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Por Teo Luna

 Lo complejo de vivir en pareja

 Si hay algo difícil en la vida, es vivir en pareja

DISCUSIÓNEn Chihuahua, el índice de divorcios es impresionante, la cifra de los más de 10 mil casos registrados, el año pasado, ya fue superada, lo que indica una fuerte decadencia del concepto y de la figura que representa el hogar en la vida de pareja, las causales son muchas, pero predominan la infidelidad de ambos y la incompatibilidad de caracteres; a pesar de que la cifra es increíble, pocos saben y pocos tienen conciencia e información de que, ésta decadencia social, se atribuye a la incapacidad emocional, es decir, no tenemos la cultura, ni estamos preparados para vivir en pareja, y sí en cierto modo estamos  haciendo cultura del divorcio, al parecer, hay mucha información de cómo hacerle para darle en la torre a la otra persona, cómo zafarse de las disposiciones legales o evadir responsabilidades, muchos se lavan las manos, se divorcian no solo de ellas, sino también de los hijos, y es muy común en los salones de clases, cuando voy a dar alguna plática y les pido: “los niños, hijos de padres divorciados, por favor levanten la mano”, percibir el agudo silencio que provoca la cantidad; cada vez son más y más las víctimas del divorcio, claro que nada es para siempre, ni bueno ni malo y no hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante.

Caras vemos, emociones no sabemos

Me gusta observar a las personas, analizar sus posturas, la manera en que camina, sus gestos, sus expresiones faciales, escuchar su voz y detectar sus emociones atoradas, puedo ver tristeza, amargura, frustración, culpa, dolor depresión, impotencia; y si ves los rostros de la gran mayoría de las personas,  sin mayor dificultad puedes palpar lo que digo, y aún más, no hay libertad, ni autoestima alta y sólida, muchos, muchas, están cabizbajos, apagados, otros arrastran sus pies para caminar, los domina la pereza, el conformismo, la apatía y  hay  una razón muy clara, demasiado simple: no son felices, ni libres, heredan su lenguaje corporal, sus expresiones a sus hijos y la familia entera, reprime emociones y son propiamente la tristeza arrolladora; hay detrás de todo esto, problemas emocionales en casa no superados, mucho menos trabajados, matrimonio en conflicto, codependencia, pésima comunicación, ausencia de valores, de amor y de actitud positiva, se hace pues, una costumbre en esta comunicación inconsciente de mostrar las miserias espirituales.

 

Pugna de poderes

Me tocó ver en el súper a una señora gorda, neurótica, y caminando detrás de ella, al marido sumiso, tímido, escuchando los gritos “para qué llevas solo tres plátanos, piensas solo en ti, se te olvida que somos 6 en casa”, luego, calladito, el señor regresa con dos bolsas llenas de plátano y ella le grita de nuevo “inútil, no ves que se nos van a echar a perder los plátanos, se van a podrir como tú” agachado, regresa mostrando impotencia y deja una sola bolsa, regresa con el gendarme, quien  mal  y de malas le pide que vaya por un kilo de jamón, el tipo se dirige a la salchichonería y se encuentra a un compañero de trabajo, se ponen a platicar, mientras que la fiera anda llenando el carrito de latas, pastas y de otras cosas, llega sorpresivamente con los dos y grita “no puedes hacer nada, hace media hora que te pedí el jamón y te pones a platicar”, la señora no es para saludar y carece de tacto, es descortés y grosera, tristemente estas discusiones públicas se ven en todos lados y a todas horas, se comportan ambos, como si fueran enemigos, se hablan con gritos, humillaciones, ofensas, amenazas, quedando en ridículo, ambos, echándose culpas uno al otro y éste es un claro reflejo de lo enferma que está la relación de pareja

Pelear delante de los hijos, un deporte nacional

La neurosis se desborda, ellos, ellas y yo por igual, no me importa que estén mis hijos, me engancho o no, el caso es que discuto, me altero, grito, me defiendo, agredo y me torno déspota, autoritario, simplemente neurótico y veo los ojitos, de mis hijos llenos de angustia preocupación, decepción, dolor; exploto, soy de mecha corta, “acción, reacción violencia engendra violencia”. De una pequeña discusión se hace un gran pleito, no hay tolerancia, ni respeto, esto es el cúmulo de muchos resentimientos guardados, de malos entendidos enterrados,  hay en la pareja tanta energía negativa que nos dejamos llevar por kilos de egoísmo, pienso solamente en mí y por si no fuera poco esto, involucro a mis hijos en la discusión descalificando a mi esposa “tu madre es una neurótica, quiere controlar mi vida, mi cartera, mis decisiones de trabajo,  mis horarios y si no hago lo que ella quiere, explota amargándome la vida, ya estoy harto”, veo que no he aprendido a discutir, no sé hablar ni expresar mis sentimientos y caigo en el juego neurótico. Todo neurótico, busca poner al otro mal y cuando lo logra sutilmente  dice “no fue mi intensión ofenderte”, pero mientras tanto, ya te dieron en tuti la madona. Una neurótica o neurótico busca con lupa el callo que ha de pisar “el que busca encuentra”

Tanto va el  cántaro al agua, que ahí se queda

“Los pleitos ni ganados son buenos”, “quien te hace enojar te gobierna”, “el que se enoja pierde”, “el que ríe al último, ríe mejor”, “como amigo tengo defectos, como enemigo, soy casi perfecto”, la verdad de las cosas, es que nadie gana en éste juego neurótico, conocí una pareja que duraron años discutiendo, peleando mañana, tarde y noche porque ella quería que la cochera se abriera y se cerrara a control remoto desde el auto, él argumentaba que era un gasto alto e innecesario,  quiérase o no, esa cochera era el pretexto para agredirse de otras cosas para sacar sus resentimientos, para arruinarse  la vida el uno al otro, por supuesto que nunca pusieron el motor de la reja para abrirla desde el auto a control remoto y terminaron su relación de manera conflictiva, muchas veces, peleamos por niñerías, pero atrás de ello, hay un sinfín de emociones negativas, traté a otra pareja que discutían por un sistema de riego en el jardín, ella decía que su carro se mojaba por debajo y que el chasis se iba a oxidar, él se defendía patas parriba y decía que su jardín se iba a secar, que necesita que se regara, el caso, es que ella llegó a vivir a la casa de él y quiso imponer su voluntad, claro, tronaron como espárragos dañándose severamente, no era, ni fue la forma de discutir,  sin duda, fue un problema de fondo y de formas.

Más vale crear costumbres, que corregir mañas

Segundo a segundo, un matrimonio se diluye, un amor se apaga, una luz se extermina, una vida de pareja, muere. El matrimonio no es para toda la vida, el divorcio, sí lo es,  como se sabe, lo que fue amor y dulzura con tu media naranja, se convierte en jugo de limón, se torna un odio mutuo, ambos se llenan de resentimientos y el rompimiento es violento, dañando severamente a los hijos; muchos de nosotros, padres de adolescentes, nos hemos olvidado de que somos espejo para nuestros hijos y que ellos se forjan gracias al buen o al mal ejemplo.   Mal de muchos, consuelo de tontos.

 

Gracias por leerme y más por escribirme, siempre estoy a tus órdenes:

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Twitter: teo_luna

www.crisiscreces.com

 

 

 

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