+El Presidente no renunciará… pero denota ausencia
+ México, país sin leyes: The Economist
Martín Moreno
@_martinmoreno
La poderosa Alejandra Lagunes, tuvo un fin de semana negro. El tablero de alertas se prendió en sus oficinas de Estrategia Digital Nacional de Enrique Peña Nieto. Las alarmas sonaron.
La razón: durante prácticamente dos días (viernes 17 y sábado 18 de octubre), el hashtag en TW #DemandotuRenunciaEPN se convirtió, primero, en “trending topics” nacional, y luego entró a la categoría de “protesta global”.
Ni tiempo le dio a Alejandra – rubia, atractiva, recomendada a Peña Nieto por Emilio Azcárraga Jean, de quien es cercana y amiga- de ejercer un control de daños. La frase estaba y quemaba no solamente en redes sociales. También corría de boca en boca de millones de mexicanos, retumbando en no pocos lugares del mundo. Con preocupación. Con morbo.
Por supuesto que Peña Nieto no renunciará, sólo porque un hashtag en Twitter llegó a sus máximos niveles de penetración social. Absurdo sería suponerlo siquiera. Sin embargo, ¿cuál es el fondo de esta tendencia mundial en las redes? Allí radica lo interesante. Y lo preocupante para Peña y su gobierno.
El fondo de #DemandotuRenunciaEPN, está en el hartazgo ciudadano porque la inseguridad aumenta, el crimen organizado se empodera, y el gobierno muestra claros e innegables vacíos de autoridad a nivel federal.
(Ejemplo: la disfuncionalidad de la PGR para enfrentar el caso Ayotzinapa).
El fondo de #DemandotuRenunciaEPN, radica en la insensibilidad, primero, del Presidente, al abordar públicamente… ¡diez días después! la masacre en Iguala, tildando de “afectados” a los normalistas, cuando en realidad habían sido asesinados, y segundo, al mostrar cruel indiferencia a una tragedia que conmueve a todos: en lugar de mostrar luto como signo de solidaridad con las familias de los estudiantes, prefirió tomarse “selfies” con adolescentes, como si nada ocurriera, tan sólo horas después de lamentar lo ocurrido en Guerrero.
El fondo de #DemandotuRenunciaEPN, está en el engaño y en la manipulación en casi 23 meses de gobierno peñista: desaparecer todo lo
relacionado con la violencia en el discurso oficialista, como si así se esfumara la criminalidad, ocultando lo que hoy ahoga a México: una violencia a gran escala que rebasa y arrincona al Estado mexicano.
Si de algo son culpables absolutos Peña Nieto y su gobierno, es de negligencia criminal al ocultarle a los mexicanos, los altos grados de violencia que se viven y que hoy han hecho crisis.
El fondo de #Demandotu RenunciaEPN, radica en que se manipuló, vía reformas aprobadas, la realidad nacional. Si bien hay coincidencia generalizada de que la reforma energética era inaplazable – la Hacendaria fue un bodrio fallido de Luis Videgaray, y la de Telecomunicaciones un chisguete que dejó intocable a Televisa-, lo cierto es que, más allá de beneficios o perjuicios, no se atendió el principal reclamo de los mexicanos: la inseguridad.
De nada sirven reformas con el hijo asesinado, el padre secuestrado, el negocio cerrado por extorsión, con estudiantes masacrados por policías y sicarios, con caminos bloqueados por encapuchados y bajo el miedo colectivo que arruina, a querer o no, la intención reformista de Peña Nieto.
El fondo de #DemandotuRenunciaEPN, está en que hemos tenido, en 23 meses de gobierno peñista, cataratas de discursos, retórica en abundancia y saliva para llenar océanos, sin resultados benéficos para los mexicanos: a la inseguridad galopante, habrá que sumarle una economía paralizada, sin crecimiento, gasolinazos mes con mes, desempleo de casi 3 millones.
Van dos botones de nuestra crisis económica: según The Wall Street Journal, el gobierno mexicano espera un descenso del 80 por ciento en las exportaciones de hierro, debido al aumento en la vigilancia de los cargamentos enviados a China, por parte del crimen organizado.
La razón: la inseguridad. Eso en lo macro. Y en lo micro, la inflación a tope: un frasco de cajeta “Coronado” –la de mayor venta en el país-, ya cuesta… ¡72 pesos! Es decir: ni con un día de salario mínimo alcanza ya para ese producto.
El fondo de #DemandotuRenunciaEPN, radica en que los resultados no llegan, las promesas abundan, las mentiras subsisten, el vacío de autoridad en Los Pinos, comienza a sentirse entre los mexicanos, y lo más grave: un futuro que vaticina dos crisis severas: la de inseguridad permanente, y la inevitable y cíclica debacle económico-financiera, en la que los priistas son expertos.
Alertas en México y en el mundo.
“Las atrocidades registradas en Iguala, muestran lo lejos que está México de ser un país de leyes”, asegura el semanario británico “The Economist”, en un artículo demoledor titulado, “Cuando el crimen se sale de control”, dibujando la situación caótica que atraviesa México.
Aún más: el influyente medio –consulta financiera obligada de los capitales mundiales-, cuestiona de manera frontal a Peña Nieto:
“Peña Nieto ha priorizado las reformas económicas, y subestimado la ley y el orden como manera de modernizar a México, sin reconocer que ambas son igual de importantes”.
The Washington Post:
“Mientras que la noticia de que no eran los normalistas (los hallados en las fosas) alentó a sus familiares, para el resto de México fue una parada más en la rueda de la fortuna del horror.
“(Las fosas) han destrozado la campaña de relaciones públicas de Enrique Peña Nieto, para desviar la atención internacional de los fracasos en materia de seguridad”.
Las reacciones en la prensa mundial han sido apabullantes contra Peña y su gobierno.
¿Quién los desmiente?
Al paso de los meses, aquella portada en la revista Time, en la que se mostraba a un Peña Nieto triunfador bajo la leyenda: “Saving México” – el gobierno mexicano pagó 576 mil pesos por esa propaganda (Ver ‘El timo de “Time”’. SinEmbargoMX. Red Pública. Martín Moreno. 19/II/2014)-, ha quedado ya como una anécdota penosa y para el olvido.
Si bien el hashtag #DemandotuRenunciaEPN no hará renunciar al Presidente de México, sí es un indicativo del ánimo entre amplios sectores de la población mexicana, y cómo lo perciben los principales medios en el mundo, a los cuales Peña Nieto y su equipo no pueden censurar, como sí lo hacen con algunas televisoras, periódicos, plumas y voces serviles a los designios de Los Pinos en el país.
Y eso –su imagen ante el mundo-, es una obsesión de Peña Nieto.
Y esa imagen, la del presidente de México, hoy por hoy, se está derrumbando. (Este artículo ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/22-10-2014/28344)