Una forma de condena social a través de las redes sociales, sin juicio de por medio, es lo que han conseguido activistas y feministas, para buscar escarmiento público en contra de acusados de delitos, principalmente, de índole sexual, luego de que la Fiscalía General del Estado, en muchos casos no da respuesta inmediata y eficaz a las denuncias formales presentadas por las víctimas. Este tipo de denuncias, dicen especialistas, tienen un mayor efecto que la denuncia formal porque se ventila una conducta, pero no se hace justicia a la víctima y, por el contrario, puede dañar la reputación de una persona
“Sobre todo, lo utilizan víctimas del machismo, que han sido subestimadas en las denuncias formales ante la autoridad, los mismos Ministerios Públicos, al escucharlas, las culpan o victimizan (…) así nace el escrache, que ha llevado a numerosos hashtag o el Me Too”
Iván Flores Noriega
Comunicólogo experto en redes sociales
“En realidad se ataca el efecto, no la causa; es decir, se ventila una conducta, pero no se le hace justicia a la víctima, en todo caso, se causa un prejuicio al agresor”
Claudia Samantha Aldeco García
Psicóloga
Yolanda PEACH
La impunidad y corrupción que impera en el sistema de justicia en Oaxaca, ha orillado, sobre todo en delitos de índole sexual, a que víctimas de estas agresiones sexuales opten por el escarnio digital contra sus agresores.
El más reciente escrache lo sufrió un doctor en sociología, catedrático de diversas universidades y funcionario estatal. Como consecuencia, perdió sus trabajos.
Con la consigna “si no hay justicia, habrá escrache, te perseguiremos en todos los espacios”, varios colectivos, entre ellos, Marea Verde, han conseguido desplazar de sus espacios laborales a acusados de ataques sexuales.
“JUSTICIA ALTERNATIVA”
El concepto escrache surge al término de la dictadura argentina, en los años 90. Consistía en acudir a los domicilios de procesados por delitos cometidos en esta etapa y que fueron puestos en libertad.
Una manifestación popular de denuncia. Una protesta de acción directa que también podía trasladarse a los lugares a donde acudiera la persona acusada.
Con el Internet ya no fue necesario organizarse para acudir a los domicilios. Sólo basta tener acceso a una red social y en pocos minutos, la publicación en la que se acusa a una persona de ser responsable de un delito puede llegar a generar millones de visualizaciones.
La nueva generación de activistas considera a las redes sociales su principal aliado para enfrentar, entre otros temas, la violencia en agravio de las mujeres.
“El escarnio digital se volvió la herramienta favorita para resolver problemas personales, lo que antes quedaba en el ámbito privado, ahora se comparte, porque la gente descubrió que así consigues respuestas, sobre todo, casi inmediatas”, considera Iván Flores Noriega, comunicólogo y especialista en redes sociales.
“El escrache te debe de aportar, es válido que exista, todos los métodos de denuncia son válidos mientras exista la injusticia, pero como periodista, debes verificar la fuente y ver en qué contexto se da, antes de publicarlo y sin negar a las víctimas”.
Advierte que este método es riesgoso, porque se puede ocupar para difamar a alguien, sobre todo a alguien con un puesto político o público, y por el otro, una herramienta para fomentar la cultura de la denuncia que en muchos casos han sido efectivo.
“Sobre todo, lo utilizan víctimas del machismo, que han sido subestimadas en las denuncias formales ante la autoridad, los mismos Ministerios Públicos, al escucharlas, las culpan o victimizan (…) así nace el escrache, que ha llevado a numerosos hashtag o el Me Too”.
Rememora el más reciente en Oaxaca, que llevó al acusado a perder al menos dos empleos.
El movimiento feminista Marea Verde, denunció el pasado 20 de agosto a un profesor del colegio Blaise Pascale acusado de acoso y abuso sexual. “Ha sido despedido de diversas universidades de Oaxaca por hostigamiento sexual, pide fotografías y material íntimo a las alumnas a cambio de aumentar sus calificaciones”.
En la denuncia, aseguraron que las amedrenta, hostiga y acosa, las cita en horarios fuera de clase y representa un peligro para las alumnas de los colegios en los que sigue dando clases. En esta publicación, indicaron que también laboraba para CORTV Radio, donde dos trabajadoras también eran hostigadas.
RESPUESTA INMEDIATA
Tras la publicación de Marea Verde, que fue replicada por distintas organizaciones feministas y compartida por los usuarios de redes sociales la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión publicó un comunicado en la misma fecha, 20 de agosto, en el que aseguró que el acusado presentó de forma personal y voluntaria su renuncia.
