Éste es un conflicto transexenal como muchos otros que marcan el territorio oaxaqueño, con una distinción que lo hace mundial: el lugar en disputa se trata de una de las bellezas naturales más importantes de México, que ha posicionado a Oaxaca en el escenario internacional por ser un paisaje único, las cascadas pétreas de Hierve El Agua, entrampadas desde hace 15 años en la ambición de un líder, Manuel Pérez Morales, y desde hace dos años en la promesa del gobernador Alejandro Murat, que ofreció resolver el problema o que le dieran cuello
Alonso PÉREZ AVENDAÑO / Enviado
SAN ISIDRO ROAGUÍA.- “Antes de que Alejandro Murat iniciara su campaña para ser gobernador nos citó a un comedor por Huayapan, Las Brasas, fuimos y le planteamos ‘tú vas a llegar porque vas a llegar, pero queremos que soluciones este asunto’ -que también vivió su papá-, él dijo ‘cuenten conmigo, nada más empiezo mi campaña, la cierro y cuenten conmigo y si no les cumplo me van a dar cuello’, así nos dijo”. El encuentro fue prometedor, el alfil que prometía regresar al PRI al Gobierno del Estado ofreció su cabeza a los pobladores de San Lorenzo Albarradas, les prometió regresarles el control sobre el paraíso, sobre una de las tierras más buscadas por los viajeros en Oaxaca. Les ofreció, pero su gobierno, como el de Gabino Cué, ha sido incapaz de controlar a un personaje que ha impedido el desarrollo de Hierve El Agua, una joya natural que cada año visitan más de 50 mil personas y que sigue presa de la ambición de un político, Manuel Pérez Morales.
El ex diputado y dueño del dos veces desaparecido Partido Social Demócrata se ha encargado de impedir que proyectos para dignificar el parador que enmarca las cascadas pétreas se concreten. Ha tirado incluso recursos que la Secretaría de Turismo federal pretende etiquetar pero que no llegan a la entidad porque persiste un conflicto entre pobladores que es azuzado por este político.
“Es el costo político de tener un asesor político ahí dentro del complejo”, señala Abdón Vázquez, un funcionario público con larga trayectoria en la Secretaría de Turismo estatal, que con Alejandro Murat es subsecretario y que con el padre del hoy gobernador fue uno de los principales artífices del único acuerdo que, momentáneamente, dio paz a Hierve El Agua en el año 2003.
“Hoy se explota apenas el 1% de lo que es Hierve El Agua”, dice el funcionario mientras muestra el resumen ejecutivo del proyecto que el actual gobierno estatal ha preparado para el parador, que costaría aproximadamente 18 millones de pesos que ya se han gestionado al menos en un par de ocasiones ante la administración de Enrique de la Madrid, el actual secretario de Turismo federal.
“En enero del año pasado llevé a Sectur la propuesta de Hierve El Agua, la echaron para abajo, este año fue el secretario a llevar la propuesta de Hierve El Agua, para abajo, por el condicionamiento de una persona que va a utilizar el dinero”, cuenta en entrevista con Real Politik.
“Tenemos una visión turística de cómo resolverlo, Hierve El Agua es nuestro lugar más promocionado de manera natural, si tú me preguntas si nosotros promocionamos Hierve El Agua te diré que no, porque no tenemos un producto turístico consolidado, quisiéramos poder hacer algo, pero entre un conflicto comunitario que no está en nosotros resolverlo. La propuesta ya la tienen, pero si les digo que vale 18 millones de pesos van a decir ‘demuéstrame tu buena fe y dame los 18 millones, no sé si vayan a hacer las obras que les propongo, lo lógico es que no”, asegura Vázquez.
El proyecto incluye un arco de entrada, un estacionamiento acondicionado adecuadamente, la reubicación y mejoramiento de los servicios e incluso la destrucción de una piscina y habitaciones que ordenó construir el gobernador Ulises Ruiz. A Pérez Morales le pareció “chingón” la propuesta, pero tenía una condición. “Él tenía que recibir el dinero para que ellos hicieran las obras”.
