Con la llegada de los médicos militares Félix Juárez Montes y Gonzalo Ordaz Cruz a la dirección del Hospital Cruz del Sur, las autoridades del sector salud en la entidad pretenden poner orden en ese nosocomio que por décadas ha padecido abandono, descuido y corrupción; de acuerdo a los resultados que obtengan los nuevos funcionarios, podría utilizarse este modelo en otras instituciones, lo que representaría el inicio de la militarización de los hospitales públicos
Texto: Yolanda PEACH
Fotos: Esteban CHINCOYA
La llegada de un militar al frente del Hospital Psiquiátrico Cruz del Sur, hace apenas tres meses, garantiza disciplina y honestidad en la atención de la salud mental en Oaxaca.
Originario de Oaxaca, el Coronel Médico Militar Psiquiatra Félix Juárez Montes, director del Hospital Psiquiátrico Cruz del Sur, asegura que se tiene lo que se requiere para tratar a este tipo de población.
Psiquiatras, médicos, psiquiatras enfermeras, psicólogos, terapistas físicos y ocupacionales, nutriólogos, trabajadoras sociales, chefs y personal administrativo integran el complejo especializado en salud mental.
Rechazo social
Una vez que una persona es clasificada como “enfermo mental”, la sociedad responde con un estereotipo determinado y el paciente se siente cada vez más aislado y señalado.
El subdirector, Gonzalo Ordaz Cruz, lamentó que la salud mental siga estando estigmatizada.
“A pesar de que los tiempos van cambiando, uno de los problemas que enfrenta un paciente es el señalamiento de la sociedad, incluso, a veces de su propia familia”.
Recordó que en la antigüedad se les aislaba, aun cuando en la antigüedad, se consideraba a la locura sagrada.
“Los antiguos creían que era obra de los dioses o demonios. Las divinidades enviaban la locura, como castigo o como venganza. No eran culpabilizarse por su trastorno, sino víctimas inocentes de fuerzas sobre las que no tenían control (…) aunque eso ya es historia”.
Con el tiempo, contextualiza, con los actos violentos y descontrolados de algunos pacientes, deciden sacarlos de las calles, de la ciudad. Se les confina a campos apartados o los encierran. Poco a poco se van creando espacios reservados para los “locos”.
“Cuando empiezan a tomar conciencia de que se trata de una enfermedad mental, los encierran. No existen espacios especializados. Aún en nuestros días hay la creencia de que deben permanecer privados de su libertad”.
Integración a la sociedad
Ordaz Cruz dijo que el principal propósito de la atención a estos pacientes es lograr su óptima funcionalidad con el medicamento, “ya no tenerlos encerrados”.
“Buscamos involucrarlos con su familia, con su red de apoyo (…) tiene que seguir con estímulos y vemos la forma de que vuelvan a su casa con la máxima funcionabilidad”, anotó el subdirector.
Aseguró que se logra que los pacientes puedan llevar una vida normal. “Se bañen, se vistan, trabajen, se cocinen. Incluso algunos se casan y pueden vivir tranquilamente. No darle tanta lata a la familia”.
Anotó que mientras cumplan con el tratamiento, no hay ningún impedimento en que se integren a la sociedad y cumplan con un rol específico, que trabajen y se desenvuelvan en el plano profesional.
“Es importante que la familia apoye al paciente y le recuerde de su medicamento porque a la larga, también es desgastante vivir con alguien que requiere de cuidados especiales”.
Sin precariedad en el sector
Al contrario del recorte presupuestal en algunos rubros, el director, Juárez Montes, consideró que tienen muchos recursos a favor. “Sobre todo, nuestros recursos humanos son profesionales, son psiquiatras”.
“Lo que ofrecemos al usuario es lo que tenemos. No somos una tienda de abarrotes que vende telas”.
Aseguró que el hospital funciona óptimamente, incluso, al contrario de la disminución de presupuesto para este hospital especializado, ha incrementado. “No había director, subdirector y ahora, hasta tenemos jefe de enseñanza”.
Ambos funcionarios, con poco tiempo de ingreso en el Hospital Psiquiátrico Cruz del Sur, admitieron que no han notado todavía ninguna deficiencia o falta grave. “Siempre hay problemáticas, tanto generales como específicas, pero todo lo vamos resolviendo”.
Para el director, lo principal, es el recurso humano. Se encontró con la grata sorpresa de que en Oaxaca hay psiquiatras.
“Me topé en otros estados lugares donde ni siquiera había un hospital especializado, quizá un ala, además de que en otros estados sólo capacitan a los médicos generales, ya que no tienen psiquiatras en su plantilla”.
El subdirector viene de una unidad de salud mental en Chiapas, “ahí el presupuesto era poco, por no decir nulo. Ni siquiera tenían farmacia”.
Control riguroso
En México el 15 por ciento de la población sufre alguna patología mental y más del 30 por ciento lo padecerá en el trascurso de su vida.
