EDITORIAL
La iniciativa de Reforma Educativa entró desde la semana pasada en un brete. En principio por el sobado método del Cártel 22, punta de lanza de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), de boicotear el trabajo legislativo de discusión y busca de consensos, a través de los abominables bloqueos. La bancada de MORENA y sus aliados, no podrían tener la mayoría calificada en tanto sigan sus libertades amenazadas con maestros tirados en el piso o casas de campaña en las puertas de acceso, como ocurrió la semana pasada y antepasada. ¿Cómo pretender apuntalar una reforma a modo, acotando la libertad de los y las representantes populares? En Oaxaca sabemos de ello, pues en el pasado, cuando se aprobó la Ley de Educación, tuvo que hacerse en la madrugada y a hurtadillas, precisamente por el bloqueo que había impuesto el llamado Cártel 22 al edificio de San Raymundo Jalpan.
Luego de que 19 diputados oaxaqueños amenazaran con un cisma en la bancada de MORENA y que de plano se tiraran al piso para apoyar las descabelladas propuestas del magisterio disidente local, la iniciativa de Reforma Educativa que envió el presidente de México se entrampó. Desde hace dos semanas se habla incluso de que Andrés Manuel López Obrador habría cedido ya a las pretensiones de la Coordinadora y, particularmente de la S-22. Diputados (as) y gobierno están pisando arenas movedizas, habida cuenta de que el Estado no debe ceder un solo ápice en torno al manejo de la educación pública. Otorgar el manejo discrecional del 50% de las plazas, implica empoderar a la disidencia magisterial para que hagan lo que hicieron en Oaxaca durante 23 años: un nido de corrupción, complicidades, componendas y falso radicalismo.
En la conferencia del lunes 25 de marzo, el gobernador Alejandro Murat ofreció llevar el tema de la citada Reforma Educativa al seno de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) e hizo mención del trillado Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO), algo que, a lo mejor lo ignora, fue descalificado por expertos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), por ser más un instrumento ideológico que formativo. El ejecutivo estatal ha mencionado dos o tres veces del tema, aludiendo que apoyará el plan de AMLO para abrogar la citada reforma, pero tal vez no se ha empapado lo suficiente sobre lo que hemos vivido los oaxaqueños desde 1980 y la debacle educativa, que nos ubica en los últimos lugares a nivel nacional. En el fondo de todo, está la irresponsabilidad del Cártel 22 en la tarea docente.
