Felipe Sánchez UN DEMONIO UNO de los personajes de nuestra política vernácula, motejado “el demonio de Tasmania”, anda desesperado. Lo peligroso es que la iracundia de don Flavio Sosa va al alza porque, aparte de que ya no tiene hueso oficial que roer, uno de sus negocios más multimillonarios, acaba de abortar. EL piromaniaco más temerario tiene entre sus …