Francisco GARFIAS/Excélsior
Aristegui dio a conocer ayer un posicionamiento frente a su despido. Lo hizo en su portal de internet y no en el Museo Memoria y Tolerancia.
El lunes 16 de marzo fue día feriado. Puente por el natalicio de Benito Juárez. El equipo de Carmen Aristegui llegó a las cinco y media de la mañana a trabajar. No era un día ordinario. Reinaba la incertidumbre. Las cosas no andaban bien con la empresa.
El diferendo con MVS por el tema Méxicoleaks había ocasionado no sólo el despido de Daniel Lizárraga e Irving Huerta, integrantes de la Unidad de Investigaciones Especiales, sino también la exigencia de la influyente conductora para que los reinstalaran.
Al llegar a su sitio de trabajo cada uno se encontró con un fólder azul y un cheque: el de su liquidación, nos dicen en el entorno de Carmen.
Veinte personas, incluida la conductora, ya no trabajaban allí.
Fue un trancazo que no se esperaban tan rápido. Ese día no había bancos. Tampoco empleados de la administración. Pero en MVS tenían ya listos los cheques y el comunicado en el que darían a conocer la rescisión del contrato conAristegui.
“No aceptamos ni ultimatos ni condicionamientos de nuestros trabajadores”, decía el texto de la empresa.
Eso los convenció de que hubo mano negra del gobierno en su salida. Extraño, ¿no?
Aristegui dio a conocer ayer un posicionamiento frente a su despido. Lo hizo en su portal de internet y no en el Museo Memoria y Tolerancia, donde originalmente estaba proyectado.
Iba a ser una conferencia de prensa, pero llegaron demasiados fans de la conductora con gritos, consignas y pancartas en su defensa. No cabían en el espacio previsto. Aquello se transformó en un mitin en el que se escucharon consignas como “¡Carmen presidente!” o “¡fuera Peña!”
El espacio dispuesto para los medios no alcanzaba para dar cabida a periodistas y manifestantes. Protección civil dijo que sólo podrían entrar al museo 200 personas. Éramos muchos más. Trataron de meter orden. Imposible. El cristal de la entrada era frágil. Optaron por cancelar el acto. La seguridad lo exigía.
Un puñado de inconformes con la cancelación del evento comenzaron a gritar “¡Ciro! ¡Ciro!”
Pasadas las 19 horas empezó el streaming (transmisión por internet) de Aristegui.
Varios puntos destacaron en la larga intervención, y en la sesión de preguntas y respuestas que le siguió:
–Aristegui pidió a los Vargas reconsiderar su salida. Quiere recuperar el “espacio de libertad” que construyó con su equipo. Pero lo hizo en un tono que hace imposible a los socios mayoritarios de MVS recontratarla.
Les dijo que están a tiempo de “revertir el golpe contra la libertad de expresión”, pero también que sólo ellos saben los motivos de lo que calificó como un despido ordenado. “No los reconozco”, recalcó.
-Si no reconsideran los Vargas, buscará el “amparo de la justicia”. En otras palabras, los verá en los tribunales.
“Un contrato como el nuestro no se puede romper de esa manera”, aseguró.
-Una y otra vez sugirió que Los Pinos están detrás del “vendaval autoritario” que golpea la libertad de expresión. Reconoció, eso sí, que no tiene “evidencia contundente” de sus dichos, pero que “sospecha…”.
-No admite como “error” haber usado el logo de MVS en el anuncio de la plataforma Méxicoleaks, sino como un intento de ampliar las vías para allegarse información.
-Faltan episodios que contar en la historia de la Casa Blanca.
-Si no puede volver a MVS, y si la justicia no la ampara, podemos concluir que los periodistas “perdemos en general”.
“Es una batalla por la libertad”, aseveró.
Su pronunciamiento lo podríamos resumir con la siguiente frase: “Soy yo o la censura…”.
Tronó el cuete en el PT. Su presidente en el DF, Adolfo Orive, se tambalea. Puede ser destituido por la dirigencia nacional del partido el miércoles próximo. ¿La razón? Lo culpan de haber echado abajo las alianzas con el PRD por lavendetta personal que trae contra Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del DF.
“Alberto Anaya —jefe de jefes en el PT— está cansado de que Orive sabotee la alianza con el PRD en el DF. Hoy tiene que armar 122 candidaturas para cubrir la Ciudad de México. Analiza el momento más adecuado para su salida y terminar, de una vez por todas, con la inexistente diferencia con el GDF”, nos dijo el diputado José Benavides.
Agregó: “Eso terminaría, de un solo tiro, con las aspiraciones de Orive de ocupar la primera plurinominal al Distrito Federal”.
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