María de los Ángeles Nivón
En lugar de estar quietos, ya gobernaron, bien o mal, pero ya pasó su tiempo, andan de capa suelta, ordenando, decidiendo, imponiendo, acompañando a candidatos y candidatas en sus reuniones en los distritos con la militancia y líderes locales priistas.
Sí, hablamos de los ex gobernadores José Murat Casab y Ulises Ruiz Ortiz, quienes estuvieron este fin de semana de vuelta en tierras oaxaqueñas.
Por ejemplo, Ulises Ruiz estuvo con la candidata a la diputación federal por mayoría relativa en el distrito 8, Beatriz Rodríguez en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, donde sostuvieron un encuentro privado con dirigentes locales y el presidente municipal, Héctor Santiago Aragón, para pedirle el apoyo en favor de la aspirante.
Habría que destacar que El Lobo no es confiable, igual coquetea con Murat, que con URO, mientras que con el grupo del senador Eviel Pérez Magaña terminaron peleadísimos. Héctor Santiago es de todos y de nadie.
Me cuentan que cuando La Titis le dijo que llegaba URO y que tendrían una comida privada en su municipio, El Lobo le contestó: ¿Y cuánto vas a poner para la comida?…Beatriz le contestó que nada, que era su responsabilidad política y que debía pagar todo.
Semanas antes, URO invitó a comer al edil de Oaxaca de Juárez, Javier Villacaña Jiménez, fue un encuentro cordial, donde el ex gobernador le pidió al Alcalde capitalino respaldar a La Titis y dejarla caminar bien.
Aunque otras voces comentan que fue un encuentro ríspido, porque Villacaña no quería jalar muy bien con la candidata del PRI y URO le recordó todos los cargos que había tenido gracias a su apoyo, incluyendo la diputación local.
En respuesta, Villacaña Jiménez asumió el compromiso político de ir con Beatriz Rodríguez, pero aún no se ve que esté caminando con ella, y es aquí donde La Titis tendrá que estar a las vivas.
A pesar de que en la primera medición salió con dos puntos de diferencia sobre su más cercano competidor, el perredista Francisco Martínez Neri, candidato oficial del gobernador Gabino Cué Monteagudo, sin haber hecho campaña, no puede confiarse.
Se perfila como la ganadora en el distrito 8, siempre y cuando cuente con el respaldo de todos los sectores el PRI, pero es importante destacar que también requiere del respaldo decidido del alcalde capitalino, Javier Villacaña.
En el caso de Pepe Murat, ya van dos veces que llega a Oaxaca en las dos últimas semanas. La primera fue para darle línea al coordinador de la bancada del PRI en el Congreso del Estado, Alejandro Avilés Álvarez sobre la homologación a dos años de gobernador, propuesta que no ha cuajado en la LXII Legislatura del Estado.
Su propuesta es con la finalidad de que su hijo Alejandro Murat Hinojosa tenga tiempo para legitimar su aspiración al gobierno de Oaxaca, y dos años le quedarían perfecto. Pero no todos los diputados priistas están de acuerdo con este planteamiento.
Por ejemplo, la homologación de la ley a dos años, la traen Alejandro Avilés Álvarez, María Matus Fuentes y Adolfo Toledo Infanzón. Mientras que la de cinco años es propuesta del senador Eviel Pérez Magaña, llevada a tribuna por la diputada Carmelita Ricárdez Vela. Ninguna de las dos ha sido aceptada por el pleno legislativo.
El tema sigue entrampado en las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales del Congreso del Estado.
Este fin de semana, volvió Murat nuevamente a Oaxaca para sostener reuniones privadas con diversos actores políticos, arribó desde el pasado viernes para hablar del tema de la homologación de la ley, que lo trae intranquilo, y respaldar a sus candidatos a las diputaciones federales.
Así de movidos andan los ex gobernadores.
Mariana Benítez ¿quiere la gubernatura de Oaxaca?
De verdad que la política en este mi México querido es de sorpresas.
Tan enrarecido está el clima electoral en Oaxaca, con tantos asesinatos de personajes que simpatizan con el PRI, PRD y PAN, que hasta parece que una mano negra estuviera intentando sembrar el terror para que la gente no salga a votar y haya un abstencionismo bárbaro.
Pero en medio de este clima de violencia, me llama poderosamente la atención de cómo el presidente Enrique Peña Nieto le ha dado la vuelta al asunto sucesorio en Oaxaca y prácticamente, por lo que se ve, se sacudirían la intromisión de los ex gobernadores oaxaqueños, José Murat Casab y Ulises Ruiz Ortiz, que traen al PRI de cabeza.
Pero que además andan haciendo campaña abierta con sus cartas en las diputaciones de mayoría relativa, este fin semana estuvieron aquí en Oaxaca, tanto Murat como URO, para apuntalar a sus candidatos, cada uno por su lado.
Miren ustedes. Sin decir agua va, a los aspirantes priistas que ya estaban anotados para una curul federal, bueno, de plano no los pelaron, se quedaron con un palmo de narices y se han tenido que sumar a las decisiones tomadas por la cúpula al más alto nivel.
Va Mariana Benítez Tiburcio, les dijeron, y no hay vuelta de hoja, casi, casi, háganle como quieran. Y efectivamente ahí está Mariana, en el sexto lugar de la diputación plurinominal por Oaxaca, aunque dicen que es gente del ex titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, lo cierto es que hay algo más de fondo.
La perfilan para la gubernatura de Oaxaca, porque Peña Nieto sabe perfectamente que requiere de una persona que no esté ligada a ningún grupo político en Oaxaca, con carrera limpia, que le dé credibilidad a su gobierno, y contar con una aliada para la toma de decisiones en muchos aspectos y rubros.
Sin embargo, Mariana Benítez no tiene trabajo político ni arraigo en Oaxaca, aunque es de la entidad, su vida profesional la ha hecho en México, de ahí que muchos de los que quieren ser candidatos a la gubernatura la rechacen. El otro inconveniente, ya decía un priista de la vieja guardia, es que no cumple con los requisitos mínimos que exige el PRI, como es la militancia de 10 años, entre otros.
Pero si el señor Peña Nieto decide perfilarla para el máximo cargo político en Oaxaca, harán que llene los requisitos a como dé lugar, para eso se las gastan solos, por ese lado no le veo el mayor inconveniente, sino más bien lo grave es su nula presencia en la entidad, no la conocen ni los mismos priistas.
Si es así, entonces, habría un interés presidencial de recuperar el gobierno de Oaxaca, sólo que para ello, la aspirante Mariana Benítez tendría que trabajar a marcha forzada, tiene que recorrer el Estado, no ha hecho política local, aunque teniendo al gobierno federal de su lado, para ella quizás sea pan comido.
Mi pregunta es: ¿le alcanzarían los números para ganar Oaxaca?
Lean lo que dijo Mariana en su discurso pasado de toma de protesta como candidata plurinominal a la diputación federal:
“Siento un gran orgullo que el PRI me haya otorgado su confianza para poder trabajar en un proyecto que desde hace tiempo vengo trabajando, que es el de poder servir a Oaxaca para impulsar desde la arena legislativa el desarrollo del estado, la generación de fuentes de empleo y así poder crear condiciones de dignidad y equidad para los oaxaqueños”.
“Hoy Oaxaca necesita más mujeres y hombres capaces de impulsar el crecimiento económico de nuestro Estado y de nuestro país, esa es una ruta eficaz para lograr condiciones de equidad”, precisó la ex Subprocuradora de Asuntos Jurídicos e Internacionales de la Procuraduría General de la República.
Ahí lo tienen, otra que se suma a la pelea sucesoria.
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