Agencias
Washington.- El presidente Barack Obama declaró que Estados Unidos ha seguido con preocupación el caso de la desaparición de 43 normalistas, en Iguala, Guerrero, al que calificó de “trágico evento” y ofreció a México su apoyo para combatir el “flagelo” del crimen organizado.
Tras su encuentro privado con el presidente Enrique Peña Nieto, en la Oficina Oval de la Casa Blanca, celebrado el martes 6 de enero, el mandatario estadounidense señaló que en última instancia será el pueblo mexicano el que tome la decisión sobre este apoyo y resuelva a través de la justicia este tema.
El encuentro tuvo lugar en el peor momento de la presidencia de Peña Nieto, tras la desaparición de los estudiantes en setiembre.
En un mensaje a los medios de comun icación, Obama comentó que en Estados Unidos “hemos seguido con preocupación los eventos trágicos que atañen a los estudiantes. Nos entristece que se hayan perdido estas vidas. El presidente (Peña) me describió su programa de reformas que dará soporte para eliminar esta violencia de los cárteles de la droga, que son los culpables de estas tragedias, en sus esfuerzos de eliminar esta violencia. Nosotros queremos recalcar nuestro compromiso de ser amigos de México y apoyar estas reformas para poder eliminar el flagelo de los cárteles de droga, la tragedia que constituye esto para México”, dijo.
Peña, con el rostro adusto cuando Obama habló del caso de Ayotzinapa, reconoció que durante el encuentro Obama le hizo un ofrecimiento para que México pueda seguir siendo contundente y eficiente en el combate al crimen organizado. No precisó si aceptó este tipo de ayuda.
El mandatario mexicano, quien visitó por primera vez la Casa Blanca, agradeció al presidente Obama “la disposición que ha mostrado para seguir trabajando en seguridad ante el claro reto que tiene México de combatir con mayor eficacia y contundencia al crimen organizado”.
Un centenar de mexicanos pedía ese martes en la plaza frente a la Casa Blanca, parcialmente cubierta de nieve y hielo, la renuncia de Peña Nieto y su enjuiciamiento por las muertes y desapariciones de ciudadanos a manos de agentes del Estado.
«Plan México: EEUU pone las armas y México pone los muertos», rezaba un enorme cartel en la plaza, al tiempo que incontables pancartas recordaban la desaparición de los estudiantes. “Fue el Estado”, afirmaba un cartel en español e inglés, en referencia a ese episodio de Iguala, Guerrero.
La noche del 26 de septiembre, un grupo de estudiantes de la combativa escuela de magisterio de Ayotzinapa (Guerrero) fueron atacados a balazos en la cercana Iguala por policías locales coludidos con narcotraficantes.
Tras la balacera, que dejó seis muertos, desaparecieron 43 de estos jóvenes.
Según la fiscalía, los policías los entregaron a miembros del cártel local Guerreros Unidos, quienes los habrían asesinado e incinerado los cuerpos. Hasta el momento sólo se ha podido identificar los restos calcinados de uno de ellos.
En total, unas 90 personas han sido detenidas por este caso, entre policías, narcotraficantes y funcionarios.
El lunes 5 de enero, previo al encuentro previo al encuentro entre los presidentes de México y Estados Unidos, el director para las Américas de la organización Human RightsWatch, José Miguel Vivanco, pidió a Obama una postura más firme ante lo que denominó una «crisis de derechos humanos» en México.
Migración, economía y Cuba
La agenda de los mandatarios se centró también en asuntos de migración, economía y en la aproximación de EEUU y Cuba en la que México busca ser un facilitador.
Obama agradeció a Peña Nieto su compromiso para trabajar con la Casa Blanca alrededor de las medidas adoptadas por su gobierno que prevén la legalización de unos cinco millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.
Dos de cada tres inmigrantes que se podrán beneficiar de las medidas anunciadas en noviembre por Obama son mexicanos, la comunidad más importante entre los 52 millones de hispanos que viven en el país.
En el marco de la visita del mandatario mexicano, el vicepresidente de Estados Unidos, JoeBiden, y el ministro mexicano de Finanzas, Luis Videgaray, abrieron una reunión bilateral de diálogo económico en Washington.
