Oaxaca de Juárez, Oax.- Los funcionarios que ordenaron llevar a cabo la programación de la obra del estacionamiento del cerro de El Fortín deben ser investigados por promover un proyecto que terminó siendo un «elefante blanco», que nunca respondió a los criterios de planeación para una ciudad como Oaxaca, sostuvo ayer el presidente del Consejo de Honor y Justicia de la Agrupación Colegiada de Profesionales en Desarrollo Humano, Lázaro García Saavedra.
Aquel inmueble de cuatro pisos, con capacidad para albergar 600 vehículos y que fue licitado en 185 millones de pesos, tuvo como objetivo favorecer al exsecretario de Turismo, José Zorrilla de San Martín Diego, accionista del hotel Victoria, y a los empresarios que se encargan de organizar conciertos musicales en el auditorio Guelaguetza, acusó el también integrantes de Pro-Oax
Al igual que el expresidente del Colegio Libre e Independiente de Arquitectos, Gerardo Corres Tenorio, García Saavedra consideró que la obra inaugurada oficialmente en noviembre de 2016, «es dinero echado a perder porque no se utilizó de la mejor manera posible».
«Desde el principio, fue una obra que fue muy cuestionada porque no respondía a criterios de planeación debidamente cimentados», criticó en entrevista con Encuentro Radio y Televisión.
El profesionista sostuvo que Oaxaca sí requería de un espacio para estacionamiento, pero a través de un proyecto mejor analizado.
“Nosotros propusimos cinco opciones que pudieron haber sido mejores y pudieron haber dado mejores resultados que ese elefante blanco que construyeron; ese estacionamiento escasamente se utiliza durante la Guelaguetza y durante uno que otro evento que se hacen en el auditorio (del cerro de El Fortín)”, criticó el especialista.
“Ese estacionamiento parece, más bien, que se hizo para beneficiar el hotel del secretario de Turismo en ese momento (José Zorrilla de San Martín); por eso, repito, no fue una obra que se haya ejecutado con criterios de planeación debidamente sustentados, debidamente comprometidos con la realidad de Oaxaca”, agregó.
García Saavedra sostuvo que es necesario “llamar a cuentas” a los funcionarios que ordenaron la construcción de aquel espacio, en referencia a Zorrilla de San Martín Diego y, a su primo, Francisco Zorrilla, exdirector del Fideicomiso para el Desarrollo Logístico del Estado (Fidelo).
Es de recordar que el primero de los personajes mencionados fue citado en julio del año pasado por la Secretaría de la Contraloría del Estado para responder a una serie de cuestionamientos por la posible malversación de los recursos que debieron haber sido utilizados en la construcción del estacionamiento del cerro de El Fortín.
El funcionario respondió por escrito a las interrogantes planteadas y personalmente entregó el documento el 10 de julio de 2017; desde entonces, no se había tocado más el tema.
“En otros lados, en otros países se hace (llamar a cuentas a los exfuncionarios); no sé porque aquí no”, criticó.
–¿Usted cree que el actual gobierno se aboque a investigar el caso?
–No creo que se haga por esos arreglos cupulares que siempre existen y que es lo que ha mantenido a Oaxaca sumida en el retraso, y yo veo muy difícil que podamos salir adelante, lamentó.
Lázaro García Saavedra fue el segundo especialista en una semana que se pronunció en contra de aquel estacionamiento, próximo a cumplir dos años de haber sido inaugurado de manera oficial.
En su oportunidad, Gerardo Corres, expresidente del Colegio Libre e Independiente de Arquitectos calificó la obra como un desperdicio de recursos e infuncional, que incluso podría ser equiparada con el Sitibús– señalado como un proyecto fraudulento–.
Aquel inmueble, que tuvo un costo de 185 millones de pesos, no fue edificado en beneficio de la sociedad sino para favorecer a los empresarios que desde el sexenio pasado se encargan de organizar espectáculos en el auditorio Guelaguetza, resaltó.
El espacio, apuntó, no cumple con el reglamento del Centro Histórico de la ciudad, pues su estructura «rompe» con la imagen colonial de Oaxaca de Juárez y tampoco es de utilidad, pues permanece cerrado prácticamente todo el año; lo anterior, dijo, impide que cumpla con una de las pocas necesidades que justificaban su creación: convertirse en un punto de transferencia para que la población o el turismo pudiera dejar su vehículo y caminar por las calles.
Antecedentes
El estacionamiento del cerro del Fortín formaba parte del proyecto que durante el sexenio pasado promovió el exsecretario de Turismo, José Zorrilla de San Martín, que consistía en edificar un centro de convenciones de aquella zona.
La propuesta inconformó a diversas organizaciones civiles debido a que el plan invadía la zona de reserva natural de El Fortín y porque atentaba, según sus denuncias, contra la arquitectura del Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca.
Posteriormente, fue descubierto que Zorrilla era socio del Hotel Victoria, que se ubica a menos de 100 metros del auditorio Guelaguetza en cuyas cercanías se planeaba edificar el nuevo inmueble. Ello, agudizó las críticas hasta que, finalmente, en 2015, las autoridades anunciaron la cancelación de la obra.
Sin embargo, el gobierno se negó a detener los trabajos de edificación del estacionamiento, que ya habían comenzado, y concluyó el edificio con la justificante de que sería de utilidad durante las festividades de los Lunes del Cerro.
La obra le fue licitada a la empresa Trena, a cambio de 185 millones de pesos por la construcción de 600 cajones para vehículos distribuidos en cuatro niveles.
Pese a ello, la obra comenzó a ser utilizada durante los Lunes del Cerro de 2016 y, cuatro meses después, el 30 de noviembre, fue inaugurado oficialmente.
Desde entonces, únicamente funciona cada vez que eventos masivos en el auditorio Guelaguetza, tales como las cuatro presentaciones de los Lunes del Cerro, las dos presentaciones de la Leyenda Donají, algunos eventos religiosos y los conciertos musicales que se llevan a cabo a lo largo del año. En conjunto, no se rebasan los 20 eventos.
Diversos usuarios, de acuerdo con datos hemerográficos, han manifestado su descontento con la administración del inmueble, a la que han acusado de cobrar montos de hasta 130 pesos por evento, cuando se había anunciado que el costo por hora sería de 10 pesos.