Esta nueva tecnología permite eliminar toxinas de bajo, mediano y alto peso molecular y se convierte en un tratamiento aún mejor que la diálisis convencional o la hemodiálisis. El hospital San José de esta ciudad, cuenta con cinco equipos de procedencia alemana que garantizan el óptimo desarrollo del tratamiento y esto a su vez se traduce en una mejor calidad de vida para el paciente
David MÉNDEZ
Con 20 equipos B. Braun modelo Dialog, tecnología alemana de última generación, el Hospital San José, ubicado en el centro de la ciudad, ha puesto a disposición de la sociedad oaxaqueña una de las mejores y más modernas unidades para el tratamiento de insuficiencia renal.
Además de proveer la tradicional técnica de hemodiálisis, este centro médico ha robustecido su unidad especializada con la incorporación de cinco máquinas de hemodiafiltración, lo que garantiza al paciente una atención de primer nivel a costos inferiores que los de otras clínicas.
“(Los equipos) nos manejan presiones que otras máquinas no pueden, entre ellas una que se llama PVE, que es una presión en la entrada del filtro que nos reduce las coagulaciones del sistema”, indicó, en entrevista, el médico nefrólogo Miguel Carreño Vásquez.
El especialista sostuvo, además, que la tecnología B. Braun de hemodiafiltración elimina toxinas de bajo, mediano y alto peso molecular, lo que desemboca en un proceso de depuración más estricto que se traduce en una mejor calidad de vida para el usuario.
“La hemodiafiltración es una modalidad que nos ayuda a depurar un poco más de toxinas. La hemodiálisis convencional elimina toxinas de bajo y mediano peso molecular; la hemodiafiltración nos ayuda con las toxinas de bajo, mediano y alto peso molecular”, explicó.
De las 20 máquinas que conforman la Unidad de Hemodiálisis del Hospital San José, 15 se especializan en hemodiálisis convencional y las cinco restantes tienen la capacidad de realizar hemodiafiltración.
En cualquiera de los casos, un tratamiento eficiente lograr ampliar hasta 10 años el promedio de vida de quienes padecen insuficiencia renal en etapa final.
“La diálisis es una forma de sustituir la función del riñón parcialmente; no se ha logrado igualar la función de un riñón de forma artificial”, indicó.
Los pacientes que recurren a ese tratamiento han perdido la “función renal, se encuentran en estado cinco de la enfermedad renal crónica o presentan una lesión renal aguda; la mayoría de esos pacientes tienen diagnóstico de enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión arterial”, explicó.