Inicia la recta final
Con el V Informe de Gobierno, la administración del gobernador Gabino Cué entra en la recta final. Hasta hoy, los resultados han sido más bien, modestos y hasta pobres. Si bien es cierto que en el mensaje que dio al pueblo oaxaqueño afirma que “el estado crece y se consolida; que hemos remontado el contexto del miedo, la desconfianza y la confrontación”, hay aún muchos pendientes que con certeza quedarán para la siguiente administración. El 21 de julio pasado, con el decreto que crea el nuevo Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), el ejecutivo estatal –hay que reconocerlo- forjó un hito en la historia contemporánea y, a diferencia de sus antecesores en el cargo, se aventó el boleto de desafiar a esa Hidra de 81 mil cabezas, que hoy en día, sigue retorciéndose entre el coraje y la frustración.
Sin embargo, en muchos sentidos, las esperanzas ciudadanas en un cambio radical en el estado de cosas, han devenido desencanto. En obra pública nada hay que destacar, salvo las pequeñas acciones que todo gobierno lleva a cabo. Los grandes pendientes serán una vez más, la súper carretera al Istmo, la vía a la Costa y el proyecto hidráulico, “Paso Ancho”. Si mal no recordamos, el primer proyecto está desde el gobierno de José Murat (1998-2004) y los dos restantes, del régimen de Ulises Ruiz (2004-2010). Son pues, anhelos postergados una y otra vez, ante el abandono en que nos ha tenido la Federación y que queda de manifiesto con dichas obras. Está también en suspenso la controvertida obra del Centro Cultural y de Convenciones, luego de la decisión gubernamental de no construirlo en el Cerro de “El Fortín”.
El problema mayor, sin embargo, al que se ha enfrentado Gabino Cué, ha sido paliar la ambición y voracidad de grupos, maestros y organizaciones sociales. El directorio de dirigentes y pseudo líderes, es cada día más numeroso y mantenerlos ha sido aún más oneroso. Hay que subrayar que una de las críticas más fuertes que recibió el gobernador, fue por haber otorgado más de mil millones de pesos, entre 2011 y 2012 a un apretado directorio de organizaciones sociales, cuyos dirigentes recibieron cientos de millones a fondo perdido. Una de esas organizaciones parasitarias fue el Frente de Organizaciones Sociales, Campesinas, Urbanas, Pesqueras y de Transporte (FOSCUPT), manejada por leales al senador Benjamín Robles Montoya. Pero el directorio de beneficiarios fue mucho más allá.
Difícil echar las campanas al vuelo en una entidad que continúa en el rezago, la pobreza e índices bajísimos de desarrollo humano. Cué Monteagudo ha estado consciente de ello. Nada ha cambiado en los estándares de vida de los oaxaqueños con el llamado gobierno de la alternancia. Seguimos arrastrando los viejos cartabones de la marginación y el atraso, que hubo con gobiernos autoritarios. En efecto, el ejecutivo es tan corresponsable como los legisladores que no aprueban iniciativas o como el ciudadano que sólo crítica y censura.
Es lamentable el estado de desarrollo que tenemos en la entidad, motivado en muchos aspectos por el relajamiento en el cumplimiento de la ley. Ahí están los maestros, dispuestos a seguir la campana de sus dirigentes, para continuar con sus movilizaciones, aunque conscientes de que el camino de la Reforma Educativa no tiene reversa. Ahí siguen los falsos desplazados de la etnia triqui, dispuestos a seguir con su teatro y prestos a saquear el magro presupuesto estatal. Empero, de no aplicarse la ley, Oaxaca seguirá arrastrando su pobreza, su miseria y su frustración. Este panorama encontrará el nuevo gobierno. Sin embargo, la lucha por la gubernatura ha empezado.