Las 10 mentiras del CCCO: Frente de Defensa del Cerro del Fortín
1.-Que el proyecto no está en el cerro
2.-En el lugar donde se construye el estacionamiento no había ningún parque.
Eso pasó con el Parque de la Amistad: se trató de justificar permisos de construcción y derribo de árboles con el argumento de que no habría cambio de uso de suelo, de ahí se pasó a decir que el parque estaba abandonado y finalmente que nunca existió.
3.-El CCCO es amigable con el medio ambiente, pues se ubicará fuera del área natural protegida del Cerro del Fortín.
Esta es una verdad a medias y un sofisma. La media verdad es que el CCCO se ubicaría fuera de los límites de uno de los varios decretos, el parque estatal de 2004, pero se soslaya que sí está dentro de los límites de su zona de amortiguamiento.
4.-La ubicación en las inmediaciones del auditorio Guelaguetza es ideal de acuerdo a los estudios de factibilidad del proyecto.
Una opinión presentada de manera contundente, que estaría fundada en “estudios de factibilidad”.
5.-Cumple con todos los permisos y respeta las disposiciones legales.
Cuando viola la suspensión ordenada por un juez federal; no tiene manifestación de impacto ambiental; contraviene el programa de Manejo del Parque Estatal Cerro del Fortín.
6.-El terreno donde se edificará pertenece al gobierno del estado.
El gobierno no cuenta con escrituras, solamente protocolizó ante notario el decreto de expropiación de la zona de 1974, expedido por Fernando Gómez Sandoval para construir el auditorio de la Guelaguetza.
7.-José Zorrilla no tiene conflictos de interés.
Tiene el 16 por ciento de las acciones del Hotel Victoria.
8.-Todos quieren el CCCO.
Esgrimen listas de aceptación de la obra.
9.-Y a pesar de que todos quieren el CCO, el gobierno del estado es tan democrático que va hacer una consulta pública ciudadana.
No tendría sentido consultar una obra en proceso.
10.-Generará empleo, fortalecerá el turismo, mejorará el entorno social, incrementará la derrama económica y resolverá una demanda histórica.
En particular los grandes proyectos ponderados por los gobiernos como fuentes seguras de felicidad, abundancia y prosperidad para todos, resultan con demasiada frecuencia en prosperidad para unos pocos y pesadillas sociales, ambientales y económicas para la mayoría.
