Perduran las tradiciones y comparsas, donde como cada año diablos, brujas, muertes, espiritistas, viudas, doctores, entre otros se van de jolgorio
José HANNAN ROBLES
Fotos: Jairo ARAGÓN
Una vez más, La Calaca se va de parranda por las empedradas calles del tradicional Barrio de Jalatlaco.
Como cada año diablos, brujas, muertes, espiritistas, viudas, hermanas quedadas, doctores que pasaron a mejor vida, entre otros, se van de jolgorio.
A partir de las 20: 00 horas del 1de noviembre, los integrantes de la Tradicional y Original Comparsa del Barrio de Jalatlaco, recorrerán las casas donde las familias esperan las almas de los seres queridos que se nos adelantaron, que se nos fueron y regresan de ultratumba el Día de Muertos, el 2 de noviembre, según la creencia popular.
Al filo de las cuatro de la madrugada del 2 de noviembre, llegarán a un domicilio donde les invitan chocolate, pan de yema, un mezcalito o cervezas. Ahí se podrá admirar una ofrenda con comida y las bebidas preferidas del difunto, así como un arco formado por cañas, con frutas, calaveritas de dulce, adornos de papel de china, veladoras, ceras, flor de cempasúchil, borla, flor de muerto, gladiolos.
En la ofrenda ocuparán un lugar especial las fotografías de los seres queridos que nos han antecedido en el camino sin retorno.
No faltará el incensario utilizado en las exequias de los difuntos.
Cuando se trata de ofrendar a los niños difuntos se colocan calaveritas de dulce, juguetes, chocolates en miniatura con distintas figuras.
A eso de las 6:30 horas, parten al panteón San Miguel o General, donde visitarán por espacio de hora y media, las tumbas de quienes formaron parte de la comparsa y ya han pagado tributo a la madre tierra.
45 años de ofrecer
alegría a la gente
En entrevista, Alfredo Ramírez García, uno de los organizadores de La Tradicional y Original Comparsa del Barrio de Jalatlaco, comenta que esta organización tiene aproximadamente 45 años de haber sido formada por los entonces jóvenes Fidel Ramírez Corona, su padre, Luis Navarro y Abraham Jiménez, este último ya difunto.
Hizo memoria que era un chiquillo cuando observaba como organizaban la comparsa y, sobre todo, como creaban las distintas figuras.
Alfredo, dice que está cumpliendo 25 años de organizar la comparsa conocida como Tradicional y Original Comparsa del Barrio de Jalatlaco, porque en el mismo sector existe otra de más reciente creación.
Cuatro meses de preparativos
Los preparativos comienzan a mediados de julio e inicio de agosto. Se corre invitación a las cerca de 100 personas que participan en la comparsa para detallar a través del comité organizador, del cual es presidente. Hay un secretario y un tesorero para atender todas las actividades.
El costo de cada traje o disfraz sale del bolsillo de los participantes. Cada disfraz cuesta entre tres y cuatro mil pesos, dependiendo de su caracterización. “Los trajes se renuevan cada año. El año pasado me disfracé de cura este año quiero salir de una muerte muy especial.
Tradicionalmente tienen presencia personajes como: La Viuda, El Viejo, El Caporal, El Mayordomo, El Espiritista, El Doctor, El Cura, El Cantor, El Muerto, La Muerte, El Diablo, entre otros.
Para lograr fondos este año se rifará una motoneta, una pantalla de plasma de 32 pulgadas y una tableta, donadas por patrocinadores.
Inician a las 20:00 horas frente a la parroquia
La Tradicional y Original Comparsa del Barrio de Jalatlaco, iniciará en un escenario, con sonido, luces y pirotecnia, ubicado frente al templo parroquial, donde cada personaje participará en una parodia con versos dedicados a distintos personajes, algunos a políticos actuales, sacerdotes, personajes nacionales, entre otros.
Los versos son producto de la picardía de cada integrante.
El evento reúne entre dos y tres mil personas, lo que abarrota el atrio de la parroquia dedicada a San Matías.
Han presenciado el acontecimiento personas como Sasha Sokol, ex integrante de Timbiriche, Vanessa Huppenkothen, reportera de Televisa Deportes, entre otros.
Su tradición ha trascendido el estado, lo que permite reunir a mucho turismo nacional e internacional.
La Picosa Hernández Banda tocará toda la noche
Por módicos 50 mil pesos, La Picosa Hernández Banda, acompañará durante toda la noche a esta tradicional comparsa.
Los amplios patios de muchas de las casas del barrio, permite bailar a los integrantes de la comparsa que las visita. Las familias les invitan a comer o a tomar algo.
Por acuerdo tomado, quienes escenifican a los personajes únicamente tienen permitido tomar tres o cuatro cervezas a lo largo de la noche. Se cuenta con un equipo de seguridad.
Al filo de las cuatro de la mañana, llegan a un domicilio donde les invitan chocolate caliente, pan de yema, mezcalito y cerveza. Ahí descansan un rato. Para a las seis de la mañana dirigirse al Panteón San Miguel, a rendirle tributo a quienes alguna vez participaron en la comparsa y han emprendido el último viaje.
A eso de las 9:30 horas dejan el camposanto para dirigirse al atrio de la parroquia donde actúan por espacio de hora y media, con lo cual darán por concluida la Comparsa 2015.
Comparsa de niños
Ramírez García, dice que para fomentar la tradición y se fortalezca lejos de desaparecer, se estimula desde hace cinco años la comparsa de niños.
El número de pequeños ha ido en aumento, se trata de arraigar en ellos la tradición “los niños que empezaron a los cuatro o cinco años, ya se encuentran integrados a la comparsa de la gente grande”.
Para este año se tiene programa, de manera tentativa, para que se lleve a cabo el sábado 24 de octubre.
Comparsa de mujeres
También las mujeres del barrio tienen su comparsa, organizada por su hija, comenta el entrevistado. Se presentará el 8 de noviembre.
Es casi seguro, que los maestros jubilados y pensionados, que tienen sus oficinas en el barrio, participen con tapetes de levantada de cruz.
El barrio ofrece seguridad
El barrio es muy seguro. El comité organizador de la comparsa y el Comité de Vida Vecinal del barrio, realizan rondines de vigilancia en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública y la Policía Municipal, refirió., asegurando que en el barrio no hay diferencias ni divisiones.
