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Caso María del Sol, un año de impunidad

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Ineptitud, corrupción, dilación, apatía y desapego a lo que marca la ley ha caracterizado el trabajo de la Fiscalía General del Estado en el triple asesinato ocurrido en Juchitán, en el que murió la candidata a concejal, Pamela Terán, el chofer Adelfo Guerra Jiménez y la jefa de prensa de la Secretaría de Asuntos Indígenas, María del Sol Cruz Jarquín; la autoridad ministerial ha desechado las líneas de investigación y se ha enfocado al ataque armado en concreto. Ante la exigencia de justicia de la periodista Soledad Jarquín, el fiscal Rubén Vasconcelos Beltrán advierte que no le importa la presión mediática

 

Yolanda PEACH

 

La luz que irradiaba María del Sol aún brilla. Víctima colateral de un ataque armado en Juchitán, hace ya un año, ha destapado la corrupción, incompetencia e intereses políticos que llevan a la injusticia como recurrente en Oaxaca. Su madre, la periodista Soledad Jarquín Édgar no va a permitir que su caso quede en la impunidad. Exige justicia y no descansará hasta lograrlo.

Tras anunciar que pedirá a la Fiscalía General de la República (FGR) que atraiga el caso, el llamado a una marcha fúnebre, en el que amigos, familiares, periodistas y organizaciones sociales exigirían justicia, la Fiscalía General del Estado, publicó que realizó la detención de un segundo implicado.

 

Una muerte circunstancial

 

Circunstancial: Estaba en el momento y lugar equivocado, una frase recurrente para justificar una muerte violenta. “Circunstancial se ha vuelto el país”, revira Soledad Jarquín. Cualquiera puede ser asesinado sin motivo.

El fiscal, Rubén Vasconcelos Beltrán, le advirtió desde el inicio que la presión mediática no le importa.

“Veremos si no. Estaré insiste e insiste hasta tener resultados. Estoy tocando puertas, exigiendo justicia (…) por una parte, me pregunto por qué los familiares de las otras víctimas no se han interesado en que se resuelva, por el otro, pienso en toda la gente que no tiene el mismo apoyo que tengo y en toda la impunidad latente”.

“Espero vivir para lograr justicia, porque desde que ocurrió el crimen, no he parado, ni un minuto, de exigir justicia”.

Justicia. Castigo no sólo a los autores materiales del multihomicidio, sino a los que idearon esta acción.

Un escarmiento severo por los delitos electorales que se cometieron al enviar a María del Sol a cubrir una campaña política a Juchitán, cuando la función encomendada era referente a la comunicación institucional de una dependencia estatal.

Sentencia por el delito de robo en contra del funcionario que se llevó su equipo de trabajo. La cámara fotográfica, de video y la computadora que con tanto esfuerzo compró.

“También quiero luchar por la dignidad de las personas que mueren en forma violenta. Se me multiplican las tareas, pero tenemos que cambiar. La violencia está en todas partes y no tenemos que acostumbrarnos”.

 

Exhiben su incompetencia

 

Cómo creer en el “resultado” sobre el caso que presenta la Fiscalía si desde el inicio cometió una serie de irregularidades.

Empezó por no efectuar la investigación apegada al protocolo de feminicidios al tratarse del asesinato violento de dos mujeres, permitir que se alterara la escena del crimen y continuó con una serie de desatinos que llevaron a que el primer detenido para ser investigado, Jehú, fuera liberado en cuestión de días ante las inconsistencias de las pruebas en su contra.

“Siempre he pensado en Oaxaca como una república independiente”, confía. Lo cierto es que en la entidad no siguen las normas e ignoran las leyes. Una vez que avanza la investigación es que perfilan si se trata de un feminicidio y así continúan las pesquisas, cuando debería ser al revés.

“No confío en la Fiscalía”, dice tajante la periodista. Recrimina todas las torpezas cometidas a lo largo de los meses y que no existiera una investigación adecuada. Sin embargo, admite que el resultado no está en sus manos, aún cuando sabe que la dependencia no ha realizado una investigación adecuada, ha sido negligente, omisa y con una dilación enorme.

Convenientemente, cuando faltaban seis días para el aniversario luctuoso, ejecutan la orden de aprehensión contra José Eduardo. El tiempo exacto para que, llegada la fecha, el juez pudiera dictaminar si vincula a proceso al detenido si es que éste, por medio de su abogado, pidiera la ampliación del término constitucional.