Las palabras esenciales para describir el proyecto son dos: orden y seguridad, que engloban un paraje contrapuesto al que hoy se vive en Hierve El Agua. Solo para llegar hay que atravesar cuatro kilómetros de terracería que ni San Isidro ni san Lorenzo quieren o pueden arreglar. A la entrada hombres con distintos grados de agresividad demandan el pago de la cuota, 25 pesos. Después, estaciónese como pueda, baje como pueda, encuentre el baño como pueda y recorra el lugar como pueda. Hay incluso una gran amenaza que pende sobre este lugar. Los principales atractivos visuales, las cascadas pétreas son frágiles y pese a ello las autoridades de San Isidro permiten que todos los visitantes se monten ahí para disfrutar el paisaje.
Vázquez expresa un reto todavía más importante: qué pasaría si un turista se lesionara gravemente en este balneario natural, inaccesible para personas con discapacidad motriz.
En el sitio se han generado incluso hechos de violencia como el pasado 27 de junio, cuando una disputa generó la retención por siete horas del conductor de un vehículo de transporte de turistas afiliado a la CTM. Al conocer la noticia, la Confederación reaccionó de inmediato y anunció el envío de 100 unidades al rescate.
“Habría sido una masacre”, señala el subsecretario. La única respuesta que encontraron por parte de Manuel Pérez Morales fue: “No sé con cuántas armas los vayan a esperar los del pueblo”.
Una solución momentánea
El historial de hechos de violencia solapados o dirigidos por Pérez Morales en Hierve El Agua tiene un antecedente que involucra a otro gobernador de apellido Murat.
19 de septiembre de 2003. En el centro de la fotografía José Murat, a un lado cuatro autoridades de San Isidro Roaguía, al otro, el izquierdo, cuatro autoridades de San Lorenzo Albarradas, después dos funcionarios Joaquín Rodríguez Palacios y Abdón Vázquez.
Las autoridades de la cabecera, San Lorenzo, y de la agencia de policía, San Isidro Roaguía, aceptaron un trato en el que cada una recibiría el 30 por ciento de los recursos recaudados por el cobro para accesar al paradero turístico. El 40 por ciento restante lo administraría el Gobierno del Estado y lo utilizaría para mejoramiento de la infraestructura, cuidado del acceso carretero, del estacionamiento, de los senderos a través de los cuales se recorre el balneario y otros proyectos. La fotografía en la que se observa a un Murat sonriente fue publicada por El Imparcial con el título “Reabren Hierve el Agua” el mensaje del gobernador: la disputa debe terminar para “dar paso a un proyecto integral de mejoramiento, conservación y mantenimiento que eleve el potencial de la zona”. La sonrisa que causó el logro duró poco, muy poco, siete meses.
El 12 de abril de 2004 una noticia de mayor impactó ocupó las páginas del mejor diario de Oaxaca: Sangriento ENFRENTAMIENTO. La nota de Armando Chávez y Alejandro Villafañe ocupó una página y media a color en la sección policiaca y daba cuenta de un enfrentamiento entre los pobladores de las comunidades cuyas autoridades habían flanqueado antes al gobernador Murat, al padre. “El móvil de la balacera fue por la disputa del control del paradero turístico Hierve El Agua”. Hubo al menos 20 personas heridas “algunas de bala”. La media plana aledaña es un recuadro con 12 rostros de personas detenidas a las que la policía ministerial les realizaba pruebas de radizonato para detectar si habían accionado armas de fuego. Si en Oaxaca ha habido disputas por tierras improductivas, donde se pelea la miseria, en esta ocasión la lucha era por un destino único.
Los hechos los recuerdan Cándido Ramírez, presidente del comisariado ejidal de San Lorenzo Albarradas, y Lorenzo García, representante del consejo de vigilancia.
“Los pobladores de San Isidro se posesionaron allá por un tal líder que los empezó a manipular, se llama Manuel Pérez Morales, nosotros estábamos tratando de arreglar las cosas bien pero aquel cabrón dijo ‘échenles plomo’ y de eso no se trata, no se vale, nosotros hemos tratado de arreglar el asunto por la vía pacífica, tenemos familia, pero aquellos cabrones no ceden por aquel canijo”. A partir de la aparición de ese “canijo” el conflicto se prolongó y hoy suma casi 15 años.
