Yuriria SIERRA/Excélsior
“La esperanza que tengo para cuando tenga hijos, es que los pueda inscribir en una escuela pública teniendo la certeza que tiene ya el mismo nivel. El reto es que la educación pública pueda ser tan buena, o mejor, que la educación privada”, contestó Aurelio Nuño a la pregunta de si consideraría inscribir a sus hijos en una primaria del Estado. Así de seguro está el secretario de Educación sobre lo que quiere lograr. Y parece verdad porque, desde que la educación en Oaxaca volvió a manos de las autoridades, quitándoles el control a los delincuentes de la Sección 22, la CNTE perdió su fuerza destructiva. Quizá lo que más le dolió fue que les quitaran los recursos millonarios que manejaban, siempre, en beneficio de sus liderazgos. Quitarles el botín del IEEPO fue una victoria que se sumó a la Reforma Educativa. Fue un revés para Rubén Núñez y demás caciques de la Sección 22, que pagaban sueldos millonarios a los “maistros” asiduos a paros y manifestaciones, así como al ausentismo, a la extorsión política y a la violencia. A lo del IEEPO le siguió el descuento a los faltistas y la amenaza creíble de despido. Pero faltaba lo más importante: las consecuencias de violar la ley.
Ayer, el Estado asumió su responsabilidad y fueron detenidos cuatro profesores por la Policía Federal. Se les acusa de disturbios y varios delitos en las manifestaciones donde participaron. Específicamente, por la toma con violencia del edificio de la Junta Distrital de Tehuantepec y algunos más de Pemex (la refinería Antonio Dovalí en Salina Cruz y el centro de El Tule, en la capital del estado). Hoy amanecieron en el penal de El Altiplano. Siempre aplaudiremos que el Estado actúe con las facultades que puede y debe ejercer. Así es como se debe hacer. Pero ¿cuándo veremos esa misma determinación en contra de quienes se pasean en absoluta libertad por distintas plataformas del poder, arrastrando su inmensa cola, sin que nadie se las pise?
El día en que, además de Elba Esther Gordillo, estén frente a la ley tipos como Guillermo Padrés, Rodrigo Medina, Arturo Montiel, Romero Deschamps, estaremos realmente en el camino del Estado de derecho. Bien que se hayan tomado cartas en el asunto de la Sección 22, pero no basta con que la ilegalidad se castigue sólo cuando la cometen quienes no están conmigo. Aquello de “para mis amigos justicia y gracia, y para mis enemigos la ley a secas”, no debe caber en nuestra democracia. El día en que la educación y la ley actúen sin distingos, entonces sí, el país en el que crezcan los hijos de Aurelio Nuño será distinto.
#SeEstánPeleando. Ya empezaron los agarrrones políticos en las redes sociales. Ayer, el senador perredista Miguel Barbosa y el diputado del PAN Gustavo Madero se dieron con todo en Twitter. Apenas una probadita de lo que veremos en redes de aquí al 2018. Sus posturas en el mundo virtual serán determinantes. Claro que entre agarrarse del chongo y perder completamente la razón (como llamarle “pendejo” al adversario, tal y como hizo Madero con Barbosa) hay una línea muy delgada pero devastadora. Entre lanzarse al estrellato tuitero y estrellarse a tuitazos, a veces, toma mucho menos de 140 caracteres.