“Tenían la orden de aprehensión desde agosto del año pasado, sino es que antes y en sus manos estaba el mandato judicial pendiente por ejecutar. Sabían dónde estaba José Eduardo, sus viajes a Huatulco y a Puerto Escondido. Casualmente ahora lo encuentran”.

La Fiscalía se decidió por el eslabón más débil. A pesar de las diferentes líneas de investigación, como la arista política, las molestias que causaba Pamela Terán en el ámbito electoral, la probable venganza del crimen organizado contra su padre o incluso una relación sentimental, la dependencia eligió no investigar nada, “sólo se han concretado a lo que pasó ese día”.

 

Brutalidad innecesaria

 

En el ataque armado fueron masacrados la candidata a concejal en la planilla de la coalición “Todos por México”, Pamela Zamari Terán Pineda, su escolta Adelfo Guerra Jiménez y la jefa del Departamento de Comunicación de la Secretaría de Asuntos Indígenas, María del Sol Cruz Jarquín.

Sólo bastaron 8 segundos. Las cámaras de seguridad de una tienda de comida china registraron cuando el ahora imputado, José Eduardo, camina con las dos mujeres. Se percibe que saca algo de la bolsa de su pantalón. Ellas van adelante. Se ve polvo, luces. Pamela Terán recibió 16 impactos de bala, 10 su chofer, dentro de la camioneta, 13 María del Sol. Todos con el tiro de gracia.

No hay duda que no querían testigos. Sobrevivió José Eduardo. Algo inaudito. Jehú, joven que lo acompañaba fue detenido tras meses de investigaciones y el juez lo liberó en una semana. Ahora la Fiscalía presenta a José Eduardo con las mismas pruebas.

“Los Montero (Francisco Montero, ex secretario de Asuntos Indígenas y jefe de María del Sol y Hageo Montero, ex candidato a la presidencia de Juchitán) lo supieron de inmediato (el asesinato violento de María del Sol). Nunca tuvieron el valor de informarme. Nunca me buscaron. Me duele y me molestó bastante”.

Soledad Jarquín estaba en Chiapas, donde había sido invitada a una conferencia. Ahí se enteró. “Me perdí un poquito, lloré, grité… pero tuve que superarlo rápido, sabía que tenía que hacerle frente”.

“No entendía el proceso. Imaginé que me la iban a entregar en una caja. Al llegar estaba el fiscal, los médicos forenses. Ahí te das cuenta de la realidad, de lo jodido que es esto, desde ese momento te empiezas a encabronar… perdón, pero hasta en las novelas les ponen una sábana. Ella sólo estaba medio tapada con una toallita”.

Ni siquiera miró alrededor, lo descuidado del lugar. Evoca esa tarde como una imagen surrealista. “¿Cómo describir la sangre, el olor a cloroformo, el despojo en que convierten a las víctimas?”.

“Las muertes necesitan dignidad. Los tratan como si fueran basura”. Incluso, reconoció, a esta humillación que someten las autoridades, se suma la de los medios de información, “siempre pelee eso en el periódico, que no publicaran las fotos”.

Reprochó toda la cadena de sucesos que vulneran la dignidad de los muertos y que lastiman a su familia.

“Me enteré después, por las pertenencias encontradas, que siempre supieron cómo localizarme, tenían mi teléfono, mi dirección, tuvieron los medios. No lo hicieron”.

 

Busca precedente electoral

 

Una vez integrada la carpeta de investigación por delitos electorales en agosto pasado, reunidas las pruebas de que se utilizaron recursos públicos para beneficiarse en una campaña política, la Fiscalía decidió no judicializar el caso y lo mantiene archivado.

Pese a sus deficiencias, la periodista reconoce que el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca, realizó con rapidez las investigaciones. Aun cuando los integrantes de la planilla en la que contendía Pamela Terán negaron conocer a la joven profesionista, se logró una sanción en la materia.

Tras dos apelaciones, la Sala Regional Xalapa emitió una sentencia respecto a que el Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca, multara al ex funcionario. Se le aumentó, en esta tercera ocasión, a 90 mil pesos.

Se comprobó que María del Sol realizó actividades de diseño, eslóganes y propaganda electoral, así como registros fotográficos de las actividades de campaña.

