Lo que hemos vivido los oaxaqueños en los últimos tiempos raya en el absurdo. Es indignante la forma tan ruin con la que la Sección 22 y sus grupos radicales se ha volcado sobre la sociedad. Los nombres de los sicarios al servicio del Cártel han sido develados, uno de ellos es Adán Mejía, dirigente de la Unión de Artesanos y Comerciantes Oaxaqueños en Lucha (UACOL), que se ha apropiado materialmente, bajo la protección del Comité Ejecutivo Seccional (CES), de los espacios públicos del zócalo y el Centro Histórico. El sujeto referido no es un mentor ni un ciudadano común y corriente, sino un pillo, un verdadero pájaro de cuenta que lo mismo porta droga que golpea o hace disparos. La anarquía que ha propiciado el magisterio y sus aliados, al igual que transportistas, al hacer de la ciudad y del estado un rehén permanente de sus intereses facciosos, ha calado hondo en el ánimo ciudadano. Cada acción de la Sección 22 en los últimos tiempos, hace recordar el 2006, precisamente por su beligerancia y la violencia que generan. Hace dos semanas frente a las cámaras de televisión, Mejía y cómplices destruyeron las cámaras de video-vigilancia, sin tener hasta el momento el castigo que le compete conforme a la ley.
Justamente por ello, el discurso oficial en torno a las cifras alegres de la afluencia turística, ha dejado mucho qué desear. El turismo, mucho hemos insistido en ello, parece haber dejado de ser el pivote del desarrollo económico. Sin duda, es una exageración hablar de cinco millones de visitantes en 2014 y una derrama económica de 10 mil 200 millones de pesos, como se manejó en la información oficial hace poco más de una semana. Algunos de los prestadores de servicios que materialmente han quebrado sus empresas, se preguntarán sobre el destino de esos millones. El turismo, todo mundo lo sabe, a pesar de los reveses que ha recibido durante los últimos años, sigue como una de las principales generadoras de divisas en Oaxaca. Nuestros tres destinos principales: la capital y los Valles Centrales, así como los dos destinos de playa: Huatulco y Puerto Escondido, no obstante, continúan como un fuerte imán para el turismo nacional y extranjero.
No es un secreto que la economía oaxaqueña está prácticamente colapsada justamente por la anarquía imperante y la parálisis gubernamental para aplicar la ley. Por ello ha llamado poderosamente la atención en los medios y círculos políticos nacionales, el affaire Huatulco, en donde vecinos, prestadores de servicios turísticos, taxistas, lancheros, etc., ante la amenaza de la toma del Aeropuerto, fueron en bloque a desalojar a los mentores. Con esta experiencia formaron ya un Comité para la Defensa de Huatulco, que tiene como propósito que cada que el Cártel 22 se movilice como hasta ahora, conculcando los derechos civiles de los habitantes de este rincón del Pacífico Mexicano, actuarán para evitar más abusos y atropellos. La respuesta aún latente de la ciudadanía se hizo patente en el paro reciente del magisterio, el pasado miércoles 21 de enero, cuando las huestes devastadas y limitadas en cuanto a participación, tomaron las gasolineras y los centros comerciales de la capital, sin llegar a concluir la toma del aeropuerto. No hay que olvidar que estamos así, gracias a la apatía ciudadana que, como se ha observado, poco a poco deja la abulia.