Enrique ARANDA/Excélsior
Al margen de su incuestionable derecho a seguir la lucha por esclarecer la injustificable desaparición y (no aceptada) ejecución de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, lo cierto es que la denominada “Caravana 43” que “familiares, abogados y allegados” realizan ahora en Estados Unidos no hace más que acrecentar dudas y abonar a consolidar la percepción de que, en este asunto, existen ya más intereses políticos que sólo humanitarios… más manipulación intencionada que justificados sentimientos de dolor y búsqueda de justicia.
Y esto, no sólo por el hecho de que, más que buscar alternativas jurídicas y apoyos políticos, los activistas-viajeros destinen la mayor parte de su tiempo a “amarrar” alianzas con grupos norteamericanos afines sino, esencialmente, porque un viaje como el de quienes el lunes partieron de San Antonio, McAllen y El Paso implica costos que, salvo la existencia de mecenas (incógnitos) con capacidad económica superior, no se ve cómo los implicados pudieran financiar… ¡bueno, ni con los salarios que, sin trabajar, cobran miembros de la CETEG implicados y a la cabeza ya hoy del movimiento!
Porque, vea usted, hablamos de pasajes aéreos y/o terrestres de medio centenar de personas que dejaron todo en Guerrero para emprender esta aventura, que deberá llevarles a 43 ciudades del país del norte —Boston, Chicago, Los Ángeles y San Francisco, Las Vegas, Milwaukee, San Luis, Austin, Washington y Nueva York, entre otras—, así como de gastos en materia de alojamiento, alimentación, pancartas, costos inherentes a eventos masivos e imprevistos y hasta “muñequeras negras” con un número 43 grabado que muchos portan…
Y todo, con el único y exclusivo propósito de protestar ante sedes consulares mexicanas, encontrarse con miembros de las muchas comunidades latinas existentes en Estados Unidos “para explicar el caso” y reunirse con legisladores, activistas, representantes partidistas y, también, funcionarios de Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la OEA con quienes, en una ocasión, al menos, se reunieron ya en México.
¿De dónde pues provienen los cuantiosos recursos utilizados para financiar esta singular caminata por media Unión Americana? ¿Qué misterioso mecenas, persona u organización, financia el periplo? ¿Para qué? Tenemos derecho a preguntarlo y a una respuesta… ¿o no?
Asteriscos
*Ayer, tras participar en un singular taller y fotografía… Con Aroma de Mujer —¡lo que para unos panistas signifique el asunto!—, los candidatos a las gubernaturas que estarán en juego en junio dieron fin al “maratónico” seminario en que, como expositores, tuvieron a Juan Molinar en el rubro de Diagnóstico, a Marcelo García en Comunicación y en lo referente a la Plataforma Ideológica a Eloísa Talavera yTere Jiménez. Ahora sí que ¡ni más ni menos!
*En marcha ya la Colecta Nacional 2015 de la Cruz Roja que, se informó, aspira recaudar 345 millones de pesos, no pocos se sorprendieron al escuchar que, de lo captado en el pasado 2014, el 10% del total nacional, algo más de 33 millones de pesos, fueron aportados por trabajadores y/o directivos de Pemex, la empresa que dirige Emilio Lozoya.
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.
