Por Alberto Rueda-
@Alberto_Rueda_
El conflicto que se vive entre Israel y Palestina y que en los últimos días se agudizo, se antoja más complejo de lo que parece, aunque escenarios como el que hemos visto a través de medios de comunicación y redes sociales, se ha repetido en las últimas décadas.
Se trata de una región que históricamente ha sido víctima de sus creencias religiosas, convertidas en una lucha de credos pero sazonada con los intereses de los gobernantes en turno y vecinos a esta región para aumentar su influencia y en no pocos casos, sus intereses.
Pero dentro de esta cruenta batalla entre naciones, hay batallas civiles menores entre regiones por ello la tensión diplomática y militar aumenta a los ojos de la comunidad internacional.
El número de muertes es alarmante, pero el de desplazados y aquellos que pierden sus hogares es incalculable. Las imágenes trágicas envuelven igual a niños y niñas, que a personas de la tercera edad o mujeres embarazadas. Simplemente lamentable.
Y si bien es una constante en esta región del planeta, nadie se puede acostumbrar a disturbios que cada vez son más frecuentes y más dañinos. Porque en la línea de Gaza que cubre 360 kilómetros cuadrados, la población cuantificada en 1.82 millones de habitantes viven en la pobreza permanente, dependiendo de la ayuda internacional.
El operativo “Margen Protector”, implementado por el ejército israelí el pasado 8 de julio, contra el territorio palestino, tuvo su origen tras el hallazgo de tres hombres de joven edad que habían sido secuestrados en Cisjordania desde el mes de junio y donde se acusa como actor materia el intelectual a miembros del grupo Hamas.
Extremistas judíos toman venganza y deciden quemar vivo a un hombre palestino. Posteriormente, el ejército de Israel comienza con la ofensiva a través de misiles. Las bajas son alarmantemente contrastantes entre Israel y Palestina.
Tan contrastantes como las realidades militares y políticas de cada región en conflicto. Por un lado un Estado basado en la democracia, pero con un sistema militar por delante, con armamento de primer mundo y en alianza con el país más poderoso del orbe.
En contraparte, un Estado con marcada escases de todo tipo, pero con grupos guerrilleros, hasta extremistas y más aún, con grupos terroristas; apoyado por países fundamentalistas como Irán y algunos otras naciones árabes.
Otro de los contrastes -como ya adelantábamos renglones arriba-, es el número de muertos: Palestina registra poco más de 600 bajas (75% civiles), de los cuales más de 150 son niños y niñas, mientras que Israel solo reporta poco menos de 30 muertes, dos de ellos civiles, los demás militares; en número de heridos, Israel atiende a menos de 10, mientras que Palestina cuenta con 3 mil 700 heridos en Gaza, sin mencionar los más de 100 mil desplazados a centros de la Organización de las Naciones Unidas.
Y como siempre, la histórica polémica: ¿Quién inició el conflicto? Al momento, la presión proviene a razón de que Hamás desea que se abran los pasos fronterizos, mientras que Netanyahu quiere la neutralización y desarme de Gaza. El Estado Israelí difícilmente permitirá lo uno sin lo otro.
En el caso de Israel existe un panorama político, dominado no sólo por los partidos de derecha establecidos (Likud), sino que han se han creado grupos radicales de esa tendencia que han dividido aún más la brecha entre israelíes y palestinos.
Benjamin Netanyahu es el actual primer ministro israelí, cumple su segundo periodo no consecutivo. En el primero de ellos pudo negociar en 1996 con Yasser Arafat. Tuvo como fruto de la negociación, la creación de un futuro Estado Palestino con franjas divisorias entre Cisjordania y la Franja de Gaza, a pesar de no estar completamente de acuerdo con el proyecto.
En la actualidad, Netanyahu y el Likud se vieron socorridos por grupos ortodoxos para vencer al grupo opositor Kadima, en elecciones que se desarrollaron en medio de la Operación “Plomo Fundido” contra Hamás. Como consecuencia, estos apoyos lo han obligado a tomar decisiones que desfavorecen a grupos islamistas de la Franja de Gaza.
En esta misma dinámica, sobresalen también los nombres de MosheYaalon, quien es Ministro de Defensa; Avigdor Lieberman, en el Ministerio de Relaciones Exteriores; y BenjaminGantz, quien funge como Jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas israelíes.
Por el lado de Palestina tenemos a MahmudAbás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Fue junto con Yasser Arafat, fundador del partido Fatah, componente político de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Ha participado en los diálogos de paz de Madrid (1991) y Oslo (1993).
Con él, IsmailHaniye es el principal jefe político de Hamás en Gaza desde 2005 y KhaledMashal, es el líder internacional en la organización de Hamás. A esta lista se suma MahmudZahar, quien es cofundador de Hamás y hoy ministro de Relaciones Exteriores. De acuerdo con agencias informativas, su casa resultó destruida por un ataque israelí el pasado 16 de julio en el marco de la Operación “Marco Protector”.
Se trata de una lucha por el poder, a costa de vidas inocentes, con orígenes religiosos, pero también políticos, que ponen a la comunidad internacional a la expectativa y donde ni la propia iglesia Católica (la más poderosa del mundo) con la visita de su líder el Papa Francisco, han podido hacer conciliar intereses.