Donald Trump dijo este martes (13.10.2020) ante una multitud en Pensilvania que está combatiendo «marxistas» y «lunáticos», mientras que su rival en las elecciones presidenciales de noviembre, el demócrata Joe Biden, lo acusó en Florida, otro estado clave, de haber tratado a los estadounidenses como «prescindibles» durante la pandemia de COVID-19.
A sólo 21 días de los comicios, el 3 de noviembre, y mal posicionado en las encuestas, Trump disparó todas las estridencias exageradas de su arsenal contra los demócratas e insultó a Biden sobre su estado mental.
Dijo que el exvicepresidente estaba «asustado como un perro» durante el debate televisado entre ambos, lo calificó como «disparatado» mentalmente y afirmó que el líder demócrata era peón de comunistas.
«Le está entregando el control a socialistas y marxistas y a los extremistas del ala izquierda», dijo Trump a una escandalosa multitud en Johnstown. «No puede enfrentarse a los lunáticos que dirigen su partido».
Trump, de 74 años, fue más allá en su manida narrativa que Biden, tres años mayor, es muy frágil para ser presidente, al tuitear una foto falsa que muestra al candidato demócrata en una silla de ruedas, rodeado de personas ancianas en sillas de rueda en una habitación.
«Biden para presidente», dice la leyenda, pero con la «p» tachada para que se lea «residente». La burla a los ancianos enfermos contrasta con las dificultades aparentes, según algunas encuestas, del presidente para retener la lealtad de los adultos mayores, un importante electorado.
En Johnstown, el magnate retomó la imagen de ‘outsider’ que mantuvo antes de su sorpresiva victoria en 2016, afirmando que estaba combatiendo a una «clase política corrupta y egoísta» en Washington.
Pero incluso mientras deleitaba a la masa con sus mejores éxitos retóricos, Trump demostró de nuevo que a pesar de marchar detrás en las encuestas, no tiene intención de cortejar a los electores demócratas en una nación profundamente dividida.
«Si ellos llegan, esto terminará siendo una versión de Venezuela a gran escala», dijo, pintando una visión antinmigrante de un país donde los demócratas den servicio de salud gratuito para «extranjeros ilegales», mientras «diezman el Medicare (el sistema estatal de salud para la tercera edad) y destruyen tu Seguridad Social».