En abierto desafío
En los dos números anteriores de Real Politik hemos mencionado los errores tan graves en que está incurriendo el Gobierno de Gabino Cué, al seguir torpedeando la Reforma Educativa y todo lo que ello conlleva para Oaxaca. No sólo se ha negado a presentar la iniciativa de Ley Estatal de Educación que armonice con la ley federal, sino que, a espaldas de lo que las normas reglamentarias disponen, de nueva cuenta y en el esquema anterior, estaría negociando el pliego de peticiones que le entregó el pasado primero de mayo, el secretario de Organización de la Sección 22, Francisco Villalobos Ricárdez. ¿Qué tiene que negociar la administración estatal, cuando ya el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) logró un incremento salarial del 6.24 por ciento y la ley no permitirá que existan arreglos paralelos? Entre las peticiones que solicita la S-22, destacan obviamente, la demanda de la Coordinadora de Estudiantes Normalistas del Estado de Oaxaca (CENEO), de contar con plazas autorizadas de manera automática, cuando se sabe que en el país serán otorgadas previo examen de selección.
Desde aquella famosa descentralización de la educación, en 1992, las secciones sindicales del SNTE, algunas de ellas ubicadas en la disidencia, es decir, en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), han llevado a cabo arreglos dobles: se benefician de los logros del SNTE, pero a través de chantaje y amenazas a los gobiernos estatales –como ha ocurrido en Oaxaca- han logrado prestaciones y dádivas extraordinarias, como por ejemplo, el bono de una quincena que se paga el 15 de mayo o el aguinaldo de 90 días de salario, que se paga en diciembre y enero. El 22 de mayo de 2006, la Sección 22 inició el movimiento que habría de derivar en una de las peores afrentas ciudadanas a Oaxaca, con una petición: la rezonificación de la entidad, ubicada entre los estados más pobres del país, para que los maestros pudieran tener mayores beneficios económicos. Pese a que se trataba de una petición fuera del ámbito del Gobierno estatal, aun así pusieron a los oaxaqueños y al gobierno de Ulises Ruiz de rodillas. Seis meses tardó la asonada, con un saldo negativo para todos.
Parte de esa complicidad que se tejió con los gobierno estatales, fue que la Sección22 pudo lograr, luego de la minuta firmada por el ex gobernador Heladio Ramírez López, el 28 de octubre de 1992, el monopolio de los niveles de mando en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), que recibió en bandeja de plata, el entonces secretario general de la citada Sección, Erangelio Mendoza González. Validó esta infamia, el entonces secretario general de Gobierno y encargado del despacho del IEEPO, Lino Celaya Luría. Hasta hoy, y en tanto no haya una disposición en contrario, el sindicato mantiene el 90 por ciento de los niveles de mando en todas la áreas de la dependencia. El director general y los coordinadores que designa el ejecutivo estatal, están más como piezas decorativas que como responsables del control de la política educativa estatal. Éste es uno de los privilegios que por nada quiere perder el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación en Oaxaca (MDTEO).
Visto en perspectiva, ha quedado claro que el propósito de la dirigencia seccional del magisterio oaxaqueño no es mejorar la calidad de la educación, menos elevar los índices de mejoramiento académico, cumplir el calendario escolar, el avance programático o fomentar la responsabilidad docente entre sus agremiados, sino conservar sus privilegios. En el fondo de la negociación paralela con el Gobierno estatal subyace ese objetivo. ¿Acaso lo desconoce el gobernador Gabino Cué?