MIGUEL RODRÍGUEZ CERDA
Muchos son los mexicanos que se llenan de impotencia y frustración, al percatarse de las decisiones y determinaciones tomadas casi a espaldas de una verdadera democracia, como es el caso del INE, que si bien su titular Lorenzo Córdova Vianello, no ha sido designado mediante elección popular, si es en cambio sujeto ligado estrictamente al concepto nacional de los mexicanos.
Y en este caso, el señor Córdova, –a quien han eternizado en ese cargo–, ha tenido la característica muy notoria, de apadrinar registros, a más y más partidos políticos, con esas leyes leoninas, depositando en las manos de sus titulares cantidades millonarias, para cubrir los gastos de sus innumerables caprichos proselitistas, que en una gran mayoría de los casos son solicitadas por gente con fiebre de poder y avaricia, y a veces con malos antecedentes, como es el caso del registro que le obsequió a uno de los exgobernadores más repudiados, el señor Ulises Ruiz Ortiz, quien incluso está implicado en la desaparición de dos integrantes del EPR; otras desapariciones forzadas y más delitos; así como a Elba Esther Gordillo, ya purificada, bendecida y santificada por el Santo Oficio Gubernamental…
Son siete los partidos de nuevo registro que el ilustrísimo señor Lorenzo Córdova nos ha regalado a partir de este primero de septiembre, algunos de ellos fabricación casera, por exgobernadores, exalcaldes, exdirigentes sindicales; no todos tan inmaculados como dicen estar. Cientos de millones de pesos, que terminan en las calles convertidos en basura; miles de mexicanos hambrientos, en la miseria, sin los servicios básicos elementales.
En este sentido, son muchos quienes opinan en redes sociales que ya es necesaria una reforma, para no continuar manteniendo a inútiles, tomando en consideración que únicamente el 4 por ciento de toda la población mexicana confía en los partidos políticos, de los restantes unos son indiferentes, y otros desconfían totalmente.
Personajes que una vez en la cúspide, siguen utilizando la fórmula más efectiva, practicada durante décadas para la más fácil y sencilla obtención de votos, esa fórmula se llama: pobreza.
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Cuídese mucho.
Hasta la próxima.
