Por Alfredo Arenas Casas.
PIERDE FLAVIO GANA GOBIERNO Y SOCIEDAD.- Valió la pena que la sociedad a través
de los medios de comunicación alertaron sobre el peligro que representaba el que
alguno de los alfiles de Flavio Sosa Villavicencio llegará a ocupar la titularidad de la
Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, al final los diputados
locales escogieron si no al mejor, al menos malo o sea a Bernardo Rodríguez Alamilla,
quien aparte de ser un conocedor en la materia ya tiene experiencia suficiente ya que
fue consejero de este organismo. Flavio pues pierde y gana el gobierno y la sociedad,
de sus más de 10 candidatos a ocupar el puesto no quedó ninguno, todos tenían el
fierro de la APPO marcado en sus espaldas, así que sabiamente hasta los diputados de
Morena supieron actuar con inteligencia negandoles su voto para ocupar dicha
posición. Incluso hasta los que con tiempo se desligaron del tristemente líder inmoral
de la APPO.
Tenemos pues un defensor de los derechos humanos ajeno a los curitas de la teología
de la liberación y de los radicales líderes de la APPO , ojala y sepa lo que hace y pueda
la sociedad oaxaqueña confiar en el nuevo equipo que tendrá la Defensoría de los
Derechos Humanos del pueblo de Oaxaca. Sin duda una decisión salomónica que nos
beneficia a todos.
CÁTEDRA DE PERIODISMO A LOS QUE CUBREN LA FUENTE OFICIAL.- Sin duda la
cátedra de periodismo dada por el comunicador Jorge Ramos a los reporteros de los
diarios nacionales y demás medios de comunicación que cubren las mañaneras de
López Obrador todos los días, no se olvidará pronto, lo que hizo es una práctica común
en los Estados Unidos, pero en México y en este gobierno es prácticamente imposible
que se pueda llevar a cabo, en otros países los reporteros gozan de libertad para poder
cuestionar a los gobernantes, en México el que paga manda, y a ningún medio de
comunicación le pagan para que les peguen, por eso las preguntas son a modo para no
molestar al gobernante en turno, pero eso no lo sabía Jorge Ramos, asi que solo hizo
su trabajo, o sea, preguntar, cuestionar y debatir con el gobernante, nos causo
sorpresa porque repito en México a nivel federal, estatal y municipal es o es imposible,
cuando lo haces para cumplir con tu trabajo, quedas fuera y pierdes la confianza de los
gobernantes en turno que tienen la epidermis muy sensible. López Obrador
simplemente no supo que hacer ante la andanada de cuestionamientos de un buen
periodista.