Advirtieron que, como medio público, tienen la función social relevante contra la discriminación y todas las formas de violencia contra las mujeres, y, en atención al pronunciamiento feminista, “asumimos la responsabilidad de solicitarle se separara del cargo (…) de esta manera damos un mensaje claro, no vamos a permitir ni tolerar la comisión de delitos y actos que atentan contra la vida, libertad y dignidad de las mujeres”.
El Instituto Blaise Pascale, publicó un breve comunicado dos días después, en el que informaba que el doctor acusado no forma parte de su plantilla docente, aun cuando días antes, en su fanpage, lo felicitaban por su cumpleaños.
En la publicación original, si bien, algunos ex alumnos apoyaron la denuncia, otros lo defendieron, “como maestro es excelente (…) ha sido uno de los mejores profesores que he tenido, sino es que me atrevería que decir, el mejor. Es por eso que, como una mujer que no sufrió acoso de parte de él hasta la fecha lo seguiría recordando con respeto, pero… sin embargo, jamás, jamás me atrevería a defenderlo, pues, todos los que hemos sido alumnos de él, hemos presenciado expresiones innecesarias e inapropiadas de su parte”.
Finalmente, Marea Verde, tras obtener los resultados deseados, exigió espacios educativos seguros para niñas, mujeres y adolescentes.
Aseveró que seguirán pronunciándose con rabia hasta que las escuelas sean libres de acoso sexual, homofobia, burlas y discriminación. “Si no hay justicia, que haya escrache. Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio”.
Respecto a este caso, Flores Noriega señala que encontró opiniones divididas “incluso compañeras del medio que lo defienden, otros señalamientos los vi más en redes”.
Destaca que se descubrió que con los escraches se consiguen respuestas y, además, casi inmediatas, “los ataques en redes impactan igual que en persona, es como si fuera en vivo, cara a cara, repercuten en la persona de la misma manera”.
DESPIDOS Y DETENCIONES
Tan sólo este año, sufrieron escrache, docentes de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Se acusó por acoso y abuso sexual a un maestro del plantel 39 del Cobao, por lo que, tanto la institución educativa como la ministerial, iniciaron la investigación y fue detenido; así también, denunciaron a otros 28 profesores de otros planteles de este colegio, seis por violación y 22 por abuso sexual, de los cuales 11 fueron cesados y 13 más separados de su cargo en lo que se realizaba la investigación.
Un miembro de la Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca fue acusado de violación; un profesor de teatro del Cedart “Miguel Cabrera” no sólo fue obligado a renunciar, en donde quiera que se presenta, llega un grupo de mujeres con pancartas para acusarlo; el presidente de Club 20, Emprende MX y Causa MX fue denunciado por abuso sexual infantil, denuncia que, tras ser pública, fue respaldada por la diputada Alejandra García Morlán, para deslindarse del empresario.
Acusaron de tentativa de feminicidio al hijo del síndico municipal de Santiago Ixcuintepec, Mixe, Oaxaca, quien, días después de la publicación, fue detenido y procesado; acusaron a un profesor de la Universidad del Golfo de México por hostigamiento; a un roquero oaxaqueño por acoso sexual, cuya banda publicó que le dañaba la denuncia pública y denunciarían por difamación.
Un exdiputado, acusado de ordenar asesinar a una joven profesionista al arrojarle ácido, misma que sufrió quemaduras graves, fue capturado por feminicidio en grado de tentativa y actualmente está preso y vinculado a proceso, después de que, por meses, la indagatoria estuvo “en pausa”.
Denunciaron al rector del UNITMO por solapar el acoso laboral contra profesores; por violación a un profesor de preescolar; a un estudiante de La Salle por acosar y violentar a mujeres, algunas menores de edad.
Los últimos en sufrir escrache en Oaxaca, es el ex director del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe, un profesor de la Escuela de Iniciación Musical Santa Cecilia, institución que inició investigación y lo separó del cargo.
Un grupo de ex alumnas del Centro de Educación Artística “Miguel Cabrera”, crearon una red para exhibir a un profesor de teatro, luego de que, tras denunciarlo ante la propia institución educativa y ante el Ministerio Público, no obtuvieran respuesta. El resultado, en el bachillerato especializado en artes obligaron al acusado a jubilarse.
Otras organizaciones feministas se han encargado del escrache en contra de agresores sexuales, principalmente profesores, aunque también figuran músicos, artistas y figuras públicas; en la gran mayoría de casos, han logrado su dimisión en sus centros laborales.
DAÑO DESPROPORCIONAL
El comunicólogo Iván Flores Noriega indica que si bien, el porcentaje de casos falsos es menor, sería necesario un filtro o verificación, porque se puede arruinar la carrera de alguien al evidenciarla en redes, sea o no sea culpable.
