EDITORIAL
Uno de los ejes de la inseguridad en Oaxaca es el transporte. Muchos de los ilícitos que se cometen a diario, incluso las ejecuciones, tienen sus efectos colaterales en transportistas, taxistas o moto-taxistas. Es decir, este gremio no es ajeno a las operaciones criminales que se dan a diario en la entidad, aunque en el gobierno estatal no lo vean así. En los últimos años terminó, en apariencia, el poderío de la otrora intocable Confederación de Trabajadores de México (CTM), que no sólo controlaba sindicatos afines al transporte, la construcción o los servicios, sino inclusive, el regenteo de prostitutas, la trata de personas y el cobro de derecho de piso. Otros sindicatos y confederaciones emularon las mañas y las acciones fuera de la ley, como la Confederación Nacional de la Productividad (CNP), el “Sindicato Libertad”, la Federación Estatal de Sindicatos de Oaxaca (FESO) y otros, cuasi propiedad de familias completas metidas al regenteo del transporte concesionado.
Pero la llegada de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), que a nivel nacional dirige Pedro Haces Huerta, vino a trastocar lo poco que había de estabilidad. Desde hace al menos dos años que empezó a penetrar, se ha convertido en un ente violento y en abierto desafío al gobierno y a las instituciones. Hace poco menos de un año, a raíz del enfrentamiento que sostuvo con “Libertad” en los playones del Río Atoyac, que ambos habían invadido de manera ilegal, un adolescente murió. De ahí para adelante los muertos y heridos en balaceras se han ligado con ajustes de cuentas en estas mafias del transporte, convirtiéndose en los nuevos reyes de las calles. El sábado 4 de enero de 2020, las redes sociales dieron cuenta de un enfrentamiento a golpes frente a las oficinas de la Policía Vial, entre miembros de CATEM y elementos policiales.
El pasado martes 7 de enero, por la mañana, se suscitó una balacera, en la que dos mujeres resultaron heridas, en Avenida Ferrocarril, en jurisdicción de Santa Cruz Amilpas. Al intervenir elementos policiales, fueron recibidos a tiros por quienes más tarde fueron detenidos: Antonio López, de 31 años, originario de Veracruz y Gonzalo Medrano Sáenz, de 25 años, originario de Sinaloa, además de cuatro sujetos más. Un día antes, un moto-taxista de Nazareno, Etla, fue ejecutado adentro de su unidad con un tiro en la nuca. Lo que llama la atención es la impunidad impresionante que se les ha otorgado a los que mueven el ajo en el transporte concesionado, llenando los sindicatos no con trabajadores del volante, sino por sicarios.