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El último asalto

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Roberto Vizcaíno / Mensaje Político

 Tras la puerta del poder

pf-2567090512amlo14bf-dCon 61 años encima, un infarto y dos derrotas presidenciales, Andrés Manuel López Obrador ya no tiene tiempo que perder.

Un poco menos arrebatado que en los años de las tomas de pozos petroleros pero igual de necio y cerrado que siempre, desconfiado hasta de su sombra, AMLO conduce sin resquicios a su, suyo, de él y nadie más, el Partido Morena para dar la batalla final en 2018.

Sabedor que es ahora o nunca más, el de Tepetitán, Macuspana, Tabasco prepara la estructura y el escenario en que deberá dar el último brinco, ese largamente ambicionado, hacia Palacio Nacional a donde, si Dios y los mexicanos lo quieren, llegaría no sólo a despachar los asuntos nacionales, sino a vivir.

Sí, a vivir en los que fueran los aposentos de Benito Juárez, en el ala norte del viejo edificio central de la Ciudad de México, y de la historia del país.

Si su destino se lo cumpliese, AMLO llegaría ahí listo para celebrar en esos aposentos –esos donde murió el llamado Benemérito de Las Américas-, sus 65 aniversarios de vida y de donde, si los mexicanos no lo reeligen en 2024, saldría con 71 años de edad.

Pero, bueno, para que todo eso sea posible y deje de ser una obsesión, un largo sueño –que ya raya su permanente pesadilla-, AMLO debe preparar todos los aspectos del asalto final por el poder en México, y eso incluye, primero, tomar el control absoluto del Distrito Federal.

De ahí que haya decidido enviar por enfrente, para las elecciones del 7 de junio de 2015, a sus mejores cartas por las 16 delegaciones capitalinas.

Así, por la delegación Cuauhtémoc, donde se encuentran las sedes de las instituciones públicas y privadas más importantes del poder en México, comenzando por el propio Palacio Nacional y el Banco de México, ha decidido que vaya su delfín más probado, fiel y experimentado: el diputado Ricardo Monreal.

De acuerdo a lo dicho por el mismo Monreal a El Universal, de la delegación Cuauhtémoc – a la cual no duda que llegará en 2015 con el apoyo de López Obrador-, saltará en 2018 a la candidatura de Morena por la Jefatura de Gobierno del DF.

Entonces unirá su campaña con la de su protector y guía ya que López Obrador sería en ese proceso de 2018 por tercera ocasión candidato a la Presidencia de la República.

En este plan lopezobradorista ya en curso nada importa que Monreal haya hecho su vida política en su natal Zacatecas, estado donde fue diputado local, luego dos veces senador, gobernador y diputado federal, y que de la Ciudad de México no sepa nada.

El proyecto por el asalto final como usted entenderá incluye también a otros personajes del entorno de AMLO.

Así junto con Monreal, en las elecciones de 2015, en un primer paquete serán también candidatos de Morena: José Agustín Ortiz Pinchetti para la delegación Miguel Hidalgo; Claudia Sheinbaum en Tlalpan; Clara Brugada de nuevo para Iztapalapa; Jesús González Schmal por Benito Juárez; Bertha Luján por Coyoacán; Jesús Martín del Campo a Iztacalco; Patricia Ruiz Anchondo a Venustiano Carranza; Pablo Moctezuma Barragán por Azcapotzalco.

Todos ellos formaron parte del equipo de López Obrador en su paso por la Jefatura de Gobierno del DF y varios han sido distinguidos con cargos tanto en la llamada Presidencia Legítima como en la estructura de dirección de Morena.

Se supone que si AMLO llega finalmente a Palacio, todos ellos serán designados con altos cargos.

En un segundo plano no por ello menos importante, serán lanzados Martha Pérez Bejarano para ir por Álvaro Obregón; Jenny Saltiel Cohen por Cuajimalpa; Ramón Jiménez López para Gustavo A. Madero; Patricia Ortiz Couturier en Magdalena Contreras; Guadalupe Chavira de la Rosa a Milpa Alta; Rigoberto Salgado Vázquez en Tláhuac y Avelino Méndez Rangel en Xochimilco.

En sus declaraciones Monreal advirtió que uno de los objetivos de AMLO es lograr que Morena sea la primera fuerza política en el DF, por sobre el PRD.

Sus proyecciones (que no hay duda son un reflejo de las de AMLO) son:

“… no queremos hacer cálculos con números alegres, la contienda intermedia siempre es menos desapasionada porque no lleva candidato presidencial.

“Entonces es (será) una campaña en que prevalece la lucha entre las estructuras políticas, y quien tenga estructura resulta normalmente triunfador.

“Nosotros estimamos que por lo que está pasando en el país va a ser terrible la abstención, y por eso Morena no hace cálculos alegres.

“Se había trazado entre el 9% y 10% de votación emitida nacionalmente y hoy, sin candidatos, ya tiene el 8% o 9%…

“Y la diferencia de partidos de izquierda es que Morena tiene a Andrés Manuel López Obrador. En este caso el éxito de Morena va a ser él…”

¿Alguna duda de cuáles son, serán las expectativas y el eje de los candidatos de Morena?

Ahí nada existe ni antes ni después de Andrés Manuel López Obrador.

A AMLO y sus escuderos, recuerda Monreal, no les espera un día de campo en las elecciones de 2015.

Ser la primera fuerza política y de gobierno en el DF tiene sus problemas, indicó el zacatecano:

“… no es fácil, está un grupo político entronizado (el PRD); tienen recursos, tienen programas, han gobernado 15 años y yo no creo que acudamos a una fiesta ni a un día de campo. Va a ser una contienda de cuerpo a cuerpo. Ellos tienen estructura, Morena no, ¿cómo lo voy a compensar? con movilización puerta por puerta y casa por casa.

Y la figura de López Obrador, le recuerda el entrevistador…

“… sí, la figura de él va a ayudar mucho en un sector, pero hay otro (sector) escéptico, entonces tiene que haber una propuesta diferenciada. Por ejemplo el principal problema es la inseguridad pública, que ha causado estragos… y creo que en el Distrito Federal se ha relajado la seguridad pública, alumbrado, limpieza, rescate de espacios públicos, reordenamiento urbano, es decir, está muy clara la problemática…”, dice para dejar en claro que los males del DF son una bendición para AMLO y sus escuderos en campaña.

En este escenario y con estos cuadros es que López Obrador se prepara ya para dar el salto final.

La obviedad dice que el tabasqueño cree que si no gana el control del DF –es decir, de sus miles de millones de pesos de presupuesto anual y del enorme empujón que le pueden dar sus casi 10 millones de habitantes-, no puede aspirar seriamente a la presidencial del 2018.

De ahí que manda a ganar delegaciones a sus más fieles y más cercanos.

Sin embargo la figura central, única, es él mismo.

Así que todo lo que recoja luego del 7 de junio próximo, será cosecha propia porque él es el eje y porque suyo es el partido y proyecto final: la Presidencia de la República.

Cualquiera que sea el resultado, no hay duda de que la participación de AMLO y los suyos será en gran parte lo que empuje el voto de los ciudadanos en 2015 frente a un escenario de gran desaliento social.

AMLO moverá, sacudirá no sólo a los ciudadanos, sino al resto de los partidos los cuales deberán prepararse, despabilar a sus candidatos y electores, estructuras y militantes para un gran embate del tabasqueño.

Será entonces un factor del sentido del voto en 2015.

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