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Normales rurales, nidos comunistas

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 Normales rurales, incómodas para el Estado

  • El objetivo final sigue siendo desaparecerlas

 Francisco Gómez Maza / Mensaje Político

 Análisis a Fondo

12nov2014-ComisionMixtaEl ministerio público federal ha informado de varias líneas de investigación para «dar» con el paradero y los “autores materiales e intelectuales” de la desaparición forzada de los 43 normalistas de la ya paradigmática escuela normal de Ayotzinapa.

Pero el fiscal de la República “se ha olvidado” de una línea sumamente importante; muy delicada:

“Quién sería el interesado” en actuar en contra de ese sistema educativo, que opera desde los tiempos de la administración de don Plutarco Elías Calles, uno de los inspiradores del Partido Revolucionario Institucional.

Las normales fueron creadas e impulsadas como una opción para elevar el nivel de vida de los campesinos mexicanos.

La desaparición de esas instituciones, que trabajan al garete, sin presupuestos suficientes; que son incómodas para los gobiernos neoliberales; que son nidos de “subversión, desestabilización, y un grave peligro para la paz”, siempre ha sido un propósito de las administraciones de la derecha “revolucionaria” priista.

Una investigación académica, firmada por la investigadora independiente Tamaris Padilla, y difundida por El Cotidiano 154, órgano de difusión de la Universidad Autónoma Metropolitana Atzcapotzalco, reveló que, a contracorriente, las normales rurales persisten como importantes instituciones en la actualidad mexicana, pero abandonadas y, con frecuencia, atacadas por el gobierno, aunque su terquedad posee aires épicos.

La voluntad de persistir de los cuadros académicos y alumnado de estas escuelas se ve reflejada en las dramáticas acciones de sus alumnos que, con frecuencia, son apoyadas por las comunidades aledañas, también comprometidas con la preservación de estas instituciones.

Suelen ser pocos los medios de comunicación que cubren las luchas de los normalistas rurales y, cuando lo hacen, se recurre a una fórmula conocida: estudiantes revoltosos, jóvenes holgazanes, instituciones que pertenecen al mundo de ayer.

Sin embargo, vistas desde sus orígenes (1926, consecuencia de las Regionales Campesinas), las luchas de los estudiantes normalistas rurales se inscriben dentro de una tradición que tiene que ver con los orígenes mismos de esas escuelas y el proyecto revolucionario de las que formaron parte, el de Mújica, el de Lázaro Cárdenas del Río.

Una de las más impactantes imágenes de esta historia, captada por Pedro Pardo y publicada en La jornada del 1 de diciembre de 2007, muestra a un joven normalista bocabajo sobre el asfalto bajo la enorme bota de un agente de la policía federal preventiva.

Esta represión se dio cuando los normalistas de Ayotzinapa tomaron las casetas de cobro en la autopista del Sol, exigiendo que se les garantizaran plazas de trabajo, demanda que, según los estatutos de las normales rurales, es un derecho. A ello el Estado respondió con represión, una práctica recurrente y vista también en Michoacán, estado que podría considerarse cuna del normalismo, porque ahí fue donde se estableció la primera escuela, en Tacámbaro, y fue también donde, como gobernadores, tanto Francisco Mújica (1920-1922) como Lázaro Cárdenas (1928-1932), le dedicaron a la educación rural casi la mitad del presupuesto estatal.

Quizá uno de los retratos más impactantes del normalismo rural proviene de la normal rural Luis Villarreal «El Mexe», cuando en enero de 2000 los estudiantes exigían una expansión de becas y el gobierno de Hidalgo respondió cortando el agua, el gas y la comida al internado. Poco después se trató de cerrar esa normal. El gobierno mandó granaderos para apoderarse de ella. Pero fiel a su historial, la resistencia popular no se hizo esperar. Junto con los normalistas, la comunidad de Tepatepec capturó a 68 de los granaderos, quienes fueron atados y expuestos semidesnudos en la plaza del municipio Francisco I. Madero.

En julio de 2008, el gobierno logró cerrar “El Mexe”, pero pocas semanas después se enfrentó a las movilizaciones de maestros que, en diversas partes del país, organizaron huelgas, plantones, bloqueos carreteros y manifestaciones en contra de la Alianza por la Calidad Educativa propuesta por Elba Esther Gordillo, a la sazón presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

El importante papel; que en un principio jugó el Estado en la educación pública, se proponía (y se sigue proponiendo) que debía ser asumido por intereses particulares, una lógica diametralmente opuesta a los principios que dieron origen al sistema educativo normalista rural.

En principio, las normales rurales serían una de las únicas vías por las cuales los campesinos podrían ascender socialmente. Para el gobierno, estas instituciones proveerían los misioneros encargados de inculcar las nuevas prácticas de corte cívico, así como enseñar hábitos de higiene e inculcar nuevos modelos de organización doméstica, a la vez que terminaban con la superstición y el alcoholismo.

Las normales rurales abrían todo un mundo a sus jóvenes estudiantes, todos hijos de campesinos pobres.

Sin embargo, las normales fueron asediadas y uno de los ataques más fuertes que sufrieron ocurrió durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, quien en 1969 cerró 15 de las 29 que existían en el país.

El presidente acusó a las normales de ser nidos comunistas.

Las propuestas de Gordillo, de convertir a las normales en instituciones para la formación de técnicos en turismo, indignaron a muchos. Ahora se concebía a México como un centro vacacional y recreativo, donde los que antes se encargaban de impartir conocimiento ahora servirían a turistas extranjeros.

Ésta es sólo una parte de la historia que ahora desemboca con la desaparición de los 43 jóvenes. Ayotzinapa está también en la mira. Porque nadie, dentro del sistema del neoliberalismo salvaje, ha renunciado a acabar con estas escuelas de formación de maestros. Como las demás normales rurales, Ayotzinapa es un nido de comunistas.

Pero qué Procurador se atrevería a seguir esta línea de investigación para encontrar a los 43 normalistas. El señor Jesús Murillo Karam casi asegura que ya están hechos ceniza. Otros no le creen. Van más a fondo. De acuerdo con esta línea de investigación, los estudiantes estarían vivos aún, pero jamás aparecerán vivos…

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