La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha dejado solos a los comuneros de ese municipio que exigen la cierre de la Minera Natividad por la grave contaminación que ha provocado en la Sierra Juárez, pero la titular de la dependencia federal, María Luisa Albores, lejos de escucharlos los discrimina y ofende
“Somos una comunidad indígena, pero desde su visión (de María Luisa Abores) somos personas de cuarta categoría, no podemos tener derecho a hablar de persona a persona con una secretaria de Estado porque somos indios, nos discrimina Conagua, Sermarnat, Profepa y el gobierno de Oaxaca”
Salvador Aquino
Comunero de Capulálpam de Méndez
Alonso Pérez Avendaño
El gobierno de la Cuarta Transformación está transformando el pueblo mágico de Capulálpam de Méndez… en un territorio de saqueo y corrupción. El municipio de la sierra zapoteca, el primero en Oaxaca en ser distinguido por la Secretaría de Turismo por ser un lugar privilegiado para los visitantes por su naturaleza, historia, tradiciones y cultura es también un lugar donde las y los pobladores han emprendido desde hace por lo menos una década una lucha férrea contra la minería, para evitar que el oro y plata que se encuentra en el subsuelo de su territorio sea expoliado, no obstante en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador han encontrado pocos aliados.
Pese a los daños que ha generado la Minera Natividad a la naturaleza en este municipio zapoteca, donde ha secado al menos 13 mantos acuíferos y ha vuelto inservible para la agricultura y para el consumo el agua del río Grande, el más importante de la región boscosa de la Sierra Norte, ninguna autoridad ha intervenido.
El primer llamado que hacen los pobladores, autoridades comunales y municipales es a la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores, la encargada de impedir de inmediato las operaciones de la minera que se realizan en la ilegalidad, al carecer de un estudio de impacto ambiental, un documento en el que se establece si los daños a los recursos naturales se encuentran dentro de los parámetros permitidos. Hasta ahora, Albores, que tomó el cargo apenas el pasado 2 de septiembre en sustitución del ecologista Víctor Manuel Toledo, no ha escuchado a los inconformes.
El trato de la funcionaria federal, acusan las autoridades, es discriminatorio contra las comunidades indígenas. “Somos una comunidad indígena, pero desde su visión somos personas de cuarta categoría, no podemos tener derecho a hablar de persona a persona con una secretaria de Estado porque somos indios, nos discrimina Conagua, Sermarnat, Profepa y el gobierno de Oaxaca”, reclama Salvador Aquino, un comunero de Capulálpam.
EN LA ILEGALIDAD
La minera Natividad ha operado en la ilegalidad desde el principio. En enero de 2017, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró temporalmente la mina por carecer de autorización de impacto ambiental para actividades de exploración, explotación y beneficio de minerales. Hoy aún carece de ese documento y sigue operando. La empresa además construyó sin autorización una presa de jales, la cual debe contener las aguas donde son limpiados los minerales. Esa presa y otras dos usadas por la minera se han desbordado, contaminando afluentes que son utilizados por la comunidad.
“Capulálpam ha denunciado ante Semarnat, Conagua, Profepa y el Gobierno del Estado de Oaxaca el derrumbe de tres presas de jales con desechos contaminados al río Capulálpam; la contaminación con plomo y arsénico de fuentes de agua; la desaparición de 13 acuíferos debido a las obras mineras; contaminación del río Grande que cruza la Sierra Juárez y afecta a varias comunidades indígenas en la región”, denuncia el presidente del comisariado de Bienes Comunales Néstor Baltazar Hernández, quien subraya que la respuesta de las autoridades es nula.
DESTRUYEN LA RESERVA DE CAPULÁLPAM
Capulálpam se ha convertido en uno de los lugares más conocidos por los turistas que en Oaxaca desean conocer las montañas, ríos, grutas, senderos y parajes que conserva la Sierra Norte. El ecoturismo se ha convertido en un atractivo que genera empleo para cientos de pobladores. Además de una empresa comunitaria –que aporta sus ganancias para la realización de obras en el municipio- diversos pobladores se han beneficiado con la construcción de hoteles, restaurantes y trabajando como guías.
Capulálpam recibió en 2019 a un total de 38,434 turistas, convirtiéndose en el principal destino de los turistas de naturaleza en el estado. Con la pandemia, la cifra de visitantes se cayó a cero. Las autoridades municipales decidieron el cierre total de la comunidad para evitar contagios de coronavirus y en ello han tenido un logro decisivo, ningún contagio, ningún deceso. Incluso en esto los pobladores encuentran una contradicción, pues mientras la minería fue declarada una de las tres primeras actividades esenciales por el gobierno federal, los pobladores, por autoprotección, deciden suspender una importante fuente de ingresos. La minera sí puede seguir, el ecoturismo no.
La minería, advierten sus pobladores, está poniendo en riesgo no solo una fuente de ingresos, sino a la comunidad, su historia, su cosmovisión y su futuro.
Las palabras de la regidora Ariela Ramírez sintetizan el sentir de esta comunidad: “Capulálpam tiene que buscar alternativas, las encontramos en los espacios naturales, pero para nosotros es difícil reaperturar, establecer recorridos si nuestros recursos están desapareciendo, es ilógico promover algo que con tristeza vemos mermar día a día. Hemos trabajado para mantener nuestro territorio, nuestra biodiversidad, pero es muy complicado aceptar que una empresa que se beneficia de manera particular sea prioritaria sobre nosotros, que vivimos en ese territorio”.