Biden y Videgaray, junto a una delegación que incluía a los ministros de Exteriores, Energía, Seguridad y Comercio de ambos países, dieron inicio al segundo Diálogo Económico de Alto Nivel, centrado en la cooperación energética y comercial, y en la modernización de la frontera que comparten ambos países.
“No hay razón para que la relación Estados Unidos-México, que ya es fuerte, no esté entre las más fuertes del mundo”, resaltó Biden, pidiendo que el encuentro de las delegaciones concluya con “metas específicas”.
Peña Nieto y Obama sostuvieron un almuerzo, y luego el líder mexicano acudió a la colocación de una ofrenda floral en el cementerio nacional de Arlington, en las afueras de Washington, antes de regresar a su país la noche del martes.
Acto de justicia
El presidente de México calificó de audaz la orden ejecutiva anunciada por su homólogo estadunidense, en materia migratoria, la cual consideró como “un acto de justicia” en beneficio de millones de personas.
Adelantó que México ayudará a los connacionales a juntar los documentos que demuestren su estancia en Estados Unidos desde antes de 2015, para hacerlos acreedores a los beneficios de estas medidas.
Pero también dejó claro que México acompañará el esfuerzo para evitar que esta medida sea usada por la delincuencia organizada, especialmente los traficantes de personas, para generar desinformación y lucrar con gente que quiere venir, pero no acredita las condiciones necesarias.
Anunció que “mantendremos una política de mayor control en nuestra frontera sur para tener una migración más ordenada y controlada y que evite una migración que por desinformación se esté alentando a entrar a Estados Unidos”.
Además, Peña felicitó al presidente Barack Obama por la “decisión también inteligente y audaz” de normalizar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, y aprovechó para ofrecer los buenos oficios de México para que se logre este propósito.
“México será un incansable promotor de la buena vecindad y de la buena relación entre vecinos, en este caso de Estados Unidos y Cuba, que son dos vecinos de México en el Norte y en el Caribe”, subrayó.
Para concluir su mensaje, el presidente Peña Nieto reconoció la disposición para “seguir construyendo una relación que se sostiene fundamentalmente en la amistad, cordialidad, respeto mutuo y un interés compartido por lograr desarrollo y prosperidad para nuestras sociedades”.
Las crisis que arruinaron
el «Momento Mexicano»
Cuando el martes 6 de enero, el presidente de México Enrique Peña Nieto se sentó en la Oficina Oval de la Casa Blanca con su anfritión Barack Obama varios temas de la agenda nacional gravitaban en el debate bilateral.
La debilidad de la economía mexicana, el repunte de la violencia –tema catapultado a nivel internacional tras la desaparición de 43 estudiantes de la escuela de Ayotzinapa, en Iguala- ayudan a dar una imagen que hace que el país resulte hoy menos atractivo para los inversionistas que un año atrás.
Un notable contraste con el optimismo que en febrero de 2014 reflejaba la revista Time en su edición estadounidense cuando sobre una foto del presidente mexicano, de traje azul y corbata de seda con franjas rojas y grises colocaba en su titular: «Salvando a México. Cómo las reformas radicales de Enrique Peña cambiaron la narrativa de su nación narco Estado».
Parecía entonces la confirmación del llamado «Momento México», una manera de definir las oportunidades de inversión en el país. Hoy algunos creen que se perdió la oportunidad de un repunte económico.
Para el excanciller Jorge Castañeda el país pasó del Momento México al «desastre mexicano», según dijo al diario Financial Times.
Y en la víspera de la reunión bilateral, la organización Human RightsWatch le pidió al presidente Obama que ayudara a abordar la «crisis de derechos humanos por la que México atraviesa en la actualidad».
¿Qué pasó en estos meses para transformar el esperanzador clima con que inició el gobierno de Peña Nieto?
Sorpresas
La definición de Momento México surgió después que el presidente Peña Nieto ofreció una serie de reformas constitucionales, que según especialistas propiciaría un repunte en la actividad económica del país.
Muchos destacaron la firma de un acuerdo político para concretar las reformas, el llamado Pacto por México. Pero eso ya no existe.
Detrás del nuevo escenario hay una serie de escándalos, masacres y problemas económicos que se combinan con una respuesta oficial de las autoridades que resultó poco adecuada, coinciden especialistas consultados por BBC Mundo.
