El abandono del campo, la raquítica inversión destinada a este sector y la poca o nula eficiencia de los programas asistencialistas ha provocado que en muchos municipios de la entidad, campesinos, productores forestales e indígenas que durante toda una vida fueron fieles electores del Partido Revolucionario Institucional hoy emigren hacia otras alternativas políticas como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), señalan especialistas, quienes advierten que los sufragios del medio rural serán el fiel de la balanza en la elección del próximo 1 de julio
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
De Loma Bonita a Santiago Jamiltepec, de San Pedro Tututepec a Salina Cruz, de San Pedro Mixtepec a Pluma Hidalgo las cifras muestran que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha perdido la hegemonía de aquello que en momentos históricos de la dictadura perfecta llamó el voto verde, la elección del campesinado. Aquellos grupos que representaron una de las bases más fuertes para el priismo miran otras alternativas, principalmente la del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Hoy los principales municipios productores de Oaxaca se encuentran a punto de abandonar la nave tricolor, si no es que ya lo hicieron.
En el distrito de Loma Bonita, uno de los principales productores del sector primario en el estado, la diferencia entre PRI y Morena en los comicios de 2016 fue de 1,174 votos. El partido que postuló a Alejandro Murat tuvo que echar mano de su alianza con el Verde y Nueva Alianza para triplicar su ventaja; en el distrito local 25, que incluye a Santa María Tonameca, Santa María Huatulco, San Pedro Pochutla y San Pedro Tututepec, el tricolor obtuvo una votación menor a la del partido de Andrés Manuel López Obrador y, de nuevo, solo en coalición logró superarlo por 3,419 votos; Morena, con los votos de su hoy aliado, el PT, habría tenido una diferencia de casi 10 mil votos; en el distrito 2 de Tuxtepec, el mayor productor ganadero de la entidad, la diferencia favorable al priismo fue de 896 votos.
¿A qué se debe que la votación entre el PRI y su principal competidor sea cada vez menor o de plano desfavorable en las zonas productoras? Al abandono del campo, a que los programas asistencialistas no han logrado llegar a la mayoría de la población ni ser eficientes para reactivar la actividad económica, coinciden especialistas.
Para Esteban Ortiz Rodea, ex delegado en el estado de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (SAGARPA), observar la forma en que se utiliza el presupuesto estatal permite comprender el porqué el gobierno tiene menos control sobre las zonas “verdes”. De los aproximadamente 90 mil millones de pesos que recibe el estado anualmente, 25 mil están etiquetados para ser utilizados por el gobierno federal; de los 65 mil millones restantes, 21mil se destinan al pago de 98 mil plazas del sector educativo; entre 7 mil y 8 mil millones más van al pago de nómina del sector salud y entre 10 mil y 12 mil millones de pesos más pagan los sueldos de la burocracia estatal. En total, alrededor del 60% del presupuesto disponible se gasta en salarios, de 10 a 15% más en gasto corriente y quedan disponibles para el desarrollo de Oaxaca entre 8 mil y 10 mil millones de pesos. En las prioridades, entre las carreteras, escuelas y el pago de deuda, el campo se mantiene ausente.
“Desafortunadamente tenemos sectores colapsados, el sector educativo es un sector colapsado en Oaxaca, el sector salud lo mismo es un sector colapsado, el sector del campo está dejando ir muchas oportunidades y es un sector productor de materias primas, no se transforma el maíz ni los productos cárnicos, transforma los productos de la silvicultura en muy poca escala, sigue siendo un sector que si no está en colapso es por la iniciativa y el tesón de los campesinos, pero no tarda en entrar en etapa de colapso”, subraya.
Bajo estas condiciones, continuar apostando a mantener la presencia electoral del tricolor en el campo a través de las organizaciones tradicionales –la Confederación Nacional Campesina o Antorcha Campesina–, resulta insuficiente, subraya el entrevistado.
“Ni el PRI, ni el PAN ni Morena tienen una propuesta hegemónica, la votación va a depender de las alianzas en espacios como los municipios. Las organizaciones ya han pasado a jugar un papel de corredores electorales en el que obtienen beneficios de las tres fuerzas, de las tres coaliciones, seguramente tendrán propuestas de las tres partes, a las tres les dirán que sí y como organizaciones más maduras tomarán una decisión libre, hay aún algunas corporativas, en las elecciones las organizaciones jugarán un papel no definitivo pero sí importante en la medida en que tengan un acercamiento con los partidos”.
