El “robo hormiga” de la planta de agave se ha intensificado en municipios productores del estado de Oaxaca, en tanto los productores no cuentan con una ley que tipifique este delito, denuncia la Comercam; este producto se ha convertido en la tercera bebida espirituosa más cara del mercado
Flor Hernández
La historia de éxito del mezcal como una de las bebidas más emblemáticas y de mayor lujo en el mundo comienza a virar el timón hacia un escenario inesperado. El boom en su consumo y su ubicación como la tercera bebida espirituosa de mayor precio en el mercado –antecedida por el coñac y armañac —convirtió los cultivos de maguey en blanco de la delincuencia.
El presidente del Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal (Comercam), Hipócrates Nolasco Ramírez, reconoce que en el último año en Oaxaca se ha intensificado el “robo hormiga” de agave, el cual alcanza a tener un costo de hasta tres mil 500 pesos por pieza.
“En zonas productoras como Matatlán, Yautepec, Santa Catarina Minas, el hurto de la planta lista para su destilación se ha vuelto frecuente. Los agricultores enfrentan el problema en solitario y sin una ley que tipifique el delito”, indica en entrevista.
Celestino Serna, palenquero oriundo de Matatlán, reconoce que ante la falta de una tipificación del robo de maguey –que sí tiene Tequila, Jalisco– los afectados rechazan presentar denuncias penales.
“Es común que ocurra esto en nuestros pueblos y es muy lamentable porque las personas han trabajado todos los días durante siete o 12 años para que sus plantas alcancen el peso y el tamaño para ser procesadas y de un día para otro, simplemente ya no están”, sostiene.
La variedad del maguey que es blanco de los hurtos, es la conocida como espadín, misma que es posible cultivarse, ya que las otras especies (se contabilizan más de 300, de las que 64 producen la bebida) como el cuishe, tobalá, cenizo, tepestate, entre otros, son silvestres.
Esta misma clase de la planta es la que genera el 76 por ciento de los casi seis millones de litros producidos en 2016.
En la última década, la bebida emergió de los anaqueles de los tendajones para posicionarse en las cavas más exquisitas de México y el mundo.
El “cambio de chip” de la comercialización se logró debido a la visión de un grupo de mezcaleros que contrarrestó la idea de la producción masiva: mientras en 2011, el 80 por ciento de la producción de mezcal en Oaxaca era industrial, en este 2017 el mismo porcentaje ha migrado a lo artesanal, indica Nolasco Ramírez.
“El mezcal es la experiencia cultural líquida de México”, sostiene el presidente del Consejo y precisa que hasta 2016 se tenían registradas 560 marcas en los nueve estados que cuentan con denominación de origen de la bebida: Oaxaca, Guerrero, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Guanajuato, Tamaulipas, Michoacán y Puebla.
En 963 municipios de estas nueve entidades que contemplan 500 mil kilómetros cuadrados se puede producir mezcal, por lo que la extensión territorial de la denominación de origen es la más grande registrada en el mundo.
Oaxaca es el estado que concentra la mayor cantidad de producción, con un total de dos mil 603 unidades de servicio, consistentes en predios de maguey, envasadores y marcas, lo que representa el 82 por ciento del total de socios certificados por el Comercam.
“El éxito que ha tenido el mezcal en los últimos años se debió a un cambio en la concepción del producto, que colocó al maestro mezcalero y los palenques artesanales en el centro de la cadena de producción. Esta nueva visión conquistó el mercado”, apunta Nolasco Ramírez.
El resultado, asegura Celestino Serna permitió que en 2016, tres millones 700 mil litros de mezcal llegaran a 52 países, mientras que otros dos millones de litros fueran consumidos en el ámbito nacional en ese mismo año.
Y aun cuando la producción del mezcal representa apenas el uno por ciento del total del tequila, ésta tiene un valor en el mercado del ocho por ciento.
Aunado a la delincuencia, el mezcal enfrenta otro problema: los elevados impuestos que las autoridades han cargado a la bebida, sostiene Celestino Serna, quien lamenta que además del IEPS, el ISR el producto debe pagar IVA, lo que encarece la bebida en 224 por ciento.
No obstante, tanto el presidente de la Comercam como el palenquero, coinciden que el consumo del mezcal llegó a su madurez.