José Antonio Sosa
@sosaplata
Las controversias electorales empezaron más pronto de lo esperado. El Instituto Nacional Electoral instruyó al PRD para que sustituyera en unas cuantas horas la difusión del promocional denominado «Queremos ser tu voz», por considerar que incurrió en «alusiones calumniosas» al periodista Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga).
La denuncia fue presentada por el propio periodista y el hecho provocó diversas reacciones negativas sobre el alcance de la decisión tomada a partir de la nueva legislación electoral.
¿Cuál fue el problema?
1) La Comisión de Quejas y Denuncias del @INEMexico señaló que con el spot se afectaron derechos de terceros porque al periodista se le asocia «con acontecimientos negativos de trascendencia nacional, en un contexto de imágenes entre las que (él) aparece».
2) Sin embargo, la resolución y argumentos de los consejeros no han mostrado —con el debido detalle— la magnitud del daño ocasionado al comunicador y las razones por las que se actuó con tal contundencia.
3) Para algunos líderes de opinión y especialistas en la materia, la decisión fue desmedida, equivocada, apresurada y un inaceptable acto de censura.
¿Hubo o no calumnia?
La calumnia es una acusación o imputación sobre una persona determinada o determinable, que falte a la verdad, que esté relacionada con hechos concretos y que pretenda provocar un daño. Como suele suceder en este tipo de casos, con el spot del PRD resulta difícil llegar a una conclusión indudable e inobjetable por todas las consideraciones subjetivas que están involucradas.
¿Respuesta política?
Ante esta situación, la respuesta del INE resulta vulnerable. Por un lado, por la ambigüedad de los argumentos. Por el otro, porque pareció más una reacción carente de los matices jurídicos y argumentales que se requerían, sobre todo por tratarse del primer caso relacionado con el nuevo marco normativo.
¿Caso ejemplar?
Lo cierto es que se ha sentado un precedente poco afortunado, con el que las autoridades electorales deberán tener enorme cuidado en el futuro. La cantidad de spots que generarán controversia serán demasiados si partidos y candidatos llegan a niveles de desesperación que los lleven a recurrir al uso de verdaderas campañas negras, como ya ha sucedido en años anteriores. Por tal razón, es necesario preguntarse cuáles serán los criterios y argumentos que se manejaran en casos similares ante las evidencias que se presenten.
¿Reditúa el conflicto?
En el trabajo cotidiano de la comunicación política existe evidencia de que el conflicto es un elemento que otorga ventajas a quien entra en él o lo sabe manejar. Los spots propositivos, superficiales o lights son casi siempre irrelevantes e intrascendentes. No producen retorno de inversión. Se pierden en el tiempo y en el espacio.
¿Quién gana?
Está demostrado que «equivocaciones» mediáticas que surgen de un conflicto, son generadores de noticia. El spot denunciado por López-Dóriga tuvo un impacto más elevado al que se le dio en la pauta de radio y televisión. Por lo tanto, mensajes así logran mayores niveles de difusión, llaman la atención de más personas, entran a la agenda pública y provocan reacciones de importancia en las #RedesSociales.
¿Qué debe hacer el PRD?
Si el PRD promovió o no en forma premeditada el conflicto, tiene una oportunidad que puede capitalizar. Ya lo decían los personajes de la farándula el siglo pasado: «Lo importante es que se hable de mi, aunque sea bien». ¿Lo hará el partido, más allá de las quejas y el reclamo hecho por su dirigencia?
¿Acto de censura?
De lo que no se puede acusar al INE es de que actuó como un organismo censor. La afirmación es exagerada.También está en duda la conclusión de que se trató de una calumnia. Su respuesta obedeció más a un equivocado manejo de la coyuntura que a una intención de reprimir o limitar la libertad de expresión o el derecho a la información garantizados por la Constitución, las leyes que lo regulan y los tratados internacionales que se han firmado.
¿Motivos de alarma?
Sin duda, las modificaciones que se realizan al marco legal requieren de un periodo de aprendizaje. Por ahora, no existen motivos de alarma. Es parte de los riesgos que se tienen que correr. Lo bueno es que hay tiempo para corregir el rumbo.