Ana PAULA ORDORICA/Excélsior
Coincide la nueva portada de la revista española ¡Hola!, en la que aparecen la primera dama, Angélica Rivera, y su hija Sofía Castro con elegantes vestidos largos en la graduación de la joven estrella, con el anuncio de la Secretaría de Hacienda de nuevos recortes al presupuesto para el próximo año.
¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Todo y nada.
Nada, porque una cosa es la hacienda pública y otra muy diferente es la vida privada de la familia del Presidente.
Todo porque a partir del primer escándalo que provocó el reportaje de la misma revista ¡Hola! en la que aparecía la señora Angélica Rivera en la hoy famosa Casa Blanca, este tipo de fotorreportajes han sido muy mal recibidos por la opinión pública del país.
El reportaje de la Casa Blanca le ha costado mucho al gobierno del presidente Peña Nieto. A partir de ahí sus múltiples llamados por abatir la corrupción no se han tomado en serio. O se han visto como un hablar mucho, pero no cumplir ni consigo mismo en el combate a la corrupción, en serio.
Ejemplo de ello lo tuvimos esta semana con la instalación del Consejo Nacional del Sistema Nacional de Transparencia. Ahí el Presidente habló de que mediante este consejo se está buscando un cambio en la condición humana.
Recalcó que México necesita un cambio de mentalidad de la población y las autoridades. Cambio que, dijo, no se dará de la noche a la mañana y que tampoco se logrará a partir de los discursos, sino de la participación real y efectiva de quienes quieren un cambio en el país.
Palabras textuales del Presidente.
Palabras que fueron tomadas poco en serio y criticadas, justamente, porque un día después se ve una nueva portada con la señora Rivera y su hija posando como si el país tuviese una economía boyante y como si estas imágenes, cuasi monárquicas, fuesen un reflejo de la sociedad mexicana de hoy.
Tras el reportaje de la Casa Blanca vino otro, una vez más, el regreso del Presidente y su esposa de la visita por Gran Bretaña, donde aparecía la primera dama, igual, con vestidos largos y caros, mostrando a la opinión pública que si la situación en casa es complicada, pues peor para nosotros.
¡Que les regalen pasteles!, como dijera María Antonieta en el peor momento de hambre en Francia.
Hoy tenemos una primera dama que físicamente representa motivo de orgullo, dentro y fuera del país. Pero la situación es difícil social, política y en materia económica.
Es evidente que esta situación no es generada únicamente por factores internos. Que la caída en el precio del petróleo y la volatilidad en los mercados financieros es la explicación a la previsión que hace Hacienda de que en 2016 los ingresos presupuestarios serán menores en 2.1% comparados con lo aprobado en 2015.
Y ante ello, es claro que unos cuantos vestidos largos de la señora Rivera y de su hija Sofía Castro ni pintan en estos números, pero el tema aquí es lo que se percibe como una falta de sensibilidad.
Falta de sensibilidad inexplicable. Pero esa es la situación hoy en México. Recortes a los gastos… pero por ningún motivo a los vestidos largos.
APOSTILLA: … ¡¡¡Y ya viene la visita de Estado a Francia!!!
Twitter: @AnaPOrdorica