Falta que el gobernador, al saber de la sentencia, ordene la inhabilitación a cargos públicos.

“Es vergonzoso el nivel de impunidad. Se tiene que acabar la costumbre de llevar a empleados a cosas que no son de su competencia y terminan en riesgo para ellos”, puntualizó al recordar los conflictos recientes en municipios aledaños, luego de que trabajadores fueron “acarreados” a un evento político.

 

Un caminar incompleto

 

Como periodista especializada en temas de género y feministas, le había tocado cubrir estos asesinatos violentos. “Recuerdo un trabajo periodístico sobre una mujer que fue asesinada a palos por su marido en Lachigoló. Me entrevisté con la familia, me conmoví, indigné, sentí su dolor (…) nada se compara cuando te toca a ti, lo vives de otra manera”.

La periodista contó que cambió en su totalidad la estructura de su vida. “Todo cambia. Nada vuelve a ser igual. Nos convertimos en familias rotas”

Admite que mientras no se dé con los responsables, su vida y la de su familia están en permanente riesgo. “Me ocurrieron cosas desagradables. Recibí amenazas por medio de Facebook. Una noche, muy noche, fueron a tocar insistentemente a mi casa. Vives en pánico”.

María del Sol era una profesionista talentosa, entusiasta, alegre, en constante desarrollo. La mujer más feliz, amante de la fotografía.

“Amorosa, maravillosa. Una mujer rebelde a la que le indignaba la injusticia. Feliz con su trabajo”.

Recuerda a María del Sol en la secundaria. Al llegar a su casa se encontró una nota. Le pedía que fuera a la escuela.

Apenas y le dio tiempo de llegar. Cuando entraba, los padres de familia la felicitaban y ella no sabía por qué.

Los estudiantes habían participado en una exposición fotográfica; mientras sus compañeritos mostraron las imágenes de sus vacaciones, María del Sol montó, con las fotografías, una obra de teatro basada en La Divina Comedia, que acababa de leer.

Ese día, Soledad Jarquín descubrió que su hija tenía un talento nato y que era sorprendente. “Siempre andaba con una cámara fotográfica en la mano. Ahora que ya no está hemos encontrado varias de ellas en su habitación, incluso, cuando cumplió 15 años, su regalo fue una cámara de video, en ese entonces la pagamos en mensualidades en Elektra”.

Un día le planteó que quería estudiar profesionalmente en la Universidad de Medios Audiovisuales en Guadalajara. Ella le explicó que no podría costear sus estudios, pero eso no fue impedimento para la joven, quien trabajó para sostenerse.

“La extrañaba mucho. Llené la casa con sus fotografías. Necesitaba verla”.

Trabajó y estudió. Al terminar volvió a Oaxaca, después, se desenvolvió profesionalmente en la Ciudad de México, donde incluso aprendió a conducir.

“Siempre se estaba desarrollando, nunca estaba quieta. Aprendió el lenguaje de señas, que decía era el universal”

Hace poco, sus amigos organizaron una exposición con sus fotografías. Imágenes que no conocía. “Me quedé maravillada. No la había visto con otros ojos (…) si hubiera tenido mejores oportunidades, hubiera hecho cosas muy buenas en la vida”.

A la periodista siempre le llamó la atención que la joven prefiriera hacer amistad con personas mayores. Como si tuviera muchas vidas acumuladas. “Era muy sociable, el alma de la fiesta, pero siempre decía que aprendía más de la gente madura. Una vez me acompañó a un evento y acabó haciendo amistad con un grupo de científicos”.

Aún no termina de conocerla. Al morir, se enteró de muchas cosas que no hubiera imaginado. Lo más lindo, su inmensa bondad.

Un señor, que se sentaba afuera de su centro laboral, le contó que todos los días, al salir, María del Sol le preguntaba si ya había comido. Invariablemente le compraba una torta o lo invitaba a comer.

Al sepelio llegó una adolescente en silla de ruedas. Le agradeció que esa silla la hubiera comprado María del Sol.

“La extraño. Me hace falta. Era mi brazo derecho. Mi mancuerna. No sé cómo, pero voy a conseguir que se haga justicia”.

Con un poco de desesperanza, con más enojo que desilusión, sobre todo, con mucho coraje, Soledad Jarquín sabe que tiene un propósito: lograr justicia para Sol.

 

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