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Democracia Interna: Necesario devolver el PRI a su militancia

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Los responsables de la reciente derrota del tricolor no pueden seguir dirigiendo al partido ni pretender tenerlo a su antojo, señala la corriente encabezada por el ex gobernador Ulises Ruiz; este movimiento llama a retomar los principios que dieron origen al Revolucionario Institucional y transitar a un modelo socialdemócrata moderno

 

Luis RAMÍREZ

 

Ante la derrota sufrida el domingo primero de julio, a la que califican como “uno de los episodios más penosos de la democracia mexicana”, integrantes de la corriente Democracia Interna del PRI llaman a reflexionar sobre lo sucedido para reconstruirse como partido y rescatar a la militancia agraviada por tantos años, dándole voz y voto en las decisiones.

A través de un desplegado fechado el 15 de julio, esta corriente considera que es momento de asumir con responsabilidad lo que cada quién debe realizar en adelante para poder dar vuelta a la página y seguir adelante con renovados bríos y con la nueva oportunidad que le da al partido, al ser oposición, de dejar atrás la mal entendida disciplina para pasar a la etapa de las decisiones democráticas, surgidas de la militancia.

El documento firmado por decenas de priistas, entre ellos el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, advierte que pretender renovar al PRI obedeciendo a la cúpula es firmar la extinción anticipada de este instituto político, algo que los verdaderos priistas no van a permitir.

Democracia Interna considera que la mejor señal que se puede dar a esa militancia lastimada es un relevo democrático en la dirigencia, abierto a todos los que crean, “como nosotros”, que el partido tiene futuro y que cubriendo los  requisitos estatutarios quieran  competir  para dirigir los trabajos de reconstrucción y refundación del PRI.

Para la renovación, este movimiento propone que se elija a un nuevo presidente y secretario general del CEN para que concluyan el periodo estatutario en agosto de 2019, una dirigencia de transición que deberá lanzar la convocatoria para la elección del presidente y secretario general del CEN para el periodo 2019-2023 en los primeros días de febrero.

Además, esa dirigencia deberá aprobar que la elección se realice por consulta directa a militantes y simpatizantes, con reglas claras para evitar dados cargados, estableciendo tiempos suficientes para el registro y desarrollo de campañas, y mecanismos que garanticen la transparencia y legalidad del proceso.

La dirigencia de transición, aclara el desplegado, debe surgir de cuadros de probada experiencia dentro del partido como lo son algunos ex presidentes del CEN del PRI, ex coordinadores del Congreso, legisladores federales actuales, entre otros.

“Sería inaceptable que miembros de la dirigencia actual, que fueron impuestos como candidatos para competir por cargos legislativos y resultaron electos por el voto ciudadano, como Claudia Ruiz Massieu, René Juárez y Rubén Moreira, pretendieran seguir dirigiendo el partido y no asumir los cargos para los que fueron electos en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Es tiempo de unidad, sí, pero conseguirla pasa por evitar la tentación del gatopardismo y cambiar para seguir siendo lo mismo. Debemos asumir, todos los priistas, que los cambios deben ser de verdad y muy profundos. Quienes estuvieron al frente del partido en los últimos años y quienes fueron responsables, cada quién en su tiempo, de la reciente derrota, no pueden pretender un PRI a su antojo”, puntualiza el manifiesto.

Democracia Interna plantea que la nueva dirigencia, que entraría en funciones en agosto del 2019, deberá convocar a una Asamblea Nacional en la que se revise a fondo el PRI en todos los ámbitos y se discutan tanto las cuestiones estatutarias como las ideológicas y la visión de país.

 

Abrir las puertas a la militancia

 

En lo normativo, considera necesario revisar las modificaciones realizadas en las dos últimas asambleas para que los órganos de decisión retomen su importancia como ámbitos de discusión y decisión ahora reducidos a meras instancias de ratificación de los designios cupulares.

De eta forma, agrega, se pretende regresarle a la militancia el sentido de pertenencia y la motivación al trabajo de partido, privilegiando al militante por encima del externo, esto es, revirtiendo las reformas de la XXII Asamblea Nacional que le abrieron a puerta a los externos cerrándola a los militantes.

Esta corriente aclara que insistirá en la Asamblea en que la elección directa, por consulta a militantes y simpatizantes, sea el único método para determinar dirigentes y candidatos en todas las instancias. “Es urgente que el ejemplo de democracia sea nuestro partido, practicándola para la definición de sus dirigentes y de sus candidato”, subraya.

Recuerda que acaban de pasar “uno de los episodios más penosos de la democracia mexicana”, en la que ninguno de los candidatos a la presidencia surgió de un proceso democrático. Esto no debe volver a ocurrir en el PRI, si queremos volver a contar con la confianza de la ciudadanía, sentencia.

En lo ideológico, Democracia Interna indica que es necesario retomar los principios que rigen al partido desde su fundación, dejando atrás al neoliberalismo que impuso la tecnocracia que se adueñó de este instituto político hace 30 años y que ha entregado como resultado un país desigual y empobrecido, para dar paso a un modelo socialdemócrata moderno, adaptado a la nueva realidad de una economía globalizada y a la era del conocimiento en la que vivimos.

El país que queremos todos es uno en el que no haya pobreza ni desigualdad; sin violencia, sin inseguridad ni impunidad; sin corrupción. Un país en el que la política sirva a la sociedad y no se sirva de ésta, expone.

El partido que deseamos es uno a la altura de los retos que enfrentamos, democrático, incluyente, abierto a escuchar a los mexicanos, privilegiando siempre a sus militantes, enfatiza.

El documento concluye que es momento de cuidar al partido, pero para ello se debe ser autocrítico, dejar de lado la simulación, abandonar la sumisión y hablar de frente, sin ambages ni censura.

Es tiempo de una nueva actitud hacia la militancia que le permita participar activamente y la discusión abierta de las ideas habrán de calmar las aguas tempestuosas que les dejó la derrota.

Democracia Interna no ve mejor camino que la apertura a la democracia en el PRI para recuperar espacios de actuación que a su vez permitan que vuelva a ocupar un papel destacado en la conducción de los destinos de México. No hay otra ruta que devolverle el partido a quienes son sus dueños, a los militantes, finaliza.

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