EDITORIAL
Indiferencia, desinterés o irresponsabilidad, lo que sea pero las autoridades oaxaqueñas alzaron la voz tardíamente en la defensa de los productores de mezcal que desde un principio se opusieron a la ampliación de la denominación de origen de la bebida en 44 municipios de Morelos, Estado de México y Aguascalientes.
Los nuevos municipios considerados mezcaleros no reúnen las condiciones legales y reglamentarias necesarias para su procedencia, pues en sus territorios ni siquiera existen antecedentes de siembra o presencia silvestre del maguey.
Cuando decenas de productores oaxaqueños, encabezados por el gobernador Alejandro Murat Hinojosa marcharon en la Ciudad de México, bloquearon vías de circulación y se enfrentaron con granaderos, la semana pasada, ya era demasiado tarde para protestar.
El 13 de julio pasado, el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) remitió a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) la resolución aprobatoria para incluir a nuevos municipios en la denominación de origen del mezcal.
El 8 de agosto se publicó en el Diario Oficial de la Federación la resolución mediante la cual se modificó la Declaratoria General de Protección de la Denominación de Origen para incluir a 44 municipios de los tres estados beneficiados.
En respuesta, ocho de los nueve estados productores de mezcal: Durango, Zacatecas, Guerrero, San Luis Potosí, Puebla, Michoacán, Tamaulipas y Guanajuato rechazaron dicha resolución en sendas cartas dirigidas al presidente del IMPI, Miguel Ángel Margain. El único que no protestó fue Oaxaca, toda vez que el secretario de Economía del Gobierno estatal, Juan Pablo Guzmán Cobián guardó absoluto silencio.
Lejos de asumir la defensa de los productores de mezcal, las autoridades oaxaqueñas distrajeron su atención en la disputa que se dio por la presidencia del Consejo Mexicano para la Regulación de la Calidad del Mezcal (Comercam), la cual debía renovarse el 28 de abril pasado, pero el proceso se violentó.
Y es que el actual dirigente, Hipócrates Nolasco Cancino, presentó su candidatura para reelegirse, pero también presentó su candidatura el empresario Carlos Guzmán Gardeazabal, tío del secretario de Economía, Juan Pablo Guzmán Cobián y quien, por supuesto, tenía el respaldo del gobierno del estado.
Los productores de mezcal interpretaron que la indiferencia del gobernador Alejandro Murat y sus colaborador el secretario de Economía, se debía al fracaso en el intento de imponer al frente del Consejo Regulador del Mezcal, a Guzmán Gardeazabal, en lugar de Hipócrates Velasco, conflicto que generó una serie de acciones represivas por parte de la Secretaría de Finanzas en contra del Consejo y otras personas, incluyendo a un notario público, cuyas oficinas fueron clausuradas de manera ilegal.
Por ello sorprendió más tarde que Murat Hinojosa haya anunciado que encabezaría la defensa de los derechos de los productores de mezcal, jurídica y políticamente, como lo hizo en la Ciudad de México, donde mezcaleros se enfrentaron con granaderos al cerrar vías de circulación.
Resulta gravemente contradictorio que el Gobernador de Oaxaca haya encabezado una protesta que violentó “el derecho de tránsito” en vialidades de la capital del país, mientras que en esta entidad, meses atrás, impulsó a través de grupos de abogados afines al PRI, una iniciativa para reformar la ley y castigar, con sanciones administrativas severas, las manifestaciones, plantones y bloqueos que lesionaran el derecho al libre tránsito.
Entre contradicciones, negligencia u omisión, la defensa de los productores de mezcal por parte del gobierno oaxaqueño llegó demasiado tarde.