La aparición de Pérez Morales
Manuel Pérez Morales es un personaje cuya trayectoria política va del fracaso y la usura electoral a la creación de conflictos intercomunitarios. La segunda mitad del gobierno de Gabino Cué la pasó como diputado local tras ser postulado por la vía plurinominal por el Partido Social Demócrata, al cual ha hecho desaparecer a nivel local dos veces por baja votación.
Durante el conflicto que persiste en Hierve El Agua ha logrado que incluso el gobierno federal financie proyectos, como la construcción de una carretera “peligrosísima”, como la describe Vázquez, que lograba que los viajeros saltaran un retén instalado por pobladores de San Lorenzo Albarradas para cobrar 10 pesos a cada persona que pase. Con la “audaz” obra, a la que la Sedesol invirtió 8 millones de pesos, Pérez Morales ahorró a cada visitante 10 pesos.
Pérez Morales logró controlar a los pobladores de San Isidro Roaguía, los organizó y a partir de ello tomaron el control del destino turístico, de su cobro principalmente. Cada persona que visita las cascadas paga 25 pesos. San Lorenzo, para evitar quedar excluido por completo, colocó un retén en el acceso principal hacia Hierve El Agua, donde cobra 10 pesos por cada persona que ingresa. Por viajero, la cabecera se queda con el 29% del cobro y la agencia con el 71%. San Lorenzo, de acuerdo con las autoridades ejidales, recibe en temporada baja 600 pesos diarios por el cobro de peaje y, en una temporada alta recauda hasta 200 mil pesos. San Isidro obtiene por el acceso de turistas entre 7 y 8 millones de pesos anuales, tomando en cuenta que en Semana Santa pueden llegar hasta 10 mil personas en tres días.
Las cuentas son para el subsecretario de Turismo un tema menor, pues representan solo el 1% de lo que es Hierve El Agua.
“No preocupa cuánto vale Hierve El Agua, cuánto gana San Isidro, preocupa la potencialidad de Hierve El Agua, que se puede explotar si se maneja, respetando usos y costumbres, si se hace un área de servicios, respetando totalmente la zona, pensando incluso que se puede restringir las áreas, porque sobre las cascadas pétreas no debe haber 3 mil personas.
Hay mucha gente interesada en que a Hierve El Agua le vaya mejor, ahorita se está explotando el 1% de Hierve El Agua, el problema como le dije a Manuel Pérez es que todo el mundo habla de Hierve El Agua, ya no visita Mitla, todos se van a Hierve El Agua, cualquier gente llega se queda enamorada de ese lugar y cuando regresa dice ‘chinga, qué lástima que no haya un buen restaurante, qué lástima que no haya un buen baño, qué lástima que la carretera esté de la chingada”.
La promesa
Hoy los pobladores de San Lorenzo Albarradas no piensan en porcentajes, sino en lograr un acuerdo para recuperar una tierra que legalmente les pertenece, un acuerdo tras una negociación en la que Pérez Morales esté excluido.
“Lo que menos queremos es un enfrentamiento, queremos sentarnos al diálogo, un día cuando estemos listos, hablemos de porcentajes, nosotros no queremos más sino la vía del diálogo, pacífica”, agrega Cándido Ramírez, el presidente del comisariado de bienes ejidales.
“Si San Isidro se cree que tiene los documentos necesarios para pelear Hierve El Agua, que los ponga en una mesa y detrás de ellos vamos nosotros, para que veamos quién tiene el derecho. Que no se valgan por su líder, porque su líder no va a durar toda la vida, que se pongan a dialogar con nosotros, vivimos en un solo ejido, estamos dispuestos a negociarlo, que dejen su líder a un lado”, pide Abundio Martínez, tesorero del comisariado ejidal, que cierra con una frase que envía al gobernador Alejandro Murat: “La promesa es deuda”.