Yuriria SIERRA/Excélsior
Misterio sin resolver I. Cuando José Luis Abarca pasó de alcalde de Iguala a prófugo de la justicia no hubo una sola alma al interior del PRD que intercediera por él. Acaso nada más el exgobernador Ángel Aguirre se mostraba un tanto más empático con la figura del hoy preso, pero nadie, absolutamente nadie salió en defensa de Abarca, menos por su esposa, María de los Ángeles Pineda. Y qué extraño resultó para todos ver que nadie lo conocía, nadie sabía nada de sus nexos con el crimen organizado. Todos se quedaron de a seis, ¿cómo era posible que la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa estuviera ligada al ayuntamiento de Iguala y a Guerreros Unidos? Ah, pero meses antes, Abarca había sido abanderado por los perredistas para hacerlo alcalde. Quién sabe en cuántos actos públicos apareció junto al gobernador y líderes de primera línea del perredismo nacional. Hasta foto con Andrés Manuel López Obrador y todo. Eso sí, se dio a la fuga, todo mundo lo desconoció. Quién sabe cómo había logrado una candidatura y una campaña electoral en el PRD de Guerrero sin conocer absolutamente a nadie.
Misterio sin resolver II. Hace unos días, se dio a conocer que la diputada del Congreso de Sinaloa, Lucero Sánchez López, quien llegó a su curul en campaña con Acción Nacional, había sido la anfitriona de la noche de año nuevo con la que Joaquín Guzmán Loera recibió 2016. Pero ya antes se nos había dicho que gracias a documentación falsa, Sánchez López era una asidua visitante de El Chapo mientras éste se encontró recluido, tras su captura en febrero de 2014. Mientras se escriben estas líneas, la ahora diputada sin partido (renunció a la bancada panista hace un par de días) se encuentra declarando en la SEIDO; pero ya los panistas dijeron que ni la conocen, que su candidatura fue gracias a una alianza con el PRD, el PT y un partido local, que ni militante es del partido. Y para que les creamos que no saben de dónde salió, ya pidieron una investigación en el interior del blanquiazul para que se aclare el por qué la susodicha recibió el apoyo del partido para su candidatura.
Misterio sin resolver III. Escribimos aquí el sábado de la #MisiónCumplida de la Policía Nacional de España. Humberto Moreira se encuentra preso (y en proceso) en la Prisión Soto del Real, que si es una cárcel VIP, sí, pero al menos ya está encerrado. Pero de nueva cuenta, tras su detención, nadie, absolutamente nadie ha salido a dar la cara por el expresidente nacional del PRI. Bueno, ni su hermano, el actual gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, ha dicho una sola palabra. En la oficina de Insurgentes Norte hay puro silencio. Le dan acaso el beneficio de la duda, ni lo hacen culpable ni inocente. Actitud extraña si pensamos que se trata de un exdirigente del partido, además de exgobernador. Manlio Fabio Beltrones ha sido el único que se ha expresado al respecto, pero se ha limitado a decir que no hay que generar prejuicios, pero tampoco se deben exonerar a las personas. No lo ayudes, compadre. Así que Moreira, alguna vez todopoderoso, se ha quedado sin amigos.
Y como ellos, tantos personajes más, quienes primero gozan sus compadrazgos y cuando los alcanza la justicia se quedan solo con sus abogados, lástima que no todos entre cuatro paredes…
MORALEJA: Este país sólo empezará a componerse cuando le quitemos su escudo de impunidad a los políticos y con ello se sienten frente a la autoridad en el momento correcto: #FueraElFuero.
ADDENDUM. Y sumándole a los misterios que envuelven a Humberto Moreira, ayer, el diario El Español publicaba que las autoridades españolas están investigando los posibles vínculos del exgobernador con Los Zetas. La Fiscalía Anticorrupción tiene una línea de investigación, de confirmarse, el coahuilense habría sido un “subordinado” del cártel y la razón por la que su hijo, José Eduardo, fue asesinado en 2012. Recordemos que cuando esto sucedió —el asesinato del joven de 25 años— la versión oficial fue que se trató de una venganza porque autoridades estatales abatieron a un líder de Los Zetas; pero los españoles van por otra versión, que el hijo de Moreira fue asesinado en represalia porque a ellos también se los quiso llevar al baile… realizando movimientos de dinero sin la autorización del cártel. O sea que en la transa, Moreira no discriminaba: ya fuera al erario o al narco…