Hija de doña María Luisa Bustamante de Audiffred, una incansable defensora de los artesanos oaxaqueños, la joven Nancy, ampliamente admirada por su belleza, fue asesinada por Luis Alberto Noriega Herrera, un funcionario cercano al entonces gobernador Rodolfo Brena Torres, con quien mantenía una relación sentimental
Carlos CERVANTES
La señora María Luisa Bustamante de Audiffred fue una impulsora real de las artesanías de Oaxaca, el domicilio donde vivió muchos años con su familia se localiza en la esquina de avenida Independencia y 20 de Noviembre;, ahí donde durante buen tiempo fueron instalados telares para la confección de todo tipo de mantelería y llegó a reunir una importante cantidad de huipiles de las diversas etnias de Oaxaca pues el objetivo era rescatar el traje indígena. Su hija Nancy Audiffred Bustamante fue asesinada por un político cínico que trajo el gobernador Brena Torres de la ciudad de México, situación que cambió todo el panorama familiar que se convirtió en sombrío.
Impulsó a los artesanos
Conocimos a doña María Luisa a finales de la década de los cincuentas del siglo pasado, dama muy estimada por la sociedad oaxaqueña y desde entonces mantenía relación con diversos grupos étnicos de la entidad pues su objetivo era investigar y adquirir los huipiles de las diversas etnias, todo lo cual se quedó abandonado al entrar la desgracia por la puerta grande a su domicilio ya que además su esposo sufrió un derrame cerebral que lo imposibilitó de por vida, lo cual ensombreció mas el destino de la señora quien poco después también dejó esa vida de sufrimientos abandonando el mundo de los vivos. De su matrimonio con el señor Audiffred nacieron seis hijos, cuatro mujeres y dos hombres: María Luisa, Lourdes, Silvia y Nancy, quien seguía los pasos de su señora madre organizando a los artesanos en grupos para así dejar de depender de los intermediarios y lograr mercado, publicidad, y prestaciones. Los hijos hombres fueron Enrique y Miguel.
Restauración del ex convento de Los Príncipes
Recordemos que el licenciado gobernador Brena Torres al llegar de gobernador a Oaxaca el primero de diciembre de 1962, puso en marcha las empresas estatales descentralizadas como: Aprovechamientos Forestales de Oaxaca, Pesquera de Oaxaca, Construcciones de Oaxaca y otras además de la Promotora de Artesanías y Escuela Artesanal para lo cual su gobierno adquirió el inmueble anexo al templo de Los Príncipes que se encontraba en ruinas; era una vecindad de propiedad particular y hubo que restaurar el espacio totalmente hasta que ahí se instaló dicha escuela contando con telares para la mantelería en el espacio que da hacia la calle de Rayón. Ahí estuvo el convento hasta que las monjas fueron exclaustradas dando cumplimiento a las Leyes de Reforma. En ese inmueble está ahora la Casa de la Cultura y oficinas del periódico oficial del Estado.
Alevoso y condenable crimen
Para manejar lo relacionado con artesanías el gobernador trajo de la Ciudad de México a su amigo, el Licenciado Alberto Noriega Herrera, quien a su vez llamó a colaborar a la señorita Nancy Audiffred dado el conocimiento que tenia del tema ya que desde temprana edad veía el empeño que ponía su progenitora. Con el tiempo tuvo un romance con el funcionario y se fueron a vivir a un departamento en la privada Quintana Roo número 3, cerca del jardín Conzatti. Fue ahí donde ocurrió el cobarde crimen.
Fue la noche del 31 de diciembre de 1965 cuando Noriega Herrera mató a Nancy. De acuerdo con la declaración de la sirvienta, la pareja llegó de la cena de Año Nuevo e iban discutiendo enojosamente a tal grado que el cobarde individuo la llevaba tomada de los cabellos y la metió violentamente a la recámara donde instantes después se escuchó el disparo de arma de fuego.
Conmoción en la ciudad de Oaxaca
Nos tocó cubrir la información que salió publicada el 2 de enero de 1966 en el desaparecido diario “Carteles del Sur”, ya que por los festejos de año nuevo hubo un día de descanso. La noticia causó conmoción en la sociedad oaxaqueña tanto porque se trataba de una estimable familia que sufrió el terrible golpe, como porque el criminal era funcionario estatal.
La madrugada del primero de enero hubo gran movimiento de la policía en ese lugar, Noriega Herrera fue detenido e inmediatamente llevado a la penitenciaría de Ixcotel en celda separada de la demás población pues era funcionario del gobierno. El cuerpo de la dama fue llevado al anfiteatro que se encontraba en la parte posterior del ex convento de San Francisco donde se pudo apreciar que presentaba un solo balazo que le penetró en la cabeza pasando de sien a sien. Era Procurador General de Justicia el Lic. Alberto Correa Colorado y la diligencia fue levantada por el agente del ministerio público don Rafael Ogarrio quien recogió la pistola 38 Súper, propiedad del funcionario.
