José HANNAN ROBLES
No obstante que la Ley de Transporte en su capítulo XXII artículo 116, de las estaciones terminales, precisa: que las terminales podrán establecerse en lugares adecuados para permitir el estacionamiento y las maniobras de los vehículos destinados al servicio de que se trate, deben de contar con las oficinas necesarias que requiera el servicio y, además, gabinetes sanitarios para el personal de la empresa y usuarios
Los propietarios de camionetas o suburban para transporte de pasajeros incumplen con lo establecido en este artículo, ya que muchas de las líneas foráneas tienen sus terminales en cocheras, otras en estacionamientos y lugares inadecuados faltos de seguridad, servicios sanitarios y espacios donde los usuarios esperen sentados la salida de los vehículos que los llevará a sus destinos.
El artículo 115 de la misma ley, dice: se considera que son estaciones terminales, los lugares en donde las personas físicas y morales que prestan servicio público de transporte, de pasajeros o de carga, sujetos a itinerarios previamente establecidos, estacionen sus vehículos, antes de iniciar o al terminar el recorrido de sus rutas.
Hay terminales, como la ubicada en la tercera calle Bustamante, que después de las 22:00 horas se forman en la calle porque el estacionamiento que tienen como terminal lo cierran.
Ni comodidad, ni eficiencia y menos seguridad ofrecen estas terminales, por el contrario exponen a los usuarios y provocan caos vial al tener que maniobrar en reversa para entrar a los reducidos locales, hechos para cochera.
Unas de estas terminales que utilizan espacios completamente reducidos como terminales, que carecen de sala de espera, espacio para maniobrar, sanitarios, se ubican en Armenta y López 500, la línea se denomina Eclipse.
En Bustamante 412, frente al jardín San Francisco, funciona una cooperativa de camionetas suburban en una cochera, para entrar la única unidad que tiene cabida debe de realizar maniobras de reversa parando el tráfico vehicular. Las demás unidades se parquean en la calle en doble fila.
En la primera calle Rayón, frente a la escuela primaria Enrique Pestalozi; en la tercera calle de avenida Hidalgo se encuentra la cooperativa Atonaltzin, que al igual que otras más las unidades tienen que entrar en reversa.
El centro de la ciudad se encuentra rodeado de terminales que ocupan cocheras sin cumplir las especificaciones que establece la Ley de Transporte en su capítulo XXII artículo 116.
Prueba de ello son las terminales que funcionan en la tercera calle Díaz Ordaz número 304, correspondiente a una línea que viaja a Tlaxiaco, Putla, Teposcolula; en Trujano 500 se localiza la terminal de Autotransportes Turísticos, en la misma calle en la casa 417 se localiza la terminal de una línea que viaja a Tehuacán, Puebla, todas ellas en reducidos espacios.
Líneas Unidas tiene su terminal en Bustamante y Xochitl, ahí mismo tiene su terminal una línea de autobuses y otra de camionetas, lo que provoca que los usuarios estén expuestos constantemente a ser atropellados.
En Armenta y López, frente a la Cruz Roja, se encuentran las instalaciones de una terminal donde llegan suburban de pasajeros procedentes de Ocotlán, Ejutla de Crespo y Miahuatlán de Porfirio Díaz, aquí los usuarios tienen que pagar por el uso de los sanitarios, haciendo caso omiso del artículo 116 que señala que se debe ofrecer gabinetes sanitarios. Inexplicablemente los vehículos carecen de placas y número económico, al igual que las de otras empresas transportadoras de pasaje.
Con la reubicación ordenada de estos transportistas se lograría mayor control sobre ellos, además se evitarían congestionamientos viales por la dispersión de pequeñas terminales, ubicadas todas en el centro de la ciudad, pero, sobre todo, los pasajeros dejarán de correr los riesgos que tienen al hacer uso de terminales improvisadas que causan inseguridad y desorden vial.
Algunos de los conductores de las camionetas suburban levantan pasaje en cualquier lugar, se estacionan en lugares prohibidos y fuera de sus minúsculas terminales para el ascenso y descenso de pasajeros.
La ciudad cuenta con una terminal camionera a donde llegan autobuses de diferentes partes del estado y de la Ciudad de México, pero existen líneas que no paran ahí, entre ellas las que llegan a Bustamante y Xochitl, Arista, entre Miguel Cabrera y Bustamante, y otra más en Periférico.
Estas empresas, de camionetas, autobuses y taxis foráneos operan en terminales improvisadas, pequeñas, localizadas en zonas vialmente muy comprometidas, por tanto los problemas que acarrean en las cercanías son espantosos, pues es frecuente que los vehículos se estacionen a descender pasaje, esto es frecuente en la calle Bustamante y Arista.
Bajan el pasaje a media calle, se estacionan obstruyendo el paso de los demás vehículos pues ocupan las calles como patio de maniobras o talleres, todo eso los convierte en problemas graves de vialidad y de contaminación por las emisiones de las unidades viejas o mal afinadas que utilizan.
Hay muchos choferes que no respetan al reglamento de Tránsito, en perjuicio de los usuarios que pagan su pasaje para recibir buena atención y, sobre todo, seguridad.
Es cotidiano observar como taxis foráneos, se estacionan en cualquier parte para bajar o recoger pasaje, las calles Bustamante, Miguel Cabrera y Periférico son las más afectadas ya que son las vías que utilizan para entrar y salir de la ciudad.
Pero todo esto sucede por complacencia y complicidad de las autoridades del ramo, que permiten que el transporte, llámense suburban, taxis o autobuses del transporte urbano y foráneo, trabajen de manera irregular y en la impunidad.
Es evidente que el transporte que llega a la ciudad no respeta las reglas de vialidad y, menos, los derechos de los usuarios, generalmente gente humilde que son transportados como cosas, en un solo taxi foráneos llegan a viajar hasta seis pasajeros y el conductor.
Choferes de taxis foráneos son los que han protagonizado los accidentes más fatales en las carreteras que unen a la capital del estado con poblaciones de los Valles Centrales.
El transporte colectivo a través de autobuses en la ciudad es pésimo, nunca ha mejorado a pesar de que así lo anuncian cuando se hace alza de tarifa.
Existen rutas, como la que pasa por la calle Crespo, Calzada Niños Héroes, Calzada Madero, donde llegan a circular cinco o más unidades en fila buscando ganar el pasaje.
Los choferes son mal hablados, maltratan a las personas de la tercera edad porque pagan el 50% o porque no ascienden o descienden con la rapidez que ellos quieren.
Los autobuses en su interior están desaseados, pintarrajeados, con asientos rotos, los estéreos a volúmenes insoportables, unas verdaderas chatarras.