La Jornada.
Ciudad de México. Ante el posible riesgo de escasez del agave en Oaxaca, grandes productores de mezcal han emprendido la siembra sustentable de esa principalmente del tipo espadín, por ser la más usada para la producción de esa milenaria bebida, además el maguey más domesticado.
Said Jiménez, jefe de campo en la planta de Casa Armand que se ubica en este municipio, considerado como la región mezcalera de la entidad, explicó que esa empresa tiene una capacidad para 180 mil plantaciones que germinan en un invernadero en principio.
Sin embargo, de esa totalidad sólo entre 13 y 26 por ciento de los magueyes de la variedad espadín que se siembran bajo cuidados especiales logran llegar a ser plantados para ser usados en la producción.
A través de este proceso evitan que la planta haga de forma natural “copias exactas o clones” —los llamados “hijuelos”—, por que la planta es más resistente y corre menos riesgo de tener plaga.
Acotó que si bien no es modificada genéticamente, el agave espadín que producen es más dependiente de quien la siembra.
Jiménez también explicó que las productoras grandes de mezcal han comenzado a hacer esto porque se ha explotado el agave que se encuentra en Oaxaca, lo cual pone en riesgo la producción del mezcal, sobre todo por productores independientes.
En ese sentido, Raymundo Chagoya Villanueva, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Mezcalera (Canaimez), sostuvo que en los últimos diez años han proliferado los cargadores de magueyes, quienes cortan los agaves sin que se siembren más.
Indicó que si bien no están en contra, si es un riesgo para la existencia de este tipo de plantas.
De acuerdo con Emilio Aguilar, subdirector de ventas y mercadotecnia de Casa Armand, la siembra sustentable ha generado una estigmatización, pues muchos productores independientes creen que el proceso que realizan al ser industrializado le resta propiedades a la producción del mezcal.
Sin embargo, consideró que la siembra sustentable es parte de la calidad que exige la NOM 199, la cual entró en vigor hace un mes y la cual no beneficia a los pequeños productores, quienes no pueden certificar su producción por ser un proceso más caro y que además implica pago de impuestos.
Datos del Consejo Mexicano Regulador del Mezcal (Comercal) señalan que aproximadamente existen más de 600 marcas de esa bebida tradicional y se comercializan 6 millones de litros de mezcal sin certificar, 2.5 millones menos de litros certificados.
Para 2017, la Comercam estima que se certificarán alrededor de 4 millones de litros de mezcal, 5 mil más que los reportados el año pasado.