Por Ernesto Salayandia García
El Infierno de la Mariguana
Gracias a los miembros de la Asamblea de Padres de Familia y público en general de Aguascalientes por haberme dado la oportunidad de compartir, fue una experiencia inolvidable.
Detrás de una adicción, hay severas consecuencias
Gustavo, de 21 años, de los cuáles lleva fumando mariguana siete, dice que no piensa dejar de fumarse los seis u ocho churros de mota a pesar que ha perdido su capacidad de retención, su nivel de memoria es bajo, arrastra la lengua, habla como en cámara lenta, como hablan la gran mayoría de los adictos a la hierba y como muchos otros jóvenes, no ve el riesgo que representa ésta peligrosa adicción “Nadie ha muerto de sobredosis”. Su mamá me comentó que Gustavo fue expulsado de 3 escuelas por consumir y traficar droga, con las lágrimas en los ojos, expresa su dolor y frustración. Ya no quiso ir a la escuela, tiene un par de años sin hacer nada, más que robar mi casa y a mis vecinos y por fumar cannabis. Su mamá, llena de dolor, es maestra de una escuela primaria. Hace unos meses, lo atrapó la policía municipal robando un auto, junto con otros adictos, él, se escondió debajo del auto, el juez lo remitió a cumplir su condena a un centro de rehabilitación y ahí estuvo encerrado 5 meses, apenas si salió y volvió a drogarse con mariguana y anfetaminas. Gustavo interrumpió. No voy a dejar de consumir mariguana. La madre hipersensible, se dio por derrotada, no hay esperanzas, al menos que se interne de nuevo, pero por desgracia, los índices de rehabilitación en los anexos son muy pocos, solo uno de cada 10 adictos, logra rehacer su vida, libre de drogas.
Sentenciados a morir desde temprana edad
Desde los ocho años, hay niños que se inician en el infernal mundo de las drogas, entran de una manera muy fácil, por imitación, por el sentido de pertenencia e identidad con los vagos de la colonia, comienzan fumando tabaco, luego se prenden de la mota y los inhalantes que se les llama spock, que es una bolsa de polietileno que rellenan con pintura en aerosol, cemento, resistol 5 mil, thinner, gasolina, espray para el cabello y otras sustancias; cada línea cuesta 30 pesos y por desgracia en infinidad de colonias de la periferia, éste grupo de niños drogadictos te da la bienvenida, puedes verlos fumando mariguana o drogándose, como si nada, no les importa nada. Muchos de éstos niños, vienen de hogares disfuncionales, donde la ausencia de padre o madre es muy marcada, nacen y crecen con neurosis y en su conjunto, una extrema violencia doméstica, no conocen el respeto, ni el amor propio, carecen de autoestima y carácter, no estudian y roban alambre de cobre y lo que pueden, para mantener sus adicciones; son, en potencia, los sicarios del futuro, los narcotraficantes y los delincuentes que afectarán enormemente, como ahora, a gente inocente y trabajadora.
Los daños son severos e irreversibles
El mariguano, cuando necesita sustancia y no tiene manera de conseguir o de usar ladroga, se torna extremadamente neurótico, agresivo, entra en un síndrome de abstinencia que lo hace perder el control y es capaz de golpear a su madre o a su padre, se le da por romper cuadros, estrellar vasos y platos, azotar puertas, agredir a sus hermanos mejores, gritar y llorar, su estado emocional lo pone en alto riesgo, en la comunicación y convivencia familiar, un mariguano en casa, es como si se tratara de un huracán rugiente y ésta, la ira explosiva, es indicador muy firme para detectar si tu hijo está usado algún tipo de sustancia, otro indicador son los atascamientos de comida, después de haber consumido uno o más churros de mota debido a que se despierta la ansiedad, el sistema de respiración se seca y da mucha sed y la compulsión a través de la comida, es como un estimulante, un tranquilizante, pero nadie de los marihuanos, se percata de como come, también, hay otros indicadores, como el color de la piel, la que se torna áspera, seca y amarillenta, aparecen ojeras, se descuidan en su arreglo personal, uñas largas y sucias, cabello grasoso, les da por ponerse tatuajes y piercings, cambia su manera de caminar, de hablar, de pensar y de vivir, igual, la música refleja quien anda en esa onda y quién no. Casi todos los marihuanos son NINIS, ni estudian, ni trabajan.
Un mariguano es como una hoja muerta, no retoña
Los centros de rehabilitación están llenos de adictos recaídos, que han llevado 20 o más procesos, niños que se hacen viejos, jóvenes muertos en vida que regalan sus tristes y crudos historiales de lo devastadora que ha sido la mariguana en sus propias experiencias, como el hecho de tener relaciones con homosexuales, dando placer a cambio de droga, el delinquir de mil maneras, como también, el arruinarse la vida entrando a un callejón sin salida, se tupen de tatuajes, adquieren hábitos negativos. Son, muchos de éstos marihuanos, quienes fríamente despojan a sus familiares de joyas, aparatos electrodomésticos y dinero, hacen un profundo daño, roban a sus vecinos, se integran a pequeñas bandas de ladrones de autos y casas, entran y salen del tribunal de menores, haciendo lo mismo, esperando resultados diferentes, pierden la confianza en ellos mismos, en sus seres cercanos, pierden las ganas de continuar sus estudios, son víctimas de la pereza y el conformismo, los domina, los sueños de pompa y poderíos de llegar a ser el jefe de jefes, de tener su propio cártel, por desgracia, éstos adictos no rebasan los 25 años, debido a que los matan, tienen accidentes mortales de tránsito, son internados en un siquiátrico, llevados a un anexo, centro de rehabilitación o sentenciados en el sur de estados unidos por traficar con mariguana.
En salud mental, estamos en la calle
Es infantil, hasta en son de burla, pretender legalizar la mariguana y éstos promotores desconocen el daño social, el gran impacto que va a ocasionar, piensan únicamente en el narcotráfico, cuando la verdad de las cosas, el trafique es hacia los Estados Unidos, es allá donde están los dólares y los grandes consumidores y a los norteamericanos les entra la droga por todas partes y de todo tipo, sino fuera así, no viéramos tantos narcotúneles revelados; por otra parte, los mexicanos somos un pueblo emocionalmente enfermo, neuróticos, inseguros, deprimidos, ansiosos y cuando nos entra la gota de alcohol al cuerpo, el pase de cocaína, el churro de mota, las pastas o cualquier otra sustancia, es como arrullo al alma. El alcohol se consume exageradamente en las fiestas infantiles, en los bautizos, fiestas de 15 años, bodas y en todos los eventos sociales, incluyendo los funerales, quisiera imaginar, que mientras se le pega a la piñata los niños tendrán que soportar el olor de la mota y ver al grupo de mariguanos cayéndose de la risa, ya me imagino, que vayas a bordo de un taxi y el chofer prenda su pipa con mota o en las oficinas públicas; la verdad de las cosas, es lo más estúpido que he escuchado en los últimos años y lo más decepcionante, es que dos ex-presidentes de México, pretenden que la mota se legalice, “No saben, que carecemos de una estructura, de una cultura de salud mental y estamos en alto riesgo”. Una sonrisa por dentro y otra por fuera.