Diego Ortiz
Fontanero. De acuerdo a varias definiciones de diccionarios son los “individuos responsables del mantenimiento y drenaje de tales sistemas para efectos de agua potable, para el drenaje, calefacción, ventilación y aguas residuales”.
“Por lo general, los fontaneros trabajan de manera autónoma o independiente; no obstante, también pueden trabajar para Contratistas o por el área de mantenimiento de edificios y demás establecimientos”, se añade.
Definición que bien puede extrapolarse para definir la actual relación entre los gobiernos de Estados Unidos y México, más a la luz de las recientes declaraciones del presidente Donald Trump respecto al nuevo papel de la Guardia Nacional mexicana en labores de Border Patrol versión mexicana.
“Estoy usando a México para proteger nuestra frontera, porque los demócratas no cambian las lagunas en la legislación”, dijo hace unos días Trump y agradeció por el despliegue de 27 mil soldados en nuestro país para proteger su frontera sur y evitar la llegada de migrantes centroamericanos, caribeños y africanos.
No es nada nuevo, ya se sabía del nuevo papel para realizar el trabajo sucio, de fontanero del gobierno mexicano. Cientos de miles detenciones y deportaciones masivas este año. Lo mismo de mujeres, niños y jóvenes migrantes. Miles de africanos en Tapachula viviendo en las calles, suplicando por un pase de salida o una visa que les permita llegar a la frontera con Estados Unidos.
Los saldos o daños colaterales de estos agradecimientos, bien merecidos, del presidente Trump al Gobierno de México: Desde el mes de junio en que México empezó a trabajar más abiertamente para detener a los migrantes para evitar que lleguen a Estados Unidos se han presentado siete quejas ante la CNDH contra la Guardia Nacional por casos de abusos o excesos.
“Debo destacar que a pesar de que es uno de los despliegues más importantes que ha habido para seguridad, y en este caso para apoyar tareas de migración, solamente tenemos noticia de siete quejas ante la Comisión de Derechos Humanos, que están en integración; es decir, ha sido un despliegue exitoso y como se ordenó por parte del señor Presidente, con respeto a los derechos humanos”, dijo el canciller Marcelo Ebrard para minimizar el nuevo rol de fontanero mexicano.
Sobre las felicitaciones del patrón del norte a la labor de la Guardia Nacional y otras instituciones mexicanas para detener a los migrantes, la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo que el mandatario estadunidense ya está en campaña y que el trabajo que hace México es para “nuestra seguridad nacional, es el tema de quién entra a nuestro territorio, cómo podemos tener una migración ordenada, segura, regular”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionado por las felicitaciones de Donald Trump, por la labor de vigilancia de su frontera sur, apuntó: «Nosotros, sin baladronadas, sin exageraciones, representamos con dignidad a nuestro país y no tenemos nada de que avergonzarnos. Se defiende la soberanía de México, al mismo tiempo no queremos confrontación».
Después matizó, esta vez no con el amor y paz para su homólogo estadunidense, pero si “nos interesa una buena relación con Estados Unidos y una buena vecindad, y buscamos que haya cooperación y respeto mutuo”. Tal Cual.