EDITORIAL
Luego de una serie de amenazas y amagos de parte de los grupos radicales enquistados en la Sección 22, se privilegió la madurez y los dirigentes Eloy López Hernández y Genaro Martínez Morales, Secretario General y de Organización del Cártel-22, anunciaron el regreso a clases. Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas. Inició la persecución en contra de los normalistas que recién presentaron su examen de selección para lograr una plaza docente, con el propósito de no dejarlos entrar a los centros de trabajo y recuperar las escuelas que dicen mantienen los maestros que militan en la Sección 59, sin soslayar la consigna de boicotear la ceremonia del inicio de cursos.
Pero todo apunta a que el magisterio seguirá dando la nota periodística, habida cuenta de que en el marco de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), previo al regreso a clases, los revolucionarios disfrazados de maestros, ya preparan su jornada de lucha en contra de la Reforma Educativa. Y amenazan con movilizaciones de no instalarse una mesa de negociación con el gobierno federal. Es más, haciendo eco de la gira que hacen los padres de familia de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, están programando un calendario de protestas entre el 15 y 26 de septiembre. Obviamente, todo ello apunta a un interés burdamente electorero.
En Oaxaca hay aún temas pendientes que se han derivado de los ofrecimientos hechos al vapor por el actual gobierno, como es el hecho de negociar el pago a los “regularizados”, que implica un desembolso en verdad multimillonario. A todo ello hay que agregar la dificil situación del erario público. Recientemente trascendió que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), le había puesto a Oaxaca una especie de luz amarilla, lo que implica que dada la cantidad de pasivos que arrastra, no es susceptible de recibir adelantos o préstamos para hacer frente aún a situaciones de crisis. Parte pues de los ofrecimientos que se han hecho a los maestros, no han tenido un resultado feliz. Pese a su abultadísima nómina, la Sección 22 es un barril sin fondo. Todo lo que exige tiene el sello monetario. Nada, absolutamente nada, es ajeno a ello.
En este tenor y sin duda por tratarse del inicio del año electoral en septiembre, el magisterio buscará –como siempre lo ha hecho- inducir a sus correligionarios a trabajar para los candidatos de izquierda. Andrés Manuel López Obrador, sino temor a equivocarnos. Todo lo que ocurra pues en este año escolar que recién se inició, tendrá que ver con el espectro político. Las demandas se convertirán en exigencias irracionales, exhibiendo una de las facetas que el magisterio afiliado a la CNTE/Sección 22 siempre quiere ocultar: su perfil mercenario. No dudemos que habrá maestros que se perfilen como candidatos y que los mentores que tienen otras filias políticas sean presionados con diversos mecanismos para inclinarse por la opción que les dictan sus fascistas dirigentes seccionales.
Sin pesimismo, pues, el ciclo escolar 2017-2018 será un capítulo más, en el cual el gobierno estatal seguirá capoteando las amenazas de esta Hidra de Lerna, de 81 mil cabezas, sin mayor oferta que paliar la protesta con ofrecimientos que no podrá acreditar. La Reforma Educativa será una vez más el tema de controversia y las exigencias de mejoras, entre ellas la recuperación del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), se convertirá en una obsesión de ese Cártel cuasi criminal, denominado Sección 22.