El presunto alego
que fue un suicidio
Sin embargo, Noriega Herrera quien durante años fue litigante en la ciudad de México se limitó a declarar que en efecto tuvieron un problema de pareja y que la dama se suicidó disparándose en la cabeza y muriendo instantáneamente. El día 2 de enero se llevó a cabo el sepelio. El cortejo partió de la funeraria de avenida Independencia junto al templo de San Felipe Neri con una impresionante cantidad de personas que se unieron al duelo de la familia Audiffred Bustamante y recorrieron la avenida hasta el panteón general. Junto con la familia doliente iba el gobernador Brena Torres y diversos funcionarios de su administración. Don Rodolfo con sus lentes oscuros que utilizaba para las giras a los pueblos y traje del mismo color.
¿Era zurda la dama muerta?
El día 4 de enero fue consignado Noriega Herrera como presunto homicida con todas las agravantes en base al peritaje-dictamen de los médicos legistas que dictaminó asegurando que el balazo lo recibió la víctima en la sien izquierda y el orificio de salida fue en la derecha, con lo cual se venía abajo la teoría del suicidio pues de haber ocurrido así la entrada sería del lado derecho puesto que la dama no era zurda. Aparentemente hasta ahí había quedado el asunto, pero también se apreciaron moretones en diversas partes del cuerpo que inmediatamente se notaban en su alabastrina piel. Tenía 22 años de edad y era muy atractiva por lo cual muchos jóvenes de la localidad la pretendieron para casarse con ella, pero a ninguno les dio el “sí”.
El funcionario vino de México
Noriega vivía hasta antes de ser llamado por el gobernador Brena Torres, en la Ciudad de México, era casado, por lo que su familia inmediatamente llegó a esta ciudad ante el escandaloso acontecimiento. La finada Nancy tenía contratado un seguro de vida por cincuenta mil pesos y la beneficiaria era una de sus hermanas.
El día 5 de enero Noriega Herrera quedó a disposición del juez primero penal Lic. Manuel Blanco, declaró tener 37 años de edad, casado con cinco hijos y con domicilio en la ciudad de México. Su defensor que en esos tiempos era un impetuoso, arbitrario y hasta temible litigante, el licenciado Heliodoro Díaz Pacheco, estuvo cerca del presunto quien se negó rotundamente a contestar las preguntas del juez pues estaba preparando su red salvadora. El 9 de enero el juez dictó el auto de formal prisión. Era agente del M.P. adscrito a ese juzgado el joven licenciado Marcos I. Matías quien pidió la pena máxima.
Amañado, el segundo peritaje
El presunto matón estaba moviendo sus contactos e influencias en la Ciudad de México y el 20 de agosto de ese año 1966 la defensa del ex funcionario dio a conocer otro peritaje hecho por especialistas de la Ciudad de México, quienes dieron su veredicto en el sentido de que no fue crimen ¡sino suicidio! El día 8 de octubre siguiente se procedió a la exhumación del cadáver a petición de la defensa, acto al cual asistió este reportero en el panteón general, donde solo se encontraba la osamenta, mientras el cráneo totalmente limpio de piel y cuero cabelludo donde se apreciaban claramente los dos orificios que dejó la bala: el de entrada y el de salida. Los peritos de la defensa indicaron que la bala tuvo entrada del lado derecho, no del izquierdo como lo habían certificado los legistas de Oaxaca. El abogado del presunto matón, licenciado Díaz Pacheco, vociferó que el detenido debía quedar en libertad inmediatamente y procedió a impugnar el auto de formal prisión y el asunto pasó en segunda instancia al Tribunal Superior de Justicia que era presidido por el licenciado Esteban Silva y Escobar. El día 11 de abril de 1967 se llevó a cabo la primera audiencia en la sala de sesiones y se hizo de manera pública con la presencia de Noriega Herrera y los reporteros de “Carteles” que fuimos dando seguimiento al proceso. La diligencia duró seis horas. Para entonces el acusado llevaba más de un año en reclusión.
Quedó en absoluta libertad
Con el peritaje que elaboraron los elementos traídos de la Ciudad de México, como carta de triunfo, el defensor de Noriega Herrera recurrió al amparo federal que llegó hasta la Suprema Corte de Justicia cuyos magistrados con base en el mismo ordenaron la absoluta libertad del detenido, quien a los pocos días abandonó la prisión totalmente exonerado y se regresó a México donde lo esperaba su familia. En esta ciudad quedó un sentimiento de condena hacia el ex funcionario que utilizó muy bien sus argucias.
En al interior de la penitenciaría tuvo todo tipo de facilidades ya que solamente entraba a su celda de noche a dormir. Durante el día paseaba por toda la parte administrativa y cuando algún personaje visitaba la prisión ahí estaba Noriega Herrera en primera fila, muy quitado de la pena y confiado en sus relaciones de la Ciudad de México. Sus amigos podían visitarlo contando con todas las facilidades.
La casona de la familia Audiffred Bustamante en la esquina de Independencia y 20 de Noviembre, hoy alberga muchos comercios, las rejas de las ventanas se convirtieron en puertas y el patio de los telares, en un tiempo fue cine y ahora es otro espacio de diversión. Todo el exterior es de cantera.