Una mezcla que en poco tiempo modificó la imagen del país. En unas cuantas semanas las referencias sobre México pasaron de las reformas económicas a las noticias sobre hechos de creciente violencia.
A pesar de esas noticias, funcionarios del gobierno estadounidense reiteraron este lunes la relación “única” que mantienen con México y su deseo de seguir trabajando para fortalecerla en la reunión que los dos mandatarios sostendrán el martes en Washington.
Violencia
Hasta ahora el caso más grave es la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa tras un ataque de la policía local de Iguala, en el estado de Guerrero.
Pero antes había ocurrido la muerte de 22 presuntos secuestradores en una comunidad de Tlatlaya, en el estado de México, atribuida a un grupo de militares.
Y después la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, realizada por el gubernamental Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), reveló un aumento en el número de delitos comunes en el país.
El escenario contrastó con la posición del gobierno que desde su inicio, en 2012, descartó la violencia como parte de su discurso oficial, le dice a BBC Mundo Lorena Becerra, analista del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC).
Incluso la Secretaría de Gobernación sostuvo que el índice delictivo había bajado, especialmente el número de homicidios.
Vuelta al pasado
La realidad era otra, afirman especialistas.
“El gobierno dejó fuera el tema de la inseguridad pero obviamente no dejó de atenderlo, siguió con una estrategia muy parecida al gobierno anterior salvo en el tema de la comunicación”, explica la investigadora de CIDAC.
“Pero de repente explotó algo que pareció tomar por sorpresa al presidente, y de allí salieron una serie de factores que desviaron el discurso de que avanzábamos a una nueva etapa y lo movió al tema de inseguridad”.
A la tragedia de Ayotzinapa se sumó el escándalo por la mansión –conocida como la Casa Blanca- que compró Angélica Rivera, esposa del presidente Peña Nieto, al consorcio Higa que es contratista del gobierno.
“Fue como un retroceso, como despertar otra vez a esa realidad que pensábamos ya no estaba tan presente”, explica Becerra.
Y en este nuevo panorama la respuesta oficial causó suspicacias. En el caso de los estudiantes de Ayotzinapa, por ejemplo, las autoridades tardaron en responder.
“La imagen es: ¿qué pasó, el presidente no estaba al tanto o no quería decirlo? Luego vienen los problemas de credibilidad por el conflicto de interés de su Casa Blanca”.
La economía
El problema se agravó cuando la percepción de inseguridad, especialmente por las protestas ante la desaparición de estudiantes de Ayotzinapa, empezó a afectar la economía.
El Consejo Coordinador Empresarial, uno de los principales representantes del sector privado en México, pidió a las autoridades aumentar la seguridad en Guerrero, donde las protestas por el caso Iguala provocan bloqueos frecuentes de carreteras.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, reconoce el problema. «Hechos tan graves como éste pueden tener un efecto sobre la percepción del país en general, en la actividad económica, en el inversionista», dijo el funcionario en Washington.
Hasta ahora no se conoce de inversiones canceladas por la inseguridad. Pero algunos cuestionan el papel de las autoridades en el tema.
“Estamos urgidos de ver acciones concretas, contundentes, ver un gobierno con mano firme, condiciones de gobernabilidad y estado de derecho”, le dice a BBC Mundo el especialista Juan Musi, de la consultora CI Estrategias.
¿Habilidades?
El analista está convencido de que el Momento México no se perdió, sino que se ha transformado.
Las inversiones en la explotación de hidrocarburos, por ejemplo, están vigentes a pesar de la baja temporal en el precio del petróleo.
Pero se necesitan señales de confianza. Al inicio el actual gobierno fue reconocido por su habilidad para concretar las reformas económicas.
Y eso ahora no existe, coinciden los especialistas.
Una parte del Momento México fue la habilidad del gobierno para concretar las reformas económicas, recuerda Musi. Algo que se extraña en la crisis actual.
“Hay cosas que nos han hecho cuestionarnos: cómo puede ser que esta administración que tuvo estos logros hace tan poquito tiempo no ha sabido manejar las últimas situaciones”, subraya el analista.
“No es definitivo, estamos en el segundo año de gobierno y quedan cuatro”, apunta.