Moisés Sánchez Limón / Mensaje Político
Entresemana
Aquella versión de que el Presidente de la República era el mejor informado del país, perdió credibilidad cuando Gustavo Díaz Ordaz desconocía la situación real que privaba en México, tanto que una versión refiere la existencia de un amigo personal que, como cualquier hijo de vecino, andaba por todos lados y le informaba sin maquillajes qué se opinaba de él entre el pueblo, es decir en espacios públicos.
Y, bueno, los presidentes del México contemporáneo, desde finales del siglo pasado, no pueden presumir de haber estado bien informados. Hay quienes han manifestado sorpresa frente a hechos consumados, porque les rasuraron la información o simplemente los responsables de los servicios de inteligencia la ocultaron por razones políticas, de grupos de poder y hasta personales. Los asesinatos políticos, son ejemplo de desinformación presidencial.
¿Sabía Enrique Peña Nieto en los negocios que andaba su amigo personal Ángel Heladio Aguirre Rivero?
Bastaría con leer el desplegado firmado por padres de familia de los normalistas desaparecidos y que la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, vinculados a la Escuela Normal de Ayotzinapa, publicó el 21 de octubre último, cinco días antes de que Aguirre Rivero decidió solicitar licencia por tiempo indefinido al cargo de gobernador, para entender por qué, más que agobiado por la escalada violenta en su contra, atendió a la “sugerencia” que le hiciera su amigo el Presidente –como ha trascendido—de dejar el cargo, con el riesgo de ser detenido y sometido a proceso penal porque, de acuerdo con fuentes confiables, se le señalaba como el jefe real del grupo criminal Guerreros Unidos.
Así, en ese proceso gradual que distingue a Peña Nieto en la atención de los problemas que se le han plantado en dos años de gobierno –que cumplió el lunes 1 de diciembre–, el anuncio hecho jueves se estima como el manotazo en la mesa para poner orden.
Otros manotazos han ocurrido sobre el escritorio del Presidente de la República, unos gravemente extemporáneos que solo sirvieron para el ajuste del gabinete mas no resolvieron situaciones de fondo.
El martes de la semana pasada, el coordinador de los diputados federales del PAN, José Isabel Trejo Reyes, respecto de ése importante anuncio presidencial y si éste entrañaría cambios en el gabinete de Peña Nieto, sostuvo que éste tipo de soluciones calman un poco el enojo social, “pero no te resuelven los problemas de fondo». Y puso como ejemplo el caso de Ángel Heladio Aguirre Rivero –el amigo incómodo.
“Lo vimos en Guerrero, salió el gobernador y no solucionó el problema”, citó Trejo Reyes.
Y Manlio Fabio Beltrones, que de estos asuntos sabe un rato, cuando Adela Micha le recordó lo dicho por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de que “hay que cambiar lo que no ha servido”, recordó que por más que se ha buscado una coordinación entre los tres niveles de gobierno en su función policiaca, éste no ha servido. Y fue más allá:
“Vean Iguala, ahí me parece lamentable que al final –después de conocer los asesinatos y las 43 desapariciones–, el entonces gobernador (Ángel Heladio Aguirre Rivero) haya dicho: “es que yo firmé desde marzo un convenio para tener un mando único entre el gobierno del estado e Iguala, pero el presidente municipal (José Luis Abarca) nunca quiso que lo hiciéramos”. Eso se llama indolencia, pero al mismo tiempo infuncionalidad.
“Tenemos que repensar la manera que esto no sea caprichoso, arbitrario, sino legal. De tal suerte que eso no funcionó, pues hay que cambiarlo. No creo que hoy alguien se quiera refugiar en el tema del ‘municipalismo’ para defender a la policía de Cocula o de Iguala, porque digan es que les tenemos que dar a ellos todo el mando, cuando sabemos que en algunas partes está podrido el mando policiaco, pero también está completamente echada a perder la facultad y la responsabilidad de algunos gobernantes”.
Y luego, en tribuna, ante el pleno de la Cámara de Diputados, en respuesta a las acusaciones de la oposición perredista y emeceísta, encabezada ésta por Ricardo Monreal, el diputado priista Leobardo Alcalá Padilla recordó lo dicho por Pablo Gómez de que “el gran levantón de Iguala se hizo por parte de un cuerpo policiaco en funciones y bajo las órdenes de un presidente municipal del PRD, donde otro perredista (Ángel Heladio) Aguirre, era gobernador. Y no les pregunto qué hizo el gobernador, porque no hizo nada para evitar la brutalidad”.
Pero, ¿dónde anda el amigo incómodo? Bueno, Ángel Heladio Aguirre Rivero está en la ciudad de México y, si nos atenemos a la información relacionada con la detención y desarme de sus tres escoltas, el pasado domingo cuando iban por “una amiga” de su jefe, y las referencias específicas en torno de su responsabilidad, más la aportada por fuentes confiables y que colaboraron en su momento con el senador y luego gobernador Aguirre Rivero, es previsible que éste sea la principal fuente de información que sabe a detalle el caso de los 43 normalistas levantados la noche del 26 de septiembre último.
Sí, en torno al anuncio hecho el jueves 27 de noviembre por el presidente Enrique Peña Nieto, se ha bordado la versión de un ajuste en el gabinete, la formal designación de Jesús Murillo Karam como Fiscal de la República y hasta la convocatoria a un acuerdo entre los Tres Poderes de la Unión para solucionar de raíz el severo problema de impartición de justicia y combate a la impunidad.
–Si no se ataca la corrupción y la impunidad, de poco serviría cualquier cambio, ¿no?—planteó Adela Micha a Beltrones.
–Tienes toda la razón, pero fíjate de lo que estamos hablando. El problema que traemos hoy es un déficit de justicia acumulado de varias décadas –hay que admitirlo, un exceso de impunidad con la que parece que nos hemos acostumbrado a vivir, lo cual muchos de nosotros nos negamos a hacerlo—respondió Manlio.
¿Ángel Heladio será la muestra de que se acabaron injusticia e impunidad? A grandes problemas, cita la frase común, grandes soluciones. ¿Habrá manotazo en el escritorio presidencial? Digo.
MIÉRCOLES. Cuando a doña Carmen Romano de López Portillo intentaron treparla en el escándalo, una atenta solicitud silenció al poder fáctico de avenida Chapultepec. Los tiempos han cambiado. Hoy no hubo atenta solicitud porque es otra forma de gobernar en la aldea global. Y son varios los poderes fácticos, incluido el que se dice independiente. Más vale un exceso en tiempo que el retroceso en el tiempo. Conste.