Oaxaca, como 27 entidades de la república, encuentra la mayor parte de su participación electoral en las zonas rurales. En la más reciente elección federal, en 2015, de los 11 distritos con los que contaba en 10 la participación rural superó a la urbana, en algunos casos hasta en 20 puntos porcentuales. En 2012, cuando estados como Chihuahua, Durango, Sonora, Coahuila, Nayarit y Zacatecas presentaron secciones electorales con más del 50% de votos favorables a Enrique Peña Nieto, en Oaxaca, como en Guerrero, Veracruz y Tabasco, el candidato priista obtuvo el menor número de votos por sección, “prácticamente fue erradicado por el PRD”, señala un estudio realizado por la organización México Evalúa.
“Tradicionalmente el PRI se benefició del apoyo electoral en las zonas rurales más marginadas del país. El llamado ‘voto verde’ y la fidelidad de los más pobres hacia este partido estuvo cimentada en prácticas clientelares y en la distribución de apoyos que estratégicamente se otorgaban antes de las elecciones. Los pobres votaban por el PRI porque de lo contrario, corrían el riesgo de quedar permanentemente excluidos de apoyos como Procampo, títulos de tierra, crédito, fertilizantes, despensas, medicinas, etc. La mayor parte de los apoyos y programas sociales durante la larga época de hegemonía priista fueron administrados con importantes sesgos partidistas”, señala el estudio La geografía electoral de 2012, elaborado por Alberto Cayeros y Beatriz Magaloni.
El verde del bosque,
tampoco para el PRI
Otras de las zonas que registran un importante declive en la votación priista son los bosques de Oaxaca, donde radica hasta el 30% de la población del estado. El poco control que el Gobierno del Estado tiene de estas áreas, explica el ingeniero Omar Sánchez, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionistas Forestales Sección Oaxaca, se debe a los pocos recursos que invierte.
A pesar de las alertas que han levantado debido a la alta concentración de plagas en algunas zonas y por la alta incidencia de incendios forestales, no han recibido una respuesta satisfactoria por parte de la autoridad competente, la Comisión Estatal Forestal (Coesfo) a la que se le etiquetaron poco más de seis millones de pesos para este año.
“Es un presupuesto ridículo, en 2018 ni si quiera se le ha dado el dinero a la Coesfo, más que un control de las zonas forestales, hay un fuerte reclamo al gobierno y al partido en el gobierno, no veo cómo pueda condicionar a las comunidades a votar, no tiene la posibilidad”, asegura.
Para el Revolucionario Institucional, subraya, más que el control, le quedará la tradición partidista de ciertas comunidades forestales, cada vez menor. “Santa Cruz Itundujia, por ejemplo, es una comunidad donde siempre ha ganado el PRI, pero eso es por convicción, no por condicionamiento, porque se otorguen apoyos, hay otras comunidades, sobre todo de la Sierra Norte, donde hay presencia de otras fuerzas, principalmente de Morena, que también tiene una presencia fuerte en municipios como San Pedro El Alto y Textitlán, en el lado de Putla tiene más presencia el PRD”.
En el distrito 9, que concentra a algunos de los municipios forestales más importantes de la entidad como Ixtlán de Juárez y San Pablo Macuiltianguis, la coalición PRI-Panal-PVEM obtuvo 110 votos más que Morena; en alianza con el PT la ventaja sobre el tricolor habría sido de más de seis mil votos. En San Pedro El Alto, otro municipio maderero, entre Morena y PT sumaron 488 votos; PRI, Panal y PVEM, 482.
Críticas de comunidades indígenas
Si ha perdido el voto campesino, el Revolucionario Institucional también ha encontrado dificultades para mantener su presencia en comunidades indígenas, donde en 2016 registró también pérdidas significativas frente al partido que lidera López Obrador. En estas poblaciones, apunta Sofía Robles Hernández, coordinadora general de Servicios para el Pueblo Mixe (SER-Mixe), hay una fuerte crítica hacia el gobierno a nivel nacional y estatal por parte de un sector de la población que está informada, menor respecto a la que se mantiene al margen de los asuntos políticos.
“Hay mucha desinformación, quizá será el 20 o 30% de las personas las que digan yo quiero votar por un candidato, pero las personas mayores, quienes no saben leer, no saben hacia quién quieren votar, ahí hay un aprovechamiento del partido oficial, ellos creen que el partido oficial es el que va a cambiar la realidad, ahí hace falta mayor conocimiento porque al momento de llegar a las urnas no se sabe qué esperar”.
Para Robles, no obstante, hay una división muy fuerte aún entre las comunidades indígenas y los partidos políticos, pues sobre temas esenciales como la defensa del territorio y el derecho a la libre determinación no ha habido un pronunciamiento claro.
“Los partidos han creado caciquismos y tienen que ampliar sus horizontes, necesitan dar más oportunidades a otras personas para generar mayor representatividad, los candidatos indígenas han representado a sus partidos, no a los indígenas, lo que se necesita es que haya una mayor representación indígena, a personajes como Cándido Coheto lo pone el partido, no la comunidad”, señala.