La población en Oaxaca, al igual que en el mundo entero, sufre principalmente trastornos depresivos, trastornos de ansiedad y trastornos psicóticos.
El Hospital Psiquiátrico Cruz del Sur no es un centro de confinamiento, sino un hospital de tránsito para pacientes en estado agudo. El promedio de estancia es de 18 días y después, se le entrega a su familia.
“No podemos generalizar tampoco. Hay pacientes que tardan pocos días en salir de, llamémoslo, su crisis aguda, otros un poco más. Cada caso es distinto”, subraya el subdirector, Gonzalo Ordaz Cruz.
Indicó que la mayoría de veces, sino es que todas, el reingreso de un paciente es por la falta de tratamiento; sin embargo, enfatizó, mientras esté medicado, puede llevar una vida normal.
“Tenemos que apoyar a la familia, darles un tratamiento integral. Hay familias muy entregadas que buscan lo mejor para su paciente”.
Admitió que no todos tienen algún responsable o red de apoyo cercano; sin embargo, eso no significa que estén abandonados.
“Ya sea la agencia municipal, el DIF o alguna instancia de gobierno, pero se nombra un tutor o responsable, que es a quien se le entrega el paciente para que continúe su tratamiento”.
Son 120 camas. “Nunca están ocupadas todas. No hemos tenido sobrecupo, al contrario, sino, esto sería una verdadera locura”, anota el director, Félix Juárez Montes.
Medicamento seguro
Rosalba, originaria de la Villa de Zaachila, acudió puntual para recibir su dosis de medicamento.
“Al principio, cuando me enfermé, venía con mi familia. Ahora vengo sola mes con mes para que me den mi receta y surtir la medicina”.
Contó que el apoyo fundamental es estar inscrita en el Seguro Popular. “Me inscribí en San Bartolo Coyotepec y no tengo ningún problema. Dicen que la medicina es cara, pero a mí me la dan gratuitamente”.
Coincidió el subdirector, al anotar que la parte económica es la más difícil, pues incluso, se pueden gastar hasta cinco mil pesos mensuales en medicamento, “sin embargo, gracias al Seguro Popular eso ya no es problema”.
Rosalba, diagnosticada con trastorno de ansiedad, confió que su familia fue fundamental para salir adelante. “La enfermedad es muy mala, pero se puede controlar. Antes no podía estar sola, tenían que acompañarme a todos lados. Ahora vivo normal. Eso sí, no puedo dejar mi tratamiento”, dijo al tiempo de asegurar que en este hospital los médicos son muy buenos.
“Aun cuando ya puedo andar sola, es importante tener a una familia que te respalde, sentir su apoyo”.
Una de las enfermeras, quien dijo no estar autorizada para dar entrevistas, aseguró que la primera exclusión que hacen del paciente psiquiátrico es por la familia. “No los traen a consulta”.
Llamó a todas las familias que tengan algún problema a que se unan. “No los abandonen. Vemos con mucha tristeza que la familia no acude a las visitas. Deben estar más cerca del paciente, para que la rehabilitación sea integral”.
Señaló que parte de vivir en ese estigma de rechazo o de exclusión, es que no los apoyan para recibir atención médica.
Por su parte, el director, el coronel médico militar psiquiatra, puntualizó que mientras hagan realidad el sentido de orientación que buscan los pacientes y logren su tranquilidad emocional y mental, dándoles calidad y calidez humana, el objetivo estará cumplido.
Admitió que aún le falta tiempo para diagnosticar qué le falta al Hospital Psiquiátrico Cruz del Sur; sin embargo, con tener el personal calificado es suficiente.
Hace unos días, recibieron la inspección de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, quienes con la organización civil Documenta, Análisis y Acción Para la Justicia Social, realiza un diagnóstico sobre el panorama de la salud mental.
“Supongo que harán un documento en el que plasmen su impresión, pero por lo que me comentaron, todo está bien”.
El objetivo es hacer visible la situación de derechos humanos que prevalece en centros que ofrecen servicios de salud mental.
El subdirector, el psiquiatra Gonzalo Ordaz Cruz, calificó como vivificante este tipo de visitas, “nos ayuda a ver cosas que quizá no notamos, como si el paciente sufre frío o calor y eso a la vez, nos motiva a pedir, quizá, un sistema de calefacción o ventilación, por ejemplo”.
En el recorrido por las instalaciones, se constató la atención que reciben los pacientes, además de entrevistar a servidores públicos.
Los tratados internacionales y leyes vigentes en materia de derechos humanos, anotan que los hospitales psiquiátricos deben garantizar a los pacientes condiciones de vida digna, atención médica adecuada, manejo confidencial de sus expedientes y programas de rehabilitación psicosocial que los ayuden a reincorporarse a su medio familiar y social.
Por lo pronto, más allá de una infraestructura moderna y mobiliario con la última tecnología, el objetivo de la actual dirección es dar garantía a los que acuden al Hospital Psiquiátrico Cruz del Sur y un tratamiento adecuado.