“Cuántos casos de Facebook falsos, como el señor del urbano que la chica dijo que la querían secuestrar. Al surgir grupos radicales, queman en la hoguera del internet a la persona”.
La psicóloga Claudia Samantha Aldeco García, puntualiza que siempre que se escracha a través de alguna red social, no sólo se trata de lograr una solución casi inmediata, sino también puede existir una satisfacción.
“El mostrar y sentir que con eso que comparto te puedo destruir. Cualquiera, aunque no tenga muchos seguidores, consigue hacer ruido, en ocasiones el daño es grande y muchas veces desproporcionado con lo que la denunciante padeció”.
Admite que el escrache tiene un mayor efecto que la denuncia formal, “en realidad se ataca el efecto, no la causa; es decir, se ventila una conducta, pero no se le hace justicia a la víctima, en todo caso, se causa un prejuicio al agresor”
Precisó que las repercusiones psicológicas, al final, la sufrirán ambos, tanto la víctima que queda expuesta, como el agresor, y éste, dependerá del delito que lo acusen.
“No es lo mismo que le ventilen un fraude que una violación. Si cometió el delito, tendrá que asumir las consecuencias, si no, sufrirá un desequilibrio biopsicosocial”.
ACUSADOS SIN PAZ
Grupos feministas advirtieron que la violencia y revictimización a la que son sujetas las mujeres que deciden denunciar ante la Fiscalía de Género de Oaxaca es continua por parte de las agentes del Ministerio Público, personal médico y psicológico de esa dependencia.
“Una fiscal ausente en todos los sentidos, protegida por el fiscal general Rubén Vasconcelos Méndez, una Fiscalía General del Estado de Oaxaca que carece de todos los protocolos de atención”, señalan en un manifiesto.
El abogado José Díaz explica que en las redes sociales existe una “especie de obligación” que lleva a responder, opinar y compartir su opinión. La bola de nieve crece con rapidez porque todos opinan sin saber qué pasó.
“Utilizar las redes dan la impresión que protegerán de la violencia, pero a la vez, la ejercen y continúan. En discusiones en redes los internautas se agreden de forma violenta. Se provoca una explosión en términos sociales. Es una paradoja”.
Tiempo atrás, existían los comunicados anónimos que denunciaban a agresores, pero las redes sociales tienen más alcance. La persona señalada termina con una condena social, pese a que, en algunos casos, la justicia los exoneró. Un estigma del que no podrán deshacerse.
Subrayó que estas denuncias pueden ser un arma de doble filo, pues en caso de que el acusado sea culpable, puede entorpecer investigaciones, dado que éste, con las pruebas que sabe en su contra, podría adelantarse, borrar evidencia y preparar su defensa.
Por otra parte, existe siempre la posibilidad de que el escrache sea falso, en tal caso, no sólo se condena socialmente a un inocente, sino se le expone a que sufra daños físicos, “se han documentado casos donde personas inocentes fueron golpeadas, corridas del trabajo y sufrido daños en sus bienes materiales”.
En tanto, para la víctima, también podría causar conflicto, ya que públicamente se le revictimiza. “Una red social no es el medio adecuado para denunciar un delito, la justicia jamás va a intervenir. Se vuelve una especie de justicia por mano propia, porque la persona acusada sufre daños en su honor y en su dignidad humana”.
Indica que la condena social no entiende de garantías constitucionales, de la presunción de inocencia, de que se prueben las acusaciones. “Se trata de una conducta ilegal, que puede constituir un delito”.
Valeria, una estudiante que sufrió abuso sexual por parte de uno de sus profesores, relata que primero reportó lo sucedido ante las autoridades escolares y no pasó nada, los padres de familia la apoyaron y no obtuvo respuesta.
Decidió denunciar ante la agencia del Ministerio Público y, en un inicio, no querían recibirle su declaración. Tras insistir, iniciaron la carpeta de investigación, pero sólo para archivarla. Fue hasta que utilizó el escrache que al profesor lo sacaron de la institución.
La experiencia de las mujeres que han sido víctimas de violencia les ha enseñado que, hacer la denuncia de manera correcta, ante la autoridad ministerial, no servirá de nada. Tendrán que recurrir al escrache.
“Una red social no es el medio adecuado para denunciar un delito, la justicia jamás va a intervenir. Se vuelve una especie de justicia por mano propia, porque la persona acusada sufre daños en su honor y en su dignidad humana”
José Díaz
Abogado penalista
“¡Acéptenlo! ¡Son débiles y están derrotados! ¡Así que duerman tranquilos esta noche porque nunca, nunca, nunca más podrán descansar en paz! ¡Se los prometemos!”
Marea Verde