Las festividades de Todos los Santos y Fieles Difuntos en Oaxaca serán distintas este año debido a la pandemia: las familias no podrán llevar flores a sus difuntos, tampoco velarlos o llevarles una tradicional serenata, mucho menos convivir en los camposantos; se trata de la celebración más importante en el ideario mexicano, porque es la única oportunidad en el año, de reunirse, una vez más, con los seres amados que se adelantaron en el camino sin retorno. Esta vez, las velas lucirán apagadas y los sepulcros solos
Yolanda PEACH
Un silencio sepulcral, encierran los panteones en estos tiempos del coronavirus. Atrás quedó el bullicio y la fiesta que caracterizaba la celebración del Día de Muertos año con año.
Ninguna fecha tiene tan especial significado como esta para los mexicanos. Ni Navidad, el Día de la Guadalupe, la Semana Santa, Fiestas Patrias, el Día de la Madre o el Día del Padre. No existe nada que se asemeje a esta temporada, en que los seres que se amaron, vuelven del más allá para visitarnos.
Se decidió cerrar los panteones ante el temor de las aglomeraciones, propias de esa fecha, y que sea el motivo de que los contagios por Covid-19, se disparen.
PIDEN MESURA
El repunte de casos del Covid-19 en varias partes del país, llevó al gobierno estatal a exhortar a los municipios a cerrar panteones en estas fechas y evitar posibles contagios.
La Secretaría General de Gobierno llamó a las autoridades municipales y comisionados de los 579 municipios de la entidad, a cancelar todo tipo de eventos que generen concentración masiva de personas.
“Se deben crear las condiciones que permitan salvaguardad la salud de las familias oaxaqueñas ante la pandemia. Hay que recordar que todavía no existe una cura y el riesgo de contagio es latente”, advirtió Francisco Javier García López, secretario general de Gobierno.
El gobernador Alejandro Murat había anunciado que, ante el repunte de casos de Covid-19 en la entidad, se suspendían de forma definitiva todos los eventos del Día de Muertos. Pidió evitar aglomeraciones en panteones y lugares emblemáticos.
En la capital oaxaqueña acataron la recomendación; por disposición del cabildo, los 15 panteones que administra, fueron cerrados desde el 29 de marzo pasado. Únicamente se reciben cortejos fúnebres y está limitado el ingreso a los dolientes.
“Se abrirá hasta que el semáforo epidemiológico esté en color verde”, advirtió el presidente municipal, Oswaldo García Jarquín, al admitir que se trató de una decisión difícil para quienes conforman el Cabildo, ya que se trata de una tradición muy arraigada en la ciudad.
Dagoberto Hernández Cruz, encargado de los panteones General, San Miguel y Anexo, admitió que ha sido difícil cumplir esta encomienda, “desafortunadamente no comprenden, les he dicho y les explico que se trata de una disposición oficial”.
Agregó que, cuando el semáforo esté en verde, las puertas del panteón estarán abiertas desde las 7 de la mañana hasta las seis de la tarde, para que todas las personas que lo deseen, puedan visitar a sus difuntos.
Actualmente, sólo se permite el acceso en los casos de sepulturas. En el panteón no labora el 100 por ciento del personal en el mismo horario. Los trabajadores se turnan, por ejemplo, en el caso de las excavaciones cuando van a enterrar a alguien.
Cuando llega el cortejo fúnebre, sólo se deja entrar a 10 personas máximo, si el difunto murió por Covid, sólo a dos personas, “a todos los que entran se les toma la temperatura por protocolo (…) sé que a veces vienen un poco alto porque vienen de caminar, así que les pido que esperen un poco”.
Señala que respetan la religión, por tanto, entre las personas permitidas a entrar, está el rezador. “Lo que se puede hacer, es que, entre un grupo de 10, después salgan y entren otros para despedir a su familiar o amigo”.
Advirtió que la enfermedad del Covid-19 debe dejar grandes enseñanzas, “me pongo en las manos del de allá arriba. Si se dio esta situación, si algo pasó para que nos enfermáramos de este nuevo virus, hay que pensar que también nos deja experiencias”.
En lo que duraba esta entrevista, varias personas pidieron permiso para entrar. Traían enormes ramos de flores, algunos hasta en camioneta, y veladoras. Rogaban que les dejaran pasar a arreglar una tumba. Algunos otros llamaron por teléfono e intentaron convencer al encargado de permitirles el acceso, aunque fuera por un momento.
Inflexible. No dejó entrar a nadie y fue reiterante: no se abrirá hasta que el semáforo esté en verde. Incluso, dijo, se esperaba la llegada de elementos policiacos como prevención. “Las decisiones las toman arriba y uno tiene que ejecutarlas. Si dejo entrar a alguno, al rato todos van a querer pasar. Imagínese en el lío que me metería. No hay acceso”.
Hernández Cruz confió que es muy pesado estos días, es decir, del 31 de octubre al 2 de noviembre. “Se escuchan voces, el barbullo. Sí creo que las almas regresan. Este año será triste”.
PIDEN ÁNIMO Y PACIENCIA
Se estima, que tan solo en el 2019, al panteón general, acudieron más de 10 mil visitantes en estas fechas.
El edil Oswaldo Jarquín aseguró que no es la primera vez que se toma una decisión de este tipo, pues en 1910 se ordenó una medida similar ante las enfermedades que aquejaban a la población en esa época.
“Tengamos paciencia, mucho ánimo. Quienes creemos en esta tradición recibamos a nuestros fieles difuntos en nuestro hogar, honrémoslos siendo muy buenos ciudadanos y sobre todo para cortar el incremento exponencial de contagios que ha sufrido la capital y el estado en los últimos días”, consoló.
Con esta decisión, se suspenden las tradicionales visitas a los cementerios cada lunes de noviembre para honrar a los fieles difuntos, tal y como se programan en los panteones General y San Miguel, Ex Marquesado, San Martín Mexicápam, San Juan Chapultepec y Xochimilco.
Durante estas festividades, afuera de cada cementerio, se instalaban verbenas en donde expendían, además de flores y veladoras, antojitos oaxaqueños.
Para reforzar la decisión, también se aprobó, por unanimidad, la suspensión temporal para la venta y consumo de bebidas alcohólicas en la modalidad de botella abierta en los establecimientos comerciales previo y durante la temporada de muertos, los días 30 y 31 de octubre, así como 1 y 2 de noviembre.
Se busca desincentivar la venta y consumo de bebidas alcohólicas se están promoviendo medidas adicionales para mitigar riesgos de contagio en la temporada festiva. “Ya no podrán quedar los clientes, ni comensales por más tiempo en restaurantes, y lugares públicos y se deberán regresar a confinamiento en su domicilio, hasta el otro día”, puntualizó.
Otro municipio que se ha vuelto icónico por su forma de celebrar estas fechas, es Santa Cruz Xoxocotlán, donde acostumbran velar toda la noche.
El munícipe Alejandro López Jarquín anunció la suspensión de actividades y el cierre de panteones. “Es una medida preventiva ante el riesgo alto de contagios por coronavirus que aún existe en nuestro municipio. Recordamos que la seguridad y el cuidado de la salud de las familias xoxeñas es prioridad”.
Indicó que acataba el exhorto del gobierno estatal y cancelaba todo tipo de eventos masivos, como ferias, conciertos, eventos culturales y todo lo que implique concentración de personas.
CONCESIONES CON AGENDA
Una tradición, tan arraigada en Oaxaca, no es tan fácil de prohibir.
“Es una fecha que esperamos con ilusión, es la única oportunidad que se nos da de estar nuevamente con nuestros seres amados, es una forma de celebrar su vida, el tiempo que estuvieron con nosotros”, afirmó Felisa Castillo.
Aseguró que, cada año, pide permiso para no ir a laborar. “Aviso, si es necesario, porque se siente feo que te estén esperando y no llegues. No me importa si me lo descuentan, pero esos días los dedico a mi papá, que regresa para estar conmigo”.
En Santa Cruz Xoxocotlán es una verdadera fiesta. Solemne y fastuosa. Un ritual imperecedero que ha llamado la atención de vecinos y extraños.
Se adornan las tumbas con flores y velas. Se vela toda la noche. Música, mariachi, banda o de perdida un reproductor de música con bocinas. Comida tradicional y la que le gustaba al difunto. Se trata de una velada muy especial. Los familiares pasan la noche ahí y convidan mezcal o cerveza.
Tal vez por eso, el municipio accedió a abrir días antes, jueves y viernes hasta las 6 de la tarde, para dar oportunidad de adornar antes de las fechas clave y que, cuando lleguen del más allá, no se encuentre tan desolado el lugar.
Decenas acudieron a adelantar los adornos. Flor de cempasúchil y cresta de gallo. Veladoras y adornos alusivos.
Otros municipios, sobre todo los que se rigen por Usos y Costumbres, decidieron no cerrar el panteón, pero establecieron reglas.
En Matadamas Soledad Etla, los vecinos que quisieran visitar a sus muertos, debieron sacar cita. Se programó de tal forma, que sólo puedan entrar dos personas, en un horario establecido y por un tiempo muy limitado.
Noemí López Hernández, cocinera tradicional, contó que, en su pueblo natal, también en el distrito de Etla, les dieron ficha para ir, los días lunes, martes, miércoles y jueves al panteón para dejar adornado. “A mi mamá le tocó miércoles. La voy a acompañar para dejar listo el sepulcro de mi papá, ya que el mero día no dejarán entrar a nadie”.
En Matadamas, en cambio, sí los dejarán pasar, pero sólo un ratito, para que, al salir, pueda entrar otra persona. “Ahí descansa mi suegro, así que iremos el sábado para que esté todo listo cuando llegue”.
La cocinera, que incluso ha sido organizadora de la muerteada, recuerda que, pese al trabajo que tiene en esos días, que prepara mole y otras delicias culinarias, no se pierde estas tradiciones y no le importa el cansancio y no dormir para participar en todas.
Las muerteadas y comparsas, son celebraciones tradicionales, en las que se recorren las poblaciones en grandes grupos hasta llegar a los panteones. Se portan disfraces y atuendos espectaculares, que, en muchos casos, llevan meses de elaboración y en los que, en algunos, se invierten miles de pesos.
Presidentes municipales que conforman el Valle Eteco, incluso advirtieron que interpondrían denuncias si alguien realizaba fiestas relacionadas con el Día de Muertos que implique actos masivos.
Conformada por Nazareno Etla, Guadalupe Etla, Soledad Etla, Reyes Etla, Villa de Etla, San Agustín Etla, San Sebastián Etla, Magdalena Etla y otros, lugar en donde son famosas las muerteadas, destacaron que la estrategia es, ante todo, frenar los contagios por el Covid-19.
Indicaron que se valoraría si se podría abrir los panteones bajo ciertas estrategias que permitieran a las familias visitar a sus difuntos.
“Es una decisión difícil, marca un sin precedente dentro de la tradicional muerteada; sin embargo, creemos que es lo mejor, la salud es lo más importante”.
Un año diferente, el 2020, el año de la pandemia. Una época, en la que, también, los muertos